miércoles, 3 de septiembre de 2008

«Sois sospechosos para los que no aceptan voces diferentes y libres en la Iglesia»

Casaldáliga se solidariza con el XXVIII Congreso de Teología de la Asociación Juan XXIII
Jubilado, anciano y enfermo de parkinson, Pedro Casaldáliga, obispo emértido de Sao Felix do Araguaia, no ha perdido su capacidad profética, de solidaridad y de denuncia. Un año más, al sumarse desde la distancia al XXVIII Congreso de Teología, organizado por la Asociación de Teólogos Juan XXIII, reivindica un espacio de disenso dentro de la Iglesia, aboga por "la separación real entre Religión y Estado" en "nuestra España de la nunca superada Cristiandad" y por una Iglesia "sin privilegios", que sea instancia de paz, de huamnización y de encarnación".
El obispo de los pobres se siente "muy cerca en el compromiso y en la comunión" con el Congreso, al que califica de "fiel, estimulante y, al mismo tiempo, sospechoso, para quienes no es posible aceptar en Teología, en Iglesia, en sociedad, voces diferentes y libres".
A su juicio, los Congresos de Teología siguen "dentro de esa libertad de familia que Jesús nos conquistó". Porque el Congreso "es una afirmaciíon, serena y persistente, de ese derecho a vivir de un modo adulto nuyestra vocación humana y cristiana".
Tras solidarizarse con los organizadores, desde hace años en el ojo del huracán de la jerarquía española, monseñor Casaldáliga se felicita por la elección del tema de debate de este año: "Cristianismo y Laicidad". A su juicio, se trata de un tema de "ferviente actualidad", sobre todo en España. Y, como los profetas, se posiciona abiertamente ante el tema: "La globalización urge a asumir la laicidad, abiertos, abiertas, al diálogo intercultural e interreligioso".
Y añade más: "La separación real entre Religión y Estado, y la vivencia gratuita y sin privilegios de la propia religión de cada uno, es una plataforma bienhechora para la Iglesia y para todas las religiones, y para una vivencia humanitaria plena". Y es que "la paz tan maltratada, muchas veces por motivos religiosos, sólo la conquistaremos desabsolutizando lo que es relativo y absolutizando lo que es absoluto. Debemos vivir y ayudar a vivir la común Humanidad que es nuestra primera y mayor identidad".
Para Casaldáliga, la Iglesia debe ser, sobre todo, instancia de humanización. "Las religiones, y concretamente la Iglesia de Jesús, deben aportar sobre todo humanismo, humanizando cada vez más la propia Humanidad. Para la fe cristiana la Encarnación es un dogma fundamental que sólo lo podemos vivir encarnándonos cada día, y siempre más hondamente, en ese misterio amoroso entre la única Humanidad que somos y el Dios de la Vida y del Amor que profesamos".
Y como no podía ser menos, el obispo-poeta se despide del congreso con una de sus consiganas profáticas: "cerca en el compromiso y en la comunión, abrazo a todos y todas en la Esperanza inclaudicable de un Otro Mundo Posible".
El periodista Digital

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