jueves, 20 de agosto de 2015

Juan Masiá sj: "Se acerca el Sinodo, repensemos el matrimonio en cuatro tiempos"


"Hay que revisar la manera distorsionada de entender los sacramentos"


Promesa interpersonal, acuerdo social, símbolo sacramental y tarea biográfico-familiar


(Juan Masià sj).- Se acerca el Sínodo y se reiteran las propuestas a favor y en contra de revisar doctrina y prácticas eclesiales sobre acogida sacramental de personas en nuevas nupcias tras divorcio. Pero antes de argumentar en pro o en contra, repensemos el tema central de la fidelidad a la promesa, punto de partida anterior a las doctrinas teológicas y prescripciones canónicas sobre la indisolubilidad del vínculo.
Para cuidar la fidelidad y proteger su fragilidad, reflexionemos sobre la unión esponsal como don y tarea. La sinfonía del "sí, quiero" de los cónyuges, se despliega en cuatro tiempos: promesa interpersonal, acuerdo social, símbolo sacramental y tarea biográfico-familiar.
Para proponerla no bastará un simple post, habrá que alargarse esta vez en una columna.
En el lenguaje de los canonistas se designa como "defensa del vínculo" la incumbencia jurídica de protegerlo. Pero la tarea humana y eclesial de proteger el enlace conyugal (o, en su caso, el desenlace) es más amplia. Compete a tres instancias, por lo menos: la conciencia responsable de los cónyuges, las instituciones protectoras de la justicia y el cuidado pastoral-sacramental de las personas en la vida de las comunidades creyentes. Situemos la cuestión más allá del debate sobre la validez de un vínculo jurídico o de una doctrina sobre la indisolubilidad (para algunas teologías, intocable; para otras, evolucionable y que debe evolucionar).
El problema no se resuelve, ni negando ni permitiendo el acceso a los sacramentos. Hay que revisar la evolución histórica de la vida sacramental, la manera distorsionada de entender confesión, comunión, penitencia, matrimonio, potestad reconciliadora, etc... Sin hacer esa revisión no serviría de nada, ni el permitir lo que hasta ahora no se permitía, ni tampoco el prohibirlo.
Digámolo con un ejemplo concreto. Dice el teólogo X. que no se debe admitir a la comunión a esta pareja porque su convivencia es pecado. Le arguye el teólogo Y. diciendo que sí se les debe admitir, porque Dios no se cansa de perdonar. Pero a uno y otro teólogo hay que cuestionarles: ¿Y quién les ha dicho a ustedes que esa pareja está conviviendo en pecado? Como decían los medievales en sus controversios: Con el debido respeto, niego la premisa mayor (salva reverentia, nego maiorem). Pero temo que tengamos demasiado miedo a poner en entredicho premisas mayores..
Se produce confusión en los debates sobre matrimonio y divorcio, convivencias y separaciones, nulidades y anulaciones, reconocimiento del divorcio y nuevas nupcias civiles, así como sobre la aceptación, discernimiento y acompañamiento de tales situaciones por parte de la comunidad eclesial. Para evitarlas habrá que articular la relación entre los aspectos éticos, legales, religiosos y biográficos del cuidado de la fidelidad y responsabilidad con relación a la promesa.
La sinfonía del consentimiento conyugal se desarrolla en cuatro tiempos, correspondientes: 1) al aspecto interpersonal del consentimiento como promesa; 2) a la expresión legal, como contrato; 3) al aspecto ritual -comunitario, simbólico, sacramental-; y 4) al aspecto temporal y biográfico-familiar .
¿Qué instancias protegen la promesa en sus cuatro tiempos? En primer lugar, la garantía y protección de esa promesa es responsabilidad de la conciencia de los cónyuges en el terreno de la ética inter-personal, "promesa anterior a la promesa" (Ricoeur).
En segundo lugar, es competencia del derecho amparar el contrato civil y aspecto institucional de la promesa ante la sociedad.
En tercer lugar, la comunidad eclesial que, junto al apoyo de familia y amistades, acompaña a los novios ante el altar, da testimonio del sentido comunitario y trascendente del lazo símbólico anudado por los cónyuges para prometerse mutuamente llevar a cabo la unión de una persona en dos personas.
En cuarto lugar, la conciencia responsable de los cónyuges apoya, durante el desarrollo biográfico de la vida familiar, la realización de la tarea prometida (o, en su caso, la reconciliación tras una ruptura o la cancelación tras una ruptura irreversible).
Incumbe a la ética la responsabilidad interpersonal de salvaguardar la promesa; interpelará desde la conciencia e impulsará con el amor para garantizar su realización. El derecho intervendrá para asegurar el cumplimiento del contrato y proteger la seguridad jurídica de cónyuges y familia. La Iglesia, al bendecir litúrgicamente la unión y acompañar pastoralmente a los cónyuges antes, en y durante el camino de su unión, atestigua la gracia divina para el arraigo y fructificación del símbolo sacramental en la vida de los esposos o para su eventual necesidad de reconciliación, sanación o rehabilitación y reanudación del camino.
La promesa de los cónyuges es personal y responsable. Lo que prometen no es solo proporcionarse mutuamente alguna cosa o hacer algo el uno por el otro, sino seguir siendo uno mismo (ipse) ante y con la otra persona en el futuro, aun cuando las circunstancias que condicionen a cada uno no sean las mismas (idem) que antes (Ricoeur).
Esta capacidad de comprometerse es a la vez fuerte y frágil. Fuerte, porque supone la capacidad del sujeto para comprometerse definitivamente. Frágil, porque son imprevisibles las circunstancias que eventualmente pondrán en peligro su cumplimiento.La pareja trepa por la montaña de la vida y solo puede demostrar el logro de la indisolubilidad de su unión cuando ha llegado a la cumbre. El estribillo del canto nupcial: "hasta que la muerte nos separe", debería ser más bien: "hasta que la compleción de la vida consume nuestra unión" "hasta que la vida consumada convierta nuestra unión en lazo irrompible".
La promesa es vulnerable. Las personas que se afirman a sí mismas y se afirman mutuamente empeñan su palabra y libertad vulnerables y, por lo tanto, frágiles y expuestas a la ruptura. Solo pueden decirse mutuamente : "hoy te elijo a tí para siempre", si reiteran así: "y elijo seguir eligiéndote". Si se re-eligen así a diario, convertirán la unión en indisoluble a lo largo de toda una vida.
Esta es la indisolubilidad antropológica en el horizonte del futuro, irreductible a la noción de indisolubilidad jurídica como acreditación de un vínculo contraído en el pasado. Si la indisolubilidad matrimonial se entendiera antropológica y evangélicamente como don y vocación (cf. Relatio Synodi, 2014, nn. 14-16, 21), sería fácil aceptar que la acogida sacramental de personas divorciadas vueltas a casar civilmente es posible y compatible con la situación canónica (hoy por hoy sin resolver) de la indisolubilidad jurídica de un matrimonio ratum et consummatum entre personas bautizadas, tal como lo considera el vigente derecho canónico (CIC, c. 1056, 1141).
Aunque la Iglesia, desde el punto de vista del derecho canónico, no reconociese la disolución del primer matrimonio y no celebrase canónicamente las segundas nupcias, nada impediría acoger sacramentalmente a esas personas, e incluso celebrar pastoral y litúrgicamente una bendición de quienes ya están socialmente constituidos como familia con todos sus derechos civilmente reconocidos.
El "sí" de los contrayentes en la ceremonia nupcial no es el punto cero de la unión, sino la renovación formal de aquel primer sí de los novios (primer tiempo, en la intimidad del día de la declaración y aceptación mutua ) que inició el proceso de convivencia; y es también su confirmación pública ante la sociedad (segundo tiempo) y ante la comunidad que comparte el simbolismo trascendente (tercer tiempo) de la comunión íntima de dos personas en una, cuya realización se lleva a cabo temporal, biográfica y familiarmente a lo largo de la vida, re-eligiendo cada día la elección originaria (cuarto tiempo).
La promesa, por su fragilidad, se puede romper. El ser humano capaz de prometer, es capaz de traicionar la promesa, y es también capaz de reconocerlo, pidiendo y recibiendo perdón. En una situación de imposibilidad del cumplimiento de la promesa o de interrupción del proceso de cumplimiento, pueden producirse diversos escenarios de desenlaces: ruptura irresponsable, cancelación de mutuo acuerdo o petición y concesión mutuas de perdón, sanación humana y sacramental de las heridas que dejó la situación de ruptura (tanto si fue culpable como si no lo fue). En caso de ruptura irreversiblemente inevitable persistirá la exigencia de sanación de las heridas y rehabilitación de las personas.
En los debates sobre el vínculo matrimonial, impropiamente llamado indisoluble (sin distinguir el uso jurídico y el teológico de esta noción), se echa de menos esta reflexión antropológica recién esbozada aquí (que puede y debe acompañar a la reflexión evangélica, sacramental y pastoral).
Desde ambas perspectivas, antropológica y evangélica, se asumiría con lucidez y serenidad, acompañadas de misericorida, el carácter procesual de la relación de "dos personas uniéndose" en "comunión de vida y amor". La indisolubilidad matrimonial (no jurídica, sino antropológica) se verá más como vocación y meta de la fidelidad prometida, que como propiedad derivada exclusivamente de un compromiso canónicamente confirmado.
Incluso desde la perspectiva del vínculo confirmado social y religiosamente, sería posible repensarlo como "no disoluble injusta e irresponsablemente", en vez de insistir en entenderlo como "indisoluble absolutamente". Lo que deseamos convertir en irrompible, "re-anudándolo" día a día, no es un vínculo físico, óntico o legal, sino un lazo de unión interpersonal. El lazo de unión hasta la muerte se puede deshacer, no por la muerte física de uno de los cónyuges, sino por la muerte de la relación.
Por estar íntimamente vinculada a la relación, la indisolubilidad puede morir con ella. El vínculo no es un objeto que defender, o una doctrina que reconocer, o una norma que obedecer, sino una relación que cuidar. Su muerte producirá sufrimiento y requerirá un duelo y una sanación. No habrá que atribuirla necesariamente a un pecado o a una enfermedad; podrá ser solo un accidente.
La unión y consumación personal de esta relación es un proceso que lleva tiempo y, a veces, se interrumpe a mitad de camino y muere con ella. Unas veces, por causa de una de las partes; otras veces, por causa de las dos partes; otras veces, sin ser por causa de ninguna de las dos partes, sino debido a circunstancias y vicisitudes externas.
Si la ruptura es reparable, se buscará recomponer lo vulnerado. Si es irreversible, habrá que buscar sanación para ambas partes y apoyo para rehacer el camino de la vida. La acogida eclesial de las personas en esa etapa será de acompañamiento al proceso de sanación (no necesariamente penitencial, como propone tímidamente la ponencia de Kasper, que se queda corto...); podrá ser de reconciliación penitencial, en algunas ocasiones; pero otras veces, sin culpa que reconocer, será cuestión de una rehabilitación curativa o de un apoyo humano y espiritual para volver a empezar.
RD

