viernes, 30 de octubre de 2015

Francisco dice que Monseñor Romero fue calumniado también por los obispos. Video, audio y testimonios sobre Mons Romero


El Papa asegura que "una vez muerto fue difamado, calumniado, ensuciado"


"Después de haber dado su vida siguió dándola dejándose azotar por todas esas calumnias"



El papa Francisco afirmó hoy que el martirio del arzobispo de San Salvador, Oscar Romero, recientemente beatificado, continuó después de su asesinato por las calumnias de "sus hermanos del sacerdocio y del episcopado". Francisco se dirigió así al grupo de salvadoreños, compuestos por unas 500 personas, que hoy fueron recibidos por el pontífice para agradecer el reconocimiento como beato de Monseñor Óscar Arnulfo Romero.
"Quisiera añadir algo también que quizás pasamos de largo. El martirio de monseñor Romero (...) fue también posterior porque una vez muerto -yo era sacerdote joven y fui testigo de eso- una vez muerto fue difamado, calumniado, ensuciado. Su martirio se continuó incluso por hermanos suyos en el sacerdocio y en el episcopado", añadió el papa al discurso previsto.
Y agregó: "No hablo de oídas, he escuchado esas cosas, o sea que es lindo verlo también así, un hombre que sigue siendo mártir, bueno ahora ya creo que casi ninguno se atreva, pero que después de haber dado su vida siguió dándola dejándose azotar por todas esas incomprensiones y calumnias".
"Cuántas veces a personas que ya han dado su vida o han muerto se les sigue lapidando con la piedra más dura que existe en el mundo: la lengua", exclamó.
El arzobispo de San Salvador Oscar Arnulfo Romero, asesinado en 1980 mientras daba misa por un sicario, fue beatificado el pasado 23 de mayo en una ceremonia en San Salvador, después de que su causa de beatificación se acelerara con la llegada del pontífice argentino.
El postulador de la causa para la beatificación del arzobispo de San Salvador, Vicenzo Paglia, había denunciado las dificultades y los "fuertes prejuicios" que se presentaron durante el proceso y cómo durante años creció "una montaña" de cartas contra Romero.
Durante su discurso, el papa también citó a Rutilio Grande, también asesinado en 1979 y cuyo proceso de beatificación ha comenzado, y dijo que estos mártires "son un tesoro y una fundada esperanza para la Iglesia y para la sociedad salvadoreña" y cómo "el impacto de su entrega se percibe todavía en nuestros días.
Explicó que el Salvador "tiene aún por delante una serie de difíciles tareas y citó "favorecer la promoción y el desarrollo de una nación en busca de la verdadera justicia, la auténtica paz y la reconciliación de los corazones".
Francisco hizo suyos los deseos del beato Monseñor Romero, quien "con fundada esperanza ansiaba ver la llegada del feliz momento en el que desapareciera de El Salvador la terrible tragedia del sufrimiento de tantos de nuestros hermanos a causa del odio, la violencia y la injusticia".
Y pidió que el Señor,"convierta todos los corazones y la bella patria que les ha dado, y que lleva el nombre del Divino Salvador, se convierta en un país donde todos se sientan redimidos y hermanos, sin diferencias, porque todos somos una sola cosa en Cristo nuestro Señor", al citar la homilía en Aguilares de 19 junio de 1977 de Romero.
De la delegación que hoy fue recibida por el papa formaban parte el presidente de la Conferencia Episcopal salvadoreña, Luis Escobar Alas, y los obispos salvadoreños Elías Bolaño y Gregorio Rosa Chávez, así como el ministro de Relaciones Exteriores, Hugo Martínez y el secretario de Gobernabilidad, Hato Hasbún. (RD/Agencias)
Texto íntegro del discurso del Papa
Queridos hermanos en el Episcopado, autoridades, sacerdotes, religiosos, religiosas, seminaristas, hermanos y hermanas.
Con mucha alegría recibo hoy su visita y, al darles la más cordial bienvenida, deseo manifestarles también mi afecto por todos los hijos de la querida nación salvadoreña. Agradezco a Mons. José Luis Escobar, Presidente de la Conferencia Episcopal, sus amables palabras. A todos ustedes, muchas gracias por su presencia calurosa y entusiasta.
Los trae a Roma la alegría por el reconocimiento como beato de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, Pastor bueno, lleno de amor de Dios y cercano a sus hermanos que, viviendo el dinamismo de las bienaventuranzas, llegó hasta la entrega de su vida de manera violenta, mientras celebraba la Eucaristía, Sacrificio del amor supremo, sellando con su propia sangre el Evangelio que anunciaba.