domingo, 16 de agosto de 2015

Francisco: "Jesús se identifica con aquel pan partido y compartido". Video y audio Angelus. Palabras del Papa antes del rezo del Angelus


"La finalidad de la Eucaristía es que podamos convertirnos en una sola cosa con Él"


"Es un gesto que actualiza y hace presente el evento de la muerte y resurrección de Jesús"


(RV).- Miles de peregrinos acompañaron en el tercer domingo de agosto al Papa Francisco a la hora de la oración del Ángelus en la Plaza de San Pedro, donde el Obispo de Roma reflexionó sobre el Evangelio de Juan, en el que se lee cómo Jesús se presenta como "el pan vivo bajado del cielo".
"El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día" (Jn 6,54), leyendo éste fragmento del Evangelio, Papa Francisco explicó a los fieles que este pan partido es el "signo" del Sacrificio, que tiene su punto culmine en la Última Cena, donde el pan y el vino se transforman realmente en su cuerpo y sangre. Y así añade Francisco, que en la Eucaristía nos transformamos en uno solo con Jesús, y ésta es nuestra finalidad.
En este sentido el Papa reflexionó sobre para qué sirve la Misa. Explicó que la Eucaristía es un "memorial", es decir un gesto que actualiza y hace presente el evento de la muerte y resurección de Jesús.
Antes de rezar la oración mariana, pidió para que la Virgen María nos ayude a nutrirnos siempre con la fe de Jesús, el Pan de la Vida.