Desde los inicios de la vida de la Iglesia, los cristianos, persuadidos por las palabras de Cristo, que nos recuerda que «si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo» (Jn 12,24), hemos tenido siempre la convicción de que la sangre de los mártires es semilla de cristianos, como dice Tertuliano. Sangre de un gran número de cristianos mártires que también hoy, de manera dramática, sigue siendo derramada en el campo del mundo, con la esperanza cierta que fructificará en una cosecha abundante de santidad, de justicia, reconciliación y amor de Dios. Pero recordemos que mártir no se nace. Es una gracia que el Señor concede, y que concierne en cierto modo a todos los bautizados. El Arzobispo Romero recordaba: «Debemos estar dispuestos a morir por nuestra fe, incluso si el Señor no nos concede este honor... Dar la vida no significa sólo ser asesinados; dar la vida, tener espíritu de martirio, es entregarla en el deber, en el silencio, en la oración, en el cumplimiento honesto del deber; en ese silencio de la vida cotidiana; dar la vida poco a poco» (Audiencia General, 7 enero 2015).
El mártir, en efecto, no es alguien que quedó relegado en el pasado, una bonita imagen que engalana nuestros templos y que recordamos con cierta nostalgia. No, el mártir es un hermano, una hermana, que continúa acompañándonos en el misterio de la comunión de los santos, y que, unido a Cristo, no se desentiende de nuestro peregrinar terreno, de nuestros sufrimientos, de nuestras angustias. En la historia reciente de ese querido país, al testimonio de Mons. Romero, se ha sumado el de otros hermanos y hermanas, como el padre Rutilio Grande, que, no temiendo perder su vida, la han ganado, y han sido constituidos intercesores de su pueblo ante el Viviente, que vive por los siglos de los siglos, y tiene en sus manos las llaves de la muerte y del abismo (cf. Ap 1,18). Todos estos hermanos son un tesoro y una fundada esperanza para la Iglesia y para la sociedad salvadoreña. El impacto de su entrega se percibe todavía en nuestros días. Por la gracia del Espíritu Santo, fueron configurados con Cristo, como tantos testigos de la fe de todos los tiempos.
Queridos amigos salvadoreños, a pocas semanas del inicio el Jubileo extraordinario de la Misericordia, el ejemplo de Mons. Romero constituye para su querida nación un estímulo y una obra renovada de la proclamación del Evangelio de Jesucristo, anunciándolo de modo que lo conozcan todas las personas, para que el amor misericordioso del Divino Salvador invada el corazón y la historia de su buena gente. El santo pueblo de Dios que peregrina en el Salvador tiene aún por delante una serie de difíciles tareas, sigue necesitando, como el resto del mundo, del anuncio evangelizador que le permita testimoniar, en la comunión de la única Iglesia de Cristo, la auténtica vida cristiana, que le ayude a favorecer la promoción y el desarrollo de una nación en busca de la verdadera justicia, la auténtica paz y la reconciliación de los corazones.
En esta ocasión, con tanto afecto por cada uno de ustedes aquí presentes y por todos los salvadoreños, hago míos los sentimientos del beato Monseñor Romero, que con fundada esperanza ansiaba ver la llegada del feliz momento en el que desapareciera de El Salvador la terrible tragedia del sufrimiento de tantos de nuestros hermanos a causa del odio, la violencia y la injusticia. Que el Señor, con una lluvia de misericordia y bondad, con un torrente de gracias, convierta todos los corazones y la bella patria que les ha dado, y que lleva el nombre del Divino Salvador, se convierta en un país donde todos se sientan redimidos y hermanos, sin diferencias, porque todos somos una sola cosa en Cristo nuestro Señor (cf. Mons. Óscar Romero, homilía en Aguilares, 19 junio 1977).
Quisiera añadir algo también que quizás pasamos de largo... el martirio de monseñor Romero no fue puntual en el momento de su muerte, fue un martirio, testimonio de sufrimiento anterior: persecución anterior hasta su muerte. Pero también posterior porque una vez muerto -yo era sacerdote joven y fue testigo de eso- una vez muerto fue difamado, calumniado, ensuciado. Su martirió se continuó incluso por hermanos suyos en el sacerdocio y en el episcopado.
No hablo de oídas, he escuchado esas cosas, ósea que es lindo verlo también así, un hombre que sigue siendo mártir, bueno ahora ya creo que casi ninguno se atreva, pero que después de haber dado su vida siguió dándola dejándose azotar por todas esas incomprensiones y calumnias. Eso da fuerza, solo Dios sabe, solo Dios sabe las historias de las personas y cuántas veces a personas que ya han dado su vida o han muerto se les sigue lapidando con la piedra más dura que existe en el mundo: la lengua.
Por intercesión de Nuestra Señora de la Paz, cuya fiesta hemos celebrado hace pocos días, invoco la bendición de Dios sobre ustedes y todos los amadísimos hijos e hijas de esa bendita tierra.
Muchas gracias.
RD