Palabras del Santo Padre antes del rezo del Ángelus
¡Queridos hermanos y hermanas, buenos dias!
En estos domingos la Liturgia nos está proponiendo, del Evangelio de Juan, el discurso de Jesús sobre el Pan de la vida, que es Él mismo y que es también el sacramento de la Eucaristía. El pasaje de hoy (Jn 6,51-58) presenta la última parte de ese discurso, y hace referencia de algunos entre la gente que se escandalizan porque Jesús dice: « El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día» (Jn 6,54). El estupor de los que lo escuchan es comprensible; de hecho Jesús usa el estilo típico de los profetas para suscitar en la gente - y también en nosotros - interrogantes y, al final, una decisión. Ante todo preguntas: ¿qué cosa significa "comer la carne y beber la sangre" de Jesús?, ¿es sólo una imagen, un símbolo, o indica algo real? Para responder, es necesario intuir qué cosa ocurre en el corazón de Jesús mientras parte el pan para la muchedumbre hambrienta. Sabiendo que deberá morir sobre la cruz por nosotros, Jesús se identifica con aquel pan partido y compartido, y eso se convierte para Él en el "signo" del Sacrificio que lo espera. Este proceso tiene su cúlmen en la Última Cena, donde el pan y el vino se transforman realmente en su Cuerpo y en su Sangre. Es la Eucaristía, que Jesús nos deja con una finalidad precisa: que nosotros podamos convertirnos en una sola una cosa con Él. De hecho dice: « El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él » (v. 56). La comunión es asimilación: comiéndolo a Él, nos transformamos en Él. Pero esto requiere nuestro "si", nuestra adhesión de fe.
A veces, con respecto a la santa Misa, se siente esta objeción: "¿Para qué sirve la Misa? Yo voy a la iglesia cuando tengo ganas, y rezo mejor solo". Pero la Eucaristía no es una oración privada o una bella esperiencia espiritual, no es una simple conmemoración de aquello que Jesús ha hecho en la Última Cena: la Eucaristía es "memorial", o sea un gesto que actualiza y hace presente el evento de la muerte y resurrección de Jesús: el pan es realmente su Cuerpo ofrecido, el vino es realmente su Sangre derramada.
La Eucaristía es Jesús mismo que se dona totalmente a nosotros.Nutrirnos de Él y vivir en Él mediante la Comunión eucarística, si lo hacemos con fe, transforma nuestra vida en un don a Dios y a los hermanos. Nutrirnos de aquel "Pan de vida" significa entrar en sintonía con el corazón de Cristo, asimilar sus elecciones, sus pensamientos, sus comportamientos. Significa entrar en un dinamismo de amor oblativo y convertirnos en personas de paz, de perdón, de reconciliación, de compartir solidario.
Jesús concluye su discurso con estas palabras: «El que come de este pan vivirá eternamente» (Jn 6,58). Si, vivir en comunión concreta, real con Jesús sobre esta tierra nos hace ya pasar de la muerte a la vida; y de esta forma cerramos los ojos a este mundo en la certidumbre que el último día escucharemos la voz de Jesús Resucitado que nos llamará, y nos despertaremos para estar siempre con Él y con la gran familia de los santos.
En el Cielo ya nos espera Maria nuestra Madre - ayer hemos celebrado este misterio. Ella nos obtenga la gracia de nutrirnos de Jesús, Pan de la vida, siempre con fe.


Saludos del Papa a los fieles presentes en la Plaza de San Pedro:
Queridos hermanos y hermanas
Les saludo a todos con afecto, romanos y peregrinos: las familias, los grupos parroquiales, las asociaciones, los jóvenes.
Saludo al grupo folclórico "Organización de arte y cultura mexicana", los jóvenes de Verona que están viviendo una experiencia de fe en Roma, y a los fieles de Beverare.
Dirijo un saludo especial a los numerosos jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano, reunidos en Torino en los lugares de San Juan Bosco para celebrar el bicentenario de su nacimiento, les animo a vivir en la cotidianidad la alegría del Evangelio, para generar esperanza en el mundo.
A todos les deseo un buen domingo. Y por favor, ¡no se olviden de rezar por mí! Buen almuerzo y hasta la vista.


Palabras del Santo Padre antes del rezo del Ángelus
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Saludos del Papa a los fieles presentes en la Plaza de San Pedro: 


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Angelus Domini 2015.08.16

ENCUENTROS CON LA PALABRA con Hermann Rodriguez sj. “(...) el que come de este pan, vivirá para siempre”



Hace algunos años visité, en la república de El Salvador, a una religiosa colombiana que trabaja en medio de una comunidad popular, a las afueras de San Salvador. Visité en su compañía muchas familias campesinas en el cantón El Limón. En un momento del recorrido, llegamos a la casa de un señor que estaba golpeando con un garrote un costal repleto de mazorcas, con el fin de desgranarlas. Cuando el hombre vio que llegaba la hermanita con un acompañante que no conocía, se sintió muy mal y nos pidió excusas por estar haciendo lo que estaba haciendo... Cuando supo que yo era sacerdote, más avergonzado lo percibí... pero yo me quedé sin entender qué pasaba. Después de dejar su casa, la hermana me comentó que el señor se había sentido mal porque lo habíamos sorprendido golpeando el maíz, cosa que es considerada como una ofensa a un ser vivo, casi personal. El maíz, para los pueblos mexicanos y mesoamericanos es base del sustento, elemento central de la economía, y parte esencial de su relación con lo sagrado.
Un fragmento del Popol Vuh, libro venerado por el pueblo maya, dice lo siguiente: "A continuación entraron en pláticas acerca de la creación y la formación de nuestra primera madre y padre. De maíz amarillo y de maíz blanco se hizo su carne; de masa de maíz se hicieron los brazos y las piernas del hombre. Únicamente masa de maíz entró en la carne de nuestros padres, los cuatro hombres que fueron creados". Esta manera de entender la creación del hombre y la mujer, que proceden del maíz, explica la reverencia con la que los campesinos centroamericanos tratan este producto de la tierra. Entre los pueblos suramericanos existe una concepción similar y un respeto tan arraigado como el que se vive entre los descendientes de los mayas.
Tal vez esta concepción del maíz nos ayude a entender lo que quiso enseñarnos Jesús cuando le decía sus oyentes: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que come de este pan, vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi propia carne. Lo daré por la vida del mundo”. El discurso sobre el pan de la vida, como se conoce este fragmento del evangelio según san Juan que hemos ido leyendo durante los últimos domingos, resalta el valor de la entrega de Jesús a su pueblo, simbolizado en el pan eucarístico que compartimos en la mesa de la fraternidad. No se trata simplemente del pan como alimento que sustenta la vida, sino del pan hecho entrega hasta la muerte, para la vida del mundo.
Por esto, más adelante, el Señor insiste: “Les aseguro que si ustedes no comen la carne del Hijo del hombre y beben su sangre, no tendrán vida. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo lo resucitaré en el día último. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, vive unido a mí, y yo vivo unido a él. El Padre, que me ha enviado, tiene vida, y yo vivo por él; de la misma manera, el que se alimenta de mí, vivirá por mí”. Cuando participamos de la comunión y recibimos el cuerpo del Señor en la eucaristía, nos unimos a él en esta entrega para la vida del mundo. El pan eucarístico es sagrado porque es el pan de la vida y el pan de la entrega, que nos comunica la misma vida de Dios.
Hermann Rodríguez Osorio, S.J.*
* Sacerdote jesuita, Decano académico de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Javeriana – Bogotá
Encuentro con la Palabra
RD

LECTURAS PARA EL DÍA DE HOY. Buen domingo para todos



PRIMERA LECTURA

LECTURA DEL LIBRO DE LOS PROVERBIOS 9, 1-6

Hoy, el Libro de la Proverbios –es la primera lectura--nos ofrece ya el banquete del saber y del pan, anticipo del que después nos daría el Señor Jesús. Y como en muchas otras ocasiones la primera lectura es como prólogo adecuado del Evangelio que escucharemos después.


La sabiduría se ha construido su casa plantando siete columnas; ha preparado el banquete, mezclado el vino y puesto la mesa; ha despachado sus criados para que lo anuncien en los puntos que dominan la ciudad: "Los inexpertos que vengan aquí, voy a hablar a los faltos de juicio: Venid a comer mi pan y a beber mi vino que he mezclado; dejad la inexperiencia y viviréis, seguid el camino de la prudencia”.

Palabra de Dios

SALMO 33,
2-3. 10-11. 12-13. 14-15 

El Salmo 33 es un prodigio para mejor entender la relación con Dios. Y eso no es poco. Estamos leyéndolo en estos domingos y hemos de aprenderle bien, pues es una oración bellísima para glorificar las maravillas de nuestro Señor.

R: Gustad y ved qué bueno es el Señor.

Bendigo al Señor en todo momento, 
su alabanza está siempre en mi boca; 
mi alma se gloría en el Señor: 
Que los humildes lo escuchen y se alegren. R

Todos sus santos, temed al Señor, 
porque nada les falta a los que lo temen; 
los ricos empobrecen y pasan hambre, 
los que buscan al Señor no carecen de nada. R

Venid, hijos, escuchadme: 
os instruiré en el temor del Señor;
¿Hay alguien que ame la vida 
y desee días de prosperidad? R

Guarda tu lengua del mal, 
tus labios, de la falsedad;
apártate del mal, obra el bien,
busca la paz y corre tras ella. R


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios 5, 15-20

Continuamos, como en domingos anteriores, leyendo la Carta a los Efesios. Hoy, en el breve fragmento que se lee, San Pablo favorece importancia del banquete eucarístico centrando la necesaria moderación en las cosas del cuerpo. Y nos pide que descubramos, de verdad, lo que el Señor quiere.


Hermanos: 
Fijaos bien cómo andáis; no seáis insensatos, sino sensatos. Sabed comprar la ocasión, porque vienen días malos. Por eso, no estéis aturdidos, daos cuenta de lo que el Señor quiere.
No os emborrachéis con vino, que lleva al libertinaje; sino dejaos llenar del Espíritu. Recitad, alternando, salmos, himnos y cánticos inspirados; cantad y tocad con toda el alma para el Señor.
Celebrad constantemente la Acción de Gracias a Dios Padre, por todos, en nombre de Nuestro Señor Jesucristo.

Palabra de Dios


EVANGELIO

Continúa el Evangelio de Juan con el discurso del Pan de Vida. Jesús se va a proclamar para siempre alimento para poder caminar por la senda que lleva a la vida feliz, a la Eternidad en la Gloria de Dios Padre.


Lectura del santo Evangelio según San Juan 6, 51-58

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
–Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que coma de este pan, vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne, para la vida del mundo.
Disputaban entonces los judíos entre sí:
–¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?
Entonces Jesús les dijo:
–Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre, habita en mí y yo en él.
El Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come, vivirá por mí.
Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron: el que come este pan vivirá para siempre.