El Papa sobre monseñor Romero: Fue difamado incluso por sacerdotes y obispos



Unos 500 salvadoreños han visitado hoy al Papa Francisco para darle las gracias por la beatificación del arzobispo mártir Óscar Romero, uno de los personajes más importantes del catolicismo en América Latina. 

El primero que le recibió al llegar fue este pequeño que consiguió saltarse la fila. 

MONS. JOSÉ LUIS ESCOBAR
Presidente, Conferencia Episcopal de El Salvador
"Somos una comisión representativa del país de El Salvador compuesta por la mayoría de los obispos de la conferencia episcopal, el señor postulador de la Causa de Monseñor Romero”.

El Papa lamentó que todavía hoy haya martirios en varias partes del mundo y recordó que Romero siguió siendo martirizado después de su asesinato porque "fue difamado, calumniado y ensuciado incluso por hermanos suyos en el sacerdocio y en el episcopado”. 

FRANCISCO
"Pastor bueno, lleno de amor de Dios y cercano a sus hermanos que, viviendo el dinamismo de las bienaventuranzas, llegó hasta la entrega de su vida de manera violenta, mientras celebraba la Eucaristía”. 

Francisco aseguró que el impacto de la entrega de Romero "se percibe todavía en nuestros días”, y recordó a otro sacerdote salvadoreño asesinado en la misma época que está en proceso de beatificación, el jesuita Rutilio Grande

Además, pidió que El Salvador "se convierta en un país donde todos se sientan redimidos y hermanos, sin diferencias”. Justo lo que intentó hacer monseñor Romero. 

Ecos del encuentro del Papa con los peregrinos salvadoreños, testimonios sobre Mons. Romero


(RV).-  El jesuita Guillermo Ortiz de Radio Vaticano, acompañó al grupo de salvadoreños llegados a Roma para el encuentro del viernes 30 de octubre con el Papa Francisco para agradecerle por la reciente beatificación de monseñor Óscar Arnulfo Romero.
Escuchemos los testimonios del P. Rafael Urrutia, Postulador de la Causa y de Mons. Jesús Delgado, secretario de Mons. Romero. Audio aquí
El jesuita Rodolfo Cardenal de la Comisión para la Causa de Rutilio Grande. Escucharlo aquí
Y el sacerdote Leopoldo Sosa, audio aquí

Romero es mártir en el momento de su asesinato, antes por la persecución y después por la calumnia, afirmó el Papa


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz
Escuchar audio aquí

“Los trae a Roma la alegría por el reconocimiento como beato de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, Pastor bueno, lleno de amor de Dios y cercano a sus hermanos que, viviendo el dinamismo de las bienaventuranzas, llegó hasta la entrega de su vida de manera violenta, mientras celebraba la Eucaristía…”, dijo Francisco cuando recibió 500 peregrinos de El Salvador que vinieron a Roma para agradecer la beatificación de Mons. Romero el 30 de octubre de 2015.
Después de referirse al martirio de Romero y a los mártires actuales en zonas de persecución de los cristianos, el Sucesor de Pedro dijo dejando el papel:    “Quisiera añadir … que el martirio de monseñor Romero no fue puntual en el momento de su muerte, fue un martirio, testimonio de sufrimiento anterior: persecución anterior hasta su muerte. Pero también posterior porque una vez muerto -yo era sacerdote joven y fue testigo de eso- una vez muerto fue difamado, calumniado, ensuciado. Su martirió se continuó incluso por hermanos suyos en el sacerdocio y en el episcopado. “No hablo de oídas –dijo-, he escuchado esas cosas, ó sea que es lindo verlo también así, un hombre que sigue siendo mártir, bueno ahora ya creo que casi ninguno se atreva, pero que después de haber dado su vida siguió dándola dejándose azotar por todas esas incomprensiones y calumnias. Eso da fuerza, solo Dios sabe, solo Dios sabe las historias de las personas y cuántas veces a personas que ya han dado su vida o han muerto se les sigue lapidando con la piedra más dura que existe en el mundo: la lengua.
Radio Vaticano

jueves, 29 de octubre de 2015

LECTURAS PARA EL DÍA DE HOY



Lectura Misa del Dia Jueves Octubre 29 2015


PRIMERA LECTURA

Romanos: 8, 31-35. 37-39
Ninguna creatura podrá apartarnos del amor que nos ha manifestado Dios en Cristo Jesús.
Hermanos: Si Dios está a nuestro favor, ¿quién estará en contra nuestra? El que no nos escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no va a estar dispuesto a dárnoslo todo, junto con su Hijo? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Si Dios mismo es quien los perdona, ¿quién será el que los condene? ¿Acaso Jesucristo, que murió, resucitó y está a la derecha de Dios para interceder por nosotros?
¿Qué cosa podrá apartarnos del amor con que nos ama Cristo? ¿Las tribulaciones? ¿Las angustias? ¿La persecución? ¿El hambre? ¿La desnudez? ¿El peligro? ¿La espada?
Ciertamente de todo esto salimos más que victoriosos, gracias a aquel que nos ha amado; pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni el presente ni el futuro, ni los poderes de este mundo, ni lo alto ni lo bajo, ni creatura alguna podrá apartarnos del amor que nos ha manifestado Dios en Cristo Jesús. 
Palabra de Dios

SALMO
Del salmo 108
Sálvame, Señor, por tu bondad.
Trátame bien, Señor, por ser quien eres
y por ser grande tu misericordia,
porque yo soy un pobre miserable,
que lleva el corazón atribulado. R/.
Ayúdame, Señor, Dios mío,
sálvame por tu bondad.
Que reconozcan aquí tu mano
y que tú, Señor, lo has hecho. R/.
Mi boca le dará muchas gracias al Señor,
lo alabará en medio de la multitud,
porque se puso en favor del pobre
 para salvarle la vida de sus jueces. R/.

EVANGELIO
San Lucas: 13, 31-35
No conviene que un profeta muera fuera de Jerusalén.
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le dijeron: "Vete de aquí, porque Herodes quiere matarte".
Él les contestó: "Vayan a decirle a ese zorro que seguiré expulsando demonios y haciendo curaciones hoy y mañana, y que al tercer día terminaré mi obra. Sin embargo, hoy, mañana y pasado mañana tengo que seguir mi camino, porque no conviene que un profeta muera fuera de Jerusalén.
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas y apedreas a los profetas que Dios te envía! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, pero tú no has querido!
Así pues, la casa de ustedes quedará abandonada. Yo les digo que no me volverán a ver hasta el día en que digan: ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!' "
Palabra del Señor

IMÁGENES PARA PENSAR. A la intemperie


Lanzarse a lo desconocido. Ir al abordaje con retos sin pautas. Dejarse vestir con la incertidumbre. Observar con atención los miedos. Contemplar con honestidad la realidad. Perder la seguridad. Lanzarse a construir. Salir a la intemperie.  

Swallow
pastoralsj

miércoles, 28 de octubre de 2015

Misiones jesuíticas guaraníes, el secreto mejor guardado


En el sur y cerca del río Paraná se localizan las misiones jesuíticas, una serie de construcciones que los religiosos de esta orden construyeron en los siglos XVII y XVIII para evangelizar a los nativos guaraníes.

Las misiones, algunas de ellas redescubiertas siglos después de su abandono, buscan afianzarse como atractivo turístico en la región, dado que pese a su valor histórico y artístico permanecen como un destino aún por descubrir.

Estas joyas arquitectónicas son conocidas también como reducciones, porque eran los lugares donde los jesuitas concentraban a las poblaciones indígenas para inculcarles la moral y la religión católica.

Así les apartaban además del régimen de las encomiendas, en el que los colonos usaban a los nativos como esclavos para trabajar en sus haciendas.

Cada reducción era gestionada por dos o tres jesuitas al frente de 3.000 o 4.000 indígenas, y se estructuraban en torno a una gran plaza central, alrededor de la cual se construían una escuela, un templo, una huerta, un cementerio y las viviendas de los nativos.

Aunque los jesuitas también dejaron huellas en otros países de la región, como Brasil, Bolivia, Argentina o Uruguay, Paraguay atesora los restos de dos de las reducciones más emblemáticas: la de San Ignacio Guasú, la primera en ser fundada en 1609, y la de Santísima Trinidad del Paraná, la mayor y mejor conservada de todas.

De la misión de San Ignacio, en el departamento paraguayo de Misiones, solo se conservan los edificios que formaban parte del antiguo colegio de los jesuitas, convertidos en un museo que alberga las esculturas rescatadas del antiguo templo.
La espiritualidad de los misioneros jesuitas que en el siglo XVII fundaron la reducción de San Cosme y Damián, en el sur de Paraguay, se une a la observación astronómica y la gastronomía de las posadas tradicionales en la oferta turística de la localidad. EFE/Andrés Cristaldo Benítez


Las esculturas representan imágenes de santos, vírgenes y mártires, talladas en madera policromada y con rasgos que recuerdan a los de los indígenas guaraníes, como su baja estatura o sus ojos rasgados.

Esta síntesis da lugar al conocido como estilo barroco-guaraní, que aúna el barroco europeo del siglo XVII, inspirado por artistas como el jesuita italiano José Brasanelli (1659-1728), con la influencia indígena.

Tras la expulsión de los jesuitas de España y de todos los territorios bajo dominio español, decretada en 1767 por el rey Carlos III, muchas de estas imágenes fueron destruidas porque se creía que, al estar huecas por dentro, habían sido usadas por los religiosos para almacenar tesoros, explicó a Efe Antonio Ramírez, informador turístico en la misión de San Cosme y Damián, en el departamento de Itapúa y a unos 400 kilómetros de Asunción.

Esta misión se consagró a dos santos médicos para que protegieran a los indígenas de las enfermedades que les asediaban, muchas de ellas ocasionadas por el contacto con patologías importadas por los europeos, contra las que no estaban inmunizados.

La reducción está constituida a la manera de los monasterios españoles de la época, y fue construida por los indígenas, que trabajaban un promedio de seis horas diarias tallando las piedras rojizas propias del lugar para levantar paredes, o modelando sobre sus muslos las tejas de arcilla para cubrir el techo, contó Ramírez.

En la misión está instalado también un planetario, que retoma los trabajos de Buenaventura Suárez (1679-1750), un jesuita que inició allí el estudio astronómico inspirado por los conocimientos de los indígenas, que se guiaban de las estrellas para sembrar y cosechar.

A unos 100 kilómetros de San Cosme y Damián se erigen las ruinas de Jesús de Tavarangüé, que aspiraba a ser una de las iglesias más grandes de la época, pero quedó inconclusa debido a las expulsión de los jesuitas.

Jesús de Tavarangüé fue declarada en 1993 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, junto con otra misión paraguaya, la de Trinidad, considerada como la más grande y mejor conservada de todas.

Estas ruinas se han revalorizado gracias a un espectáculo de luces y sonidos que hace resurgir de las sombras nocturnas arcos, pilares y púlpitos, y recrea el canto de los pájaros autóctonos y la música barroca de la época, cuyo máximo exponente fue el italiano Doménico Zipoli (1688-1726). EFE

Paraguay

Monseñor Ysern: "El Papa se equivocó al nombrar a Barros


"Que Roma envíe un visitador"


"El Papa es muy valiente y muy coherente consigo miso, al actuar como ha actuado"


(Juan Luis Ysern, obispo emérito de Ancud).-Estimado Jaime (Jaime Coiro, preiodista chileno y diácono permanente): De pronto te has convertido en personaje de primera plana en la prensa nacional e internacional. ¿Qué te parece?
Yo creo que los profesores de la escuela de periodismo deben estar felices con el parrafito que ha salido en todos los medios de comunicación social repitiendo las palabras del Papa que te dirigió a ti, según aparece en el video ampliamente difundido. Encuentro que es un magnífico ejemplo para hacer ejercicios de epistemología, de hermenéutica, de semiótica y de muchas cosas más. Pero yo solamente quiero hacer un comentario que me parece de sentido común que, de pronto, es el sentido que menos se usa, aunque es el que corresponde al hombre de la calle.

Hace ya tiempo, el P. Alfonso Baeza nos juntó a un grupo de personas que nos reuníamos con él cada quince días en su parroquia. Desde el principio, ese grupo quedó con el nombre "Emaús" porque el evangelio del domingo anterior al día de la primera reunión que tuvimos era precisamente ese y porque desde aquel momento considerábamos que nuestra tarea como grupo tenía que ser la de descubrir al Señor que camina con nosotros y no lo conocemos. Después del fallecimiento del P. Alfonso, continuamos reuniéndonos en la misma parroquia con la plena autorización del nuevo párroco y seguimos con la misma dinámica, tratando de descubrir la presencia del Señor en medio del acontecer de cada día que unas veces nos parece brillante y otras tenebroso.
Con todo esto quiero decirte que la semana pasada tuvimos reunión de Emaús y como puedes imaginarte era tema obligado el referente a tu "diálogo", llamémoslo así, con el Papa Francisco. No pretendo alargarme exponiendo la riqueza de nuestra reflexión pero creo conveniente referirme a algunas cosas.
En primer lugar quiero darte las gracias por tu encuentro con el Papa y haber dado ocasión para que el Papa se expresara como se expresó. Mi reacción personal ante las expresiones del Papa ha sido muy positiva. No estoy hablando de forma irónica sino con toda sinceridad. Cada día veo más grande al Papa en su autenticidad, su sencillez, humildad y fidelidad al seguimiento del Señor en radicalidad.
Me explico. Desde el primer día el Papa nos dijo que armáramos lío y que no tuviéramos miedo a los golpes, que era preferible una Iglesia herida que no una Iglesia inmóvil. Es evidente, quien tiene las heridas del camino está vivo y sigue avanzando, mientras que permanecer inmóvil es signo claro de muerte. Cuando el Papa nos animó a armar lío, yo no me imaginé que él mismo se iba a meter en el lío. Al ver que él también se mete y que lo hace con tanta naturalidad y sencillez a mí me da alegría y me llena de admiración. Siempre nos hemos imaginado al Papa con un leguaje absolutamente fiel a las más rigurosas normas protocolares, sin entrar en el lenguaje coloquial que utilizamos todos en ambientes de confianza.
Veo que el Papa se presenta totalmente como expresó el primer día cuando nos dijo queél es un hombre como los demás, no un súper hombre. Hace unos días repitió esto mismo en Estados Unidos cuando visitó a los presos en la cárcel y les dijo "yo también soy pecador". Veo al Papa como una persona radicalmente auténtica, sin pretensiones de disimular algo que no es.
Recuerdo que en una de las entrevistas que me han hecho dije que estoy plenamente convencido de la rectitud del Papa en fidelidad a su conciencia al hacer el nombramiento de Mons. Barros y al mismo tiempo decía que soy de los que piensan que el Papa se equivocó. No encontraba ningún problema para decir esto y ahora constato que son muchos los que lo dicen. Eso mismo es una prueba de lo que el Papa dijo el primer día en el sentido de ser una persona humana como las demás.
Recuerdo, además, haber dicho que, según mi parecer, si en los Tribunales no ha quedado probado que Mons. Barros es encubridor, el Papa lo defenderá por fidelidad a los derechos humanos ya que toda persona se presume inocente mientras no se pruebe lo contrario. Cuando analizo lo que el Papa te dijo, considero que eso mismo es una prueba clara del planteamiento que hice.
Pero el problema es otro. El problema es que la persona de Mons. Barros va a llevar consigo división en forma inevitable ya que unos van a creer a quienes lo acusan de encubridor y otros, por el contrario, le creerán a él cuando dice que es inocente y esta división no se puede evitar por decreto. Los que conocemos el impacto creado por el P. Karadima en la Iglesia y en la sociedad chilena, pensamos que es imposible evitar tal división y en ese estado de cosas es imposible que Mons. Barros pueda ejercer el ministerio episcopal. Esto está ocasionando mucho sufrimiento a la Iglesia en Osorno, a Mons. Barros, a la Iglesia Chilena y a todos.
Veo que esto (me refiero al tema de la real división) no se lo han presentado al Papa en su real magnitud, por tanto, tampoco él lo ha podido ponderar como corresponde. Los que estamos aquí, palpando la realidad, no somos tan ciegos que no veamos la realidad y los que vemos esas cosas de modo distinto al Papa nos damos cuenta de que no se trata de macanas. Por ello no me parece ninguna ofensa decir que el Papa está equivocado. Pero esto no me impide decir al mismo tiempo que el Papa es muy valiente y muy coherente consigo miso, al actuar como ha actuado. No entiendo a los que dicen que el Papa se ha desenmascarado. Precisamente lo que veo es todo lo contrario, una enorme transparencia, ni un instante he visto al Papa con máscara.
Pero, dicen otros, el problema es que el Papa ha llamado "tontos" a los fieles de Osorno. Mi primera reacción cuando vi que algunos rasgaban vestiduras por tal cosa, me dio risa. Me acordé de aquel dicho que hay en España: "A mí no me molesta que me digan tonto, lo que me molesta es el retintín". También en Chile tenemos alguna palabra, algo parecida a "tontón", cuyo significado en cada momento depende del tono con que se dice. No tiene absolutamente ningún sentido buscar en el diccionario el significado de la palabra porque lo que se quiere decir en cada momento depende de las circunstancias y del tono (el retintín), y eso siempre dentro de un lenguaje coloquial que pone cercanía. Nada que ver con lenguaje protocolar y académico.
En el caso concreto en el que, según los antecedentes que le han presentado al Papa, los fieles de Osorno se están dejando manipular, lo que el Papa está haciendo es como quien remece a otro para que despierte. No tiene ningún sentido de insulto por ningún lado y por el contrario, al usar ese lenguaje coloquial, se está exponiendo a que le digan:"Santo Padre, despierte, que es usted el que está equivocado" Me parece admirable la sencillez y humildad del Papa.
Pero según la información que tiene el Papa la manipulación estaría ocasionada por "las narices" (ocurrencias, caprichos) de los "zurdos". Otra expresión semejante a la anterior en cuanto a lenguaje coloquial. Y esta vez nos quedamos desconcertados. Por lo menos yo no sé qué intervención ha podido existir de parte de políticos de izquierda. Sin duda hay gente de derecha y también de izquierda en cada lado pero no veo que haya algún grupo político que pretenda sacar beneficio a partir de la división de los fieles.
En esta situación se me producen dos sentimientos al mismo tiempo, por una parte es el sentimiento de admiración que ya he expresado y, por otra parte, siento como una obligación que tenemos de hacer todo lo que sea necesario para conseguir que la Congregación para los Obispos envíe un visitador que vea la realidad con la mayor objetividad posible y pueda informar al Papa sobre la verdad de la situación.
No sé si al haber quedado tú metido en el tema (aunque hayas entrado como Pilatos en el Credo) tendrás alguna oportunidad especial para hacer algo. Tenlo presente, tú verás.
Te escribo a raíz de la preocupación que tuvimos en la reunión de Emaús de la semana pasada. He seguido pensando y me ha parecido bien escribirte. Puedes utilizar esta carta según consideres mejor. Si es que quieres hacerla pública, puedes enviarla a Mons. Ezzati para que él se la envíe privadamente por correo electrónico al Cardenal Errázuriz y así la tendremos al día siguiente en todos los medios de comunicación social.
Sigamos rezando constantemente por el Papa y también por Mons. Barros.
Cordialmente,
+Juan Luis Ysern de Arce
Obispo emérito de Ancud

Papa Francisco: "Osorno sufre por tonta"

martes, 27 de octubre de 2015

ESTÁ PASANDO: Vais a acabar mal


“Dejad de haced eso que al final vais a acabar mal”. No has tenido infancia si no has escuchado eso muchas veces a tu profesor, a tu madre o a una monitora de tiempo libre cuando estabas riñendo con algún amigo o con tu hermana. Pues Valentino Rossi y Marc Márquez han acabado mal. A estas alturas poca gente queda sin ver el video en el que Rossi da una patada tirando de su moto a Márquez en el gran premio de Malasia.

Estos días seguro que en muchos recreos, bares y redes sociales hay comentarios sobre esta polémica. En España van más en la línea de ver a Rossi como el malvado campeón que ha pateado un pobre motorista inocente. Y me puedo imaginar que en Italia verán más a Márquez como un provocador que no ha parado hasta hacer que Rossi se quede a punto de perder el campeonato. Qué cómodo es hacer esos juicios maniqueos donde sólo hay buenos y malos. Pero estoy seguro que todos hemos vivido situaciones parecidas donde o bien nos han arrebatado de repente algo que nos hacía ilusión, dejándonos tirados en la cuneta, o bien nos han provocado hasta que no hemos aguantado más y hemos saltado como una olla a presión. En ambos casos acabamos frustrados y heridos.

Aunque me gusta de vez en cuando ver una película del oeste donde los malos son malísimos y los buenos buenísimos, en la vida real voy aprendiendo que hay más matices, y puedo entender tanto a Marc como a Valentino. Ninguno me parece un villano sin corazón o un superhéroe sin tacha, son humanos. Pero sí me parecerían grandes personas si se dieran cuenta de que hay mucha gente pendiente de ellos –sobre todo muchos niños, niñas, jóvenes- y frenaran su espiral de provocación para que sus carreras reflejen lo mejor del deporte. O ya puestos a pedir por qué no que reconozcan que se han equivocado y que pidan perdón. Entonces sí que serían para mí superhéroes.

Javier Montes sj
pastoralsj

IMÁGENES PARA PENSAR. Versión mejorada


Se dice que, tras el estreno de ‘El Mesías’, alguien comentó a Handel lo mucho que había disfrutado con su música. El compositor respondió:
«Lamento que sólo haya logrado entretenerles, mi intención era hacerles mejores».

Magín

pastoralsj

lunes, 26 de octubre de 2015

¿Sínodo? «Un milagro de equilibrio y consenso»: Paglia


Habla el presidente del Pontificio Consejo para la Familia del Vaticano, Vincenzo Paglia, sobre el Sínodo de los Obispos que acaba de concluir y asegura que el “espíritu sinodal” logró desbaratar alguna operación contra en consenso mayoritario

ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZCIUDAD DEL VATICANO


“Un milagro”. Así calificó Vincenzo Paglia al consenso alcanzado al final de la asamblea del Sínodo de los Obispos, que concluyó este domingo 25. En entrevista, el presidente del Pontificio Consejo para la Familia reconoció la existencia de alguna “operación no lineal” contra el acuerdo entre los “padres sinodales”, alcanzado después de tres semanas de sesiones a puertas cerradas. Pero