Palabra del Señor

viernes, 14 de agosto de 2015

CELEBRACIÓN DEL DÍA NACIONAL DE LA CVX DE CHILE. Noticias de Valparaíso, Valdivia, Puerto Montt y Santiago

VALPARAÍSO



Ante la Virgen de Montserrat San Ignacio vela las armas y cambia sus vestiduras por una túnica rústica. En su vivencia este velar las armas, dejando la espada en el altar de Nuestra Señora de Montserrat quiere evidenciar aquellos que quiere mudar, la orientación que quiere dar a su deseo más profundo de entregarse a algo grande. No deja de ser apasionado, sino que integra esta pasión en el amor de Dios.
Este deseo que pide emerger de lo profundo de sí, necesita tener espacio, darse lugar, para esto vela y deja las armas

VALDIVIA

Comenzaron a celebrar el aniversario del Día Nacional y de los 9 años como comunidad en Valdivia




PUERTO MONTT



SANTIAGO

sábado, 8 de agosto de 2015

El Peregrino Ignacio de Loyola por Guillermo Ortíz sj

“El Peregrino” se refiere a una condición, porque venimos de Dios y vamos a Dios. Aunque estemos sentados o acostados, “la procesión va por dentro” y espiritualmente, movidos por el buen o mal espíritu, siempre estamos haciendo un camino. Vos y yo ¿qué camino estamos haciendo?
Sobre el camino hacia Dios, Ignacio de Loyola peregrina en oración, o se detiene en las encrucijadas de la vida, también en oración, para discernir cuál de los buenos caminos es el mejor para el encuentro con Dios en los hermanos.
El mapa de peregrino de Ignacio de Loyola es el Evangelio de Jesús y la brújula interior es la alegría del Evangelio que palpita en su corazón desde que se encontró con Jesús leyendo la vida de Cristo y de los santos. La consolación interior por tanto amor y misericordia de Dios con su familia, con el “santo pueblo fiel de Dios”. Por eso son hitos fundamentales del camino espiritual de Ignacio de Loyola los santuarios marianos de Aránzazu, Monserat, lugares donde el “santo pueblo fiel de Dios” vibra de gratitud, de fe, esperanza y solidaridad, por el amor hasta el extremo de Dios en el hijo de María de Nazaret.
Ignacio de Loyola resume en el Principio y Fundamento del texto de los Ejercicios Espirituales, su experiencia interior de peregrino:
[EE.23] Principio y Fundamento: "El hombre es criado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor y, mediante esto, salvar su ánima; y las otras cosas sobre la haz de la tierra son criadas para el hombre, y para que le ayuden en la prosecución del fin para que es criado. De donde se sigue, que el hombre tanto ha de usar dellas, cuanto le ayudan para su fin, y tanto debe quitarse dellas, cuanto para ello le impiden. Por lo cual es menester hacernos indiferentes a todas las cosas criadas, en todo lo que es concedido a la libertad de nuestro libre albedrío, y no le está prohibido; en tal manera, que no queramos de nuestra parte más salud que enfermedad, riqueza que pobreza, honor que deshonor, vida larga que corta, y por consiguiente en todo lo demás; solamente deseando y eligiendo lo que más nos conduce para el fin que somos creados".
San Ignacio de Loyola, ruega por nosotros.
Guillermo Ortíz sj
Reflexiones en frontera
RD

"Hay que animarse a soñar. Porque el que no sueña tiene pesadillas". Fco nuevamente con la radio Campo Gallo. Video


Francisco volvió a comunicarse con la radio de Campo Gallo


"El hombre no es un hongo. El hombre es para vivir en familia"


(RV).- En diálogo con el padre Joaquín Giangrecco por la Radio Parroquial "Es de Dios" Virgen del Carmen 99.9, Francisco se comunicó con todos los parroquianos. Gracias a Diario Panorama, Radio Panorama y Canal 7 de Santiago del Estero -que hicieron de puente con las Emisoras que retransmitieron la señal, también desde los respectivos sitios web, el llamado del Papa a Campo Gallo se difundió al país y al mundo.
El padre Joaquín Giangrecco continúa en comunicación con Jorge Marío Bergoglio que, como Arzobispo de Buenos Aires, lo envió como misionero a ese lugar. Es a partir de este contacto que se realiza el llamado del Papa a la Radio "Es de Dios", que el sacerdote montó para llegar a tanta gente dispersa en el campo.
En el diálogo con los sacerdotes del lugar, lo primero que dijo Francisco es que desea quepronto se pueda hacer la beatificación de Mama Antula y pidió que recen por eso. Ella es un ejemplo de la fortaleza del pueblo santiagueño -afirmó. (Nota del redactor: Antula es una venerable argentina que ayudaba a los jesuitas y que peregrina itinerante predicó los Ejercicios Espirituales de san Ignacio, en varias provincias argentinas, después que los jesuitas fueron expulsados).
La Virgen de Huachana, que por su aparición y sus milagros es la devoción a la Madre de Dios más importante en esta región, fue tema también del diálogo por la reciente peregrinación de la gente del pueblo. Francisco dijo que desde los tiempos de Moisés cuando se hacia la peregrinación era una fiesta. Y mucho más si se trata de la peregrinación a la Madre de Dios.
El color verde del manto de la Virgen de Huachana inspiró la pregunta sobre la encíclica del Papa ‘Laudato Si'. El Papa afirmó en este diálogo telefónico, que hay que hacer un esfuerzo para aprender a cuidarnos, si nos cuidamos entre nosotros cuidamos "la casa común". Saber cuidar a los chicos, a los abuelos con esa ternura que Jesús nos enseñó para cuidarnos. Cuidar la casa común, esta tierra que Dios nos dio. Me dan pena las deforestaciones para plantar soja -expresó. Cuiden la tierra, cuiden el agua, cuiden todo lo que Dios nos ha dado.
Con el planteo de que siempre es más lo que nos une que los que nos divide. Francisco dijo que siempre es mejor la amistad que la pelea, siempre es mejor la paz que la guerra, que una sola manera de ganar una guerra: no hacerla. Instó a caminar juntos, porque eso da alegría, da felicidad, eso nos ayuda a ser solidarios. El hombre no es un hongo -explicó. El hombre es para vivir en familia.
Sobre el tema de la juventud el Papa dijo: Yo le preguntaría a los jóvenes ¿vos sabes lo que es la alegría del corazón? Y habló de la alegría de jugarse la vida. No quiero jóvenes jubilados, quiero jóvenes que hagan cosas por los demás. Si se juegan por cosas grandes van conocer el gozo y la alegría. Hay que animarse a soñar. Porque el que no sueña tiene pesadillas. Si sueñan cosas grandes Dios los va a bendecir. Le comentaron que el lema con los jóvenes de la parroquia es "Si a la fiesta y no a la joda (diversión pesada)". ¡Eso está lindo! Manifestó el Papa. Los interlocutores comentaron que en octubre es el Congreso Nacional de los grupos misioneros en Argentina y el Papa dijo que es un congreso de jóvenes que tienen ganas de jugarse la vida por algo en serio.
El padre Joaquín pidió la bendición para los habitantes de más de 1 millón de hectáreas de monte. Francisco dio un saludo para cada uno, especialmente a los chicos y a los abuelos. Los invito a todos a rezarle a la Virgen un Ave María y después dio la bendición.

Algunas de las citas del Papa:
Yo tengo un gran deseo cuando pienso en Santiago: que pronto se pueda hacer la beatificación de Mama Antula, y que ella haga el milagro para que se pueda hacer la beatificación. Pidan esa gracia, porque Mama Antula es un ejemplo del pueblo santiagueño, de la fortaleza del pueblo santiagueño.
A mi me duele en el alma cuando veo que hay deforestaciones parta plantar soja, pasarán decenas de años para que inviertan otra vez en esos bosques. Cuiden mucho, cuiden el agua, cuiden todo lo que Dios nos ha dado.
Siempre es mejor la amistad que la pelea, siempre. Siempre es mejor la paz que la guerra, siempre. Hay una sola manera de ganar una guerra: no hacerla. Porque cada vez que hay una guerra siempre se pierde, pierde la concordia, pierde la paz, pierde la alegría, en las familias, en los pueblo.
Pensando en los jóvenes, les preguntaría son felices cuando hay una fiesta linda, cuando estas con los demás; o sos feliz solamente cuando hay diversión, que no es lo mismo que fiesta. ¿Vos sabes lo que es la fiesta en el corazón? Me da mucha pena cuando veo un joven triste, porque está viejo.
Hay jóvenes que se jubilan antes de tiempo, no quiero jóvenes jubilados, sino que se jueguen en la vida, hagan cosas por los demás, trabajen fuerte por dar felicidad a otras personas, que apuesten a cosas grandes.
Hay que caminar juntos; estar juntos y no estar peleados, porque cuando uno está peleado, pierden todos, como en la perinola. A los jóvenes, no malgasten la vida, no envejezcan antes de tiempo; no se jubilen, porque entonces van a tener cara de tristeza y una vida muy triste. En cambio, si se juegan por cosas grandes, van a conocer lo que es el gozo y la alegría.
Un encuentro de jóvenes misioneros es un encuentro de jóvenes que tienen ganas de jugar la vida en serio, así que vayan con esas ganas.
Les dejo un saludo a ustedes dos y a todo el pueblo de Campo Gallo, esa ciudad chuiquita pero linda, a todos de los habitantes, de manera especial a los chicos y a los abuelos, una bendición especial. Una bendición especial a la familia, que Jesús los bendiga y la virgen los cuide. Un abrazo grande.

El Papa Francisco se comunica con Campo Gallo

miércoles, 5 de agosto de 2015

Francisco sostiene que los divorciados vueltos a casar “no están excomulgados” y “forman parte de la Iglesia”. Video y texto completo catequesis


El Papa llama a “no tener nunca las puertas cerradas”, porque “todos podemos participar” en la vida de la comunidad


“No tenemos recetas sencillas, pero hay que animarlos a vivir su pertenencia a Cristo y la Iglesia”


(Jesús Bastante).- El Aula Pablo VI acogió la primera audiencia general de los miércoles tras el descanso veraniego, en la que el Papa habló de las familias que, tras el fracaso de su primer matrimonio, se unen de nuevo. "Estas personas no están excomulgadas, y no deben ser tratadas como tales. Siempre forman parte de la Iglesia", subrayó el Papa, en una declaración que sin duda supone una bomba de cara al próximo Sínodo sobre la Familia.
"La Iglesia sabe bien que estas situaciones contradicen el sacramento cristiano", reconoció Bergoglio, quien añadió que "además de ser maestra, la Iglesia tiene un corazón de madre, que busca siempre el bien y la salvación de todos, sin excluir a nadie". En este sentido, animó a diferenciar "entre quien ha sufrido la separación y quien la ha provocado", en la misma línea de las tesis del cardenal Kasper y la mayoría del Sínodo, quien defiende salidas personalizadas para cada situación.
Ante esto, Francisco animó a los fieles a "mirar la situación con los ojos de los niños pequeños", y entonces "veremos la urgencia de una acogida real a las personas que viven estas situaciones. ¿Cómo podemos pedirle a estos padres educar a sus hijos en la vida cristiana si están alejados de la comunidad? Es importante que el estilo de la comunidad y su lenguaje, esté siempre atento a la persona, a partir de los hijos, que son los que más sufren".
Y, desde esa comunidad abierta, "hacer todo para educar a los hijos en la vida cristiana,dando testimonio de una fe vivida y practicada, sin tenerlos a distancia de la vida de la comunidad, como si estuvieran incomunicados".
"El número de estos niños es muy grande. Es importante que sientan la Iglesia como madre atenta a todos, siempre dispuesta a la escucha y al encuentro", señaló Francisco, quien incidió en que "la Iglesia no ha sido insensible" a lo largo de los años, pero que aún "es necesaria una fraterna acogida, en el amor y la verdad, sobre el Bautismo que ha establecido una nueva convivencia, después de el matrimonio sacramental. Estas personas no están excomulgadas como algunos piensan, y no deben ser tratadas como tales. Siempre forman parte de la Iglesia".
Citando a Benedicto XVI, Francisco solicitó "un atento discernimiento y acompañamiento pastoral, sabiendo que no existen simples recetas", así como "una invitación a manifestar coherentemente la disponibilidad de la comunidad a acoger para que vivan su pertenencia a Cristo y la Iglesia, con la oración, con la escucha de la Palabra de Dios, con la liturgia, con la educación cristiana a los hijos, con la caridad y el servicio a los pobres, con el empeño a la justicia y la paz. Y con la bíblica del Buen Pastor: dar la vida por las ovejas. Un modelo también para la Iglesia, que acoge a sus hijos como una madre que da su vida por los demás. La Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre".
"Nunca las puertas cerradas, nunca. La Iglesia no tiene nunca cerradas las puertas a nadie. Todos podemos participar en cualquier modo en la vida de la Iglesia", improvisó el Santo Padre, quien añadió que "todos los cristianos estamos llamados a imitar al Buen Pastor, sobre todo las familias cristianas, que pueden colaborar con las familias heridas, acompañándolas en la vida y la fe de la comunidad".
Texto completo de la catequesis del Papa
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Con esta catequesis retomamos nuestra reflexión sobre la familia. Después de haber hablado, la última vez, de las familias heridas a causa de la incomprensión de los cónyuges, hoy quisiera detener nuestra atención sobre otra realidad: cómo cuidar a aquellos que, después del irreversible fracaso de su vínculo matrimonial, han comenzado una nueva unión.
La Iglesia sabe bien que una situación tal contradice el Sacramento cristiano. De todos modos, su mirada de maestra viene siempre de un corazón de madre; un corazón que, animado por el Espíritu Santo, busca siempre el bien y la salvación de las personas. He aquí porqué siente el deber, "por amor a la verdad", de "discernir bien las situaciones". Así se expresaba san Juan Pablo II, en la Exhortación apostólica Familiaris consortio (n. 84), dando como ejemplo la diferencia entre quien ha sufrido la separación y quien la ha provocado. Se debe hacer este discernimiento.
Si luego miramos también estos nuevos lazos con los ojos de los hijos pequeños, los pequeños miran, de los niños, vemos aún más la urgencia de desarrollar en nuestras comunidades una acogida real hacia las personas que viven tales situaciones. Por esto, es importante que el estilo de la comunidad, su lenguaje, sus actitudes, estén siempre atentos a las personas, a partir de los pequeños, ellos son quienes más sufren estas situaciones. Después de todo, ¿cómo podríamos aconsejar a estos padres hacer de todo para educar a los hijos a la vida cristiana, dando ellos el ejemplo de una fe convencida y practicada, si los tenemos alejados de la vida de la comunidad como si fueran excomulgados? No se deben agregar otros pesos a aquellos que ya los hijos, en estas situaciones, ¡ya deben cargar! Lamentablemente, el número de estos niños y jóvenes es de verdad grande. Es importante que ellos sientan a la Iglesia como madre atenta a todos, dispuesta siempre a la escucha y al encuentro.
En estas décadas, en verdad, la Iglesia no ha sido ni insensible ni perezosa. Gracias a la profundización realizada por los Pastores, guiada y confirmada por mis Predecesores, ha crecido mucho la conciencia de que es necesaria una fraterna y atenta acogida, en el amor y en la verdad, a los bautizados que han establecido una nueva convivencia después del fracaso del matrimonio sacramental; en efecto, estas personas no son en efecto excomulgadas, no están excomulgados, y no van absolutamente tratadas como tales: ellas forman parte siempre de la Iglesia.
Papa Benedicto XVI ha intervenido sobre esta cuestión, solicitando un discernimiento atento y un sabio acompañamiento pastoral, sabiendo que no existen "recetas simples" (Discurso al VII Encuentro Mundial de las Familias, Milán, 2 junio 2012, respuesta n. 5).
De ahí la reiterada invitación de los Pastores a manifestar abiertamente y coherentemente la disponibilidad de la comunidad a acogerlos y a animarlos, para que vivan y desarrollen cada vez más su pertenencia a Cristo y a la Iglesia con la oración, con la escucha de la Palabra de Dios, con la frecuencia a la liturgia, con la educación cristiana de los hijos, con la caridad y el servicio a los pobres, con el compromiso por la justicia y la paz.
El ícono bíblico del Buen Pastor (Jn 10, 11-18) resume la misión que Jesús ha recibido del Padre: la de dar la vida por las ovejas. Tal actitud es un modelo también para la Iglesia, que acoge a sus hijos como una madre que dona su vida por ellos. "La Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre [...] Ninguna puerta cerrada. Todos pueden participar de alguna manera en la vida eclesial, todos pueden integrar la comunidad. La Iglesia [...] es la
casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas" (Exort. ap. Evangelii gaudium, n. 47).
Del mismo modo todos los cristianos están llamados a imitar al Buen Pastor. Sobre todo las familias cristianas pueden colaborar con Él cuidando a las familias heridas, acompañándolas en la vida de fe de la comunidad. Cada uno haga su parte asumiendo la actitud del Buen Pastor, que conoce cada una de sus ovejas ¡y a ninguna excluye de su infinito amor! Gracias.

 Éste fue el saludo del Papa:
Queridos hermanos y hermanas:
Retomando las reflexiones sobre la familia, deseo referirme hoy a la situación de los que tras la ruptura de su vinculo matrimonial han establecido una nueva convivencia, y a la atención pastoral que merecen.
La Iglesia sabe bien que tal situación contradice el sacramento cristiano, pero con corazón de madre busca el bien y la salvación de todos, sin excluir a nadie. Animada por el Espíritu Santo y por amor a la verdad, siente el deber de «discernir bien las situaciones», diferenciando entre quienes han sufrido la separación y quienes la han provocado.
Si se mira la nueva unión desde los hijos pequeños vemos la urgencia de una acogida real hacia las personas que viven tal situación. ¿Cómo podemos pedirle a estos padres educar a los hijos en la vida cristiana si están alejados de la vida de la comunidad? Es necesario una fraterna y atenta acogida, en el amor y en la verdad, hacia estas personas que en efecto no están excomulgadas como algunos piensan: ellas forman parte siempre de la Iglesia.
«No tenemos recetas sencillas», pero es preciso manifestar la disponibilidad de la comunidad y animarlos a vivir cada vez más su pertenencia a Cristo y a la Iglesia con la oración, la escucha de la Palabra de Dios, la participación en la liturgia, la educación cristiana de los hijos, la caridad, el servicio a los pobres y el compromiso por la justicia y la paz. La Iglsia no tiene las puertas cerradas a nadie!
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Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. En la memoria litúrgica de la Dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor, confiemos a la Madre de Dios a todas las familias. Muchas gracias.




A "discernir bien las situaciones" de personas en nuevas uniones, invitó el Papa, afirmando que son siempre parte de la Iglesia

(RV).- Después de la pausa estiva Papa Francisco presidió la audiencia general de los miércoles ante miles de peregrinos reunidos en el Aula Pablo VI del Vaticano. Durante su catequesis retomó las reflexiones sobre la familia y abordó “la situación de los que tras la ruptura de su vínculo  matrimonial han establecido una nueva convivencia, y a la atención pastoral que merecen”. El Obispo de Roma recordó que “la Iglesia sabe bien que tal situación contradice el sacramento cristiano, pero con corazón de madre busca el bien y la salvación de todos”. Por este motivo la Iglesia “animada por el Espíritu Santo y por amor a la verdad, siente el deber de «discernir bien las situaciones», diferenciando entre quienes han sufrido la separación y quienes la han provocado”. jesuita Guillermo Ortiz
Escucha la voz del Papa en español en la síntesis que hizo del tema, aquí
Texto completo de la Síntesis del Papa en español:
"Retomando las reflexiones sobre la familia, deseo referirme hoy a la situación de los que tras la ruptura de su vinculo  matrimonial han establecido una nueva convivencia, y a la atención pastoral que merecenLa Iglesia sabe bien que tal situación contradice el sacramento cristiano, pero con corazón de madre busca el bien y la salvación de todos, sin exclusión de nadie. Animada por el Espíritu Santo y por amor a la verdad, siente el deber de «discernir bien las situaciones», diferenciando entre quienes han sufrido la separación y quienes la han provocado.
Si se mira la nueva unión desde los hijos pequeños vemos la urgencia de una acogida real hacia las personas que viven tal situación. ¿Cómo podemos pedirle a estos padres educar a los hijos en la vida cristiana si están alejados de la vida de la comunidad? Es necesario una fraterna y atenta acogida, en el amor y en la verdad, hacia estas personas que en efecto no están excomulgadas: ellas forman parte siempre de la Iglesia.
«No tenemos recetas sencillas», pero es preciso manifestar la disponibilidad de la comunidad y animarlos a vivir cada vez más su pertenencia a Cristo y a la Iglesia con la oración, la escucha de la Palabra de Dios, la participación en la liturgia, la educación cristiana de los hijos, la caridad, el servicio a los pobres y el compromiso por la justicia y la paz. La Iglesia no tiene las puertas cerradas a nadie".
"Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. En la memoria litúrgica de la Dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor, confiemos a la Madre de Dios a todas las familias. Muchas gracias."

Francisco: Los divorciados vueltos a casar no están excomulgados como muchos piensan




El Papa continuó su catequesis sobre la familia y afrontó un tema que cada vez suscita más interés, y que será objeto del próximo Sínodo sobre la Familia de octubre: la atención pastoral a las personas divorciadas vueltas a casar.

Era la primera audiencia general del verano tras el parón de julio y Francisco habló con franqueza sobre la cuestión.

FRANCISCO
"La Iglesia sabe bien que estas situaciones contradicen el Sacramento cristiano. Sin embargo, su mirada de maestra siempre se apoya en el corazón de madre. Un corazón que, animado por el Espíritu Santo, busca siempre el bien y la salvación de las personas”.

El Papa explicó que es necesaria una "fraterna y sincera acogida en el amor y en la verdad” para estas parejas. Al contrario de lo que muchos piensan, dijo el Papa,no están excomulgadas, una frase que arrancó el aplauso de los peregrinos en elAula Pablo VI.

FRANCISCO
"Estas personas no están excomulgadas, ¡no están excomulgadas! Y nunca deben ser tratadas como tal: Son siempre parte de la Iglesia”.

También habló sobre los niños. Dijo que son los que más sufren en estas situaciones y que por eso, las comunidades cristianas deben ser especialmente cuidadosas a la hora de tratar a estas parejas.

FRANCISCO
"Además, ¿cómo podremos recomendar a estos padres que hagan de todo por educar a sus hijos en la vida cristiana, dándoles ejemplo de una fe convencida y practicada si los tenemos distanciados de la vida de comunidad?”

Por último, Francisco reconoció que no hay recetas sencillas para aplicar en estos casos. Explicó que las comunidades tienen que apoyar a estas parejas para que sigan su camino de fe a través de fórmulas como la oración, la caridad, la escucha de la Palabra de Dios o la educación cristiana de los hijos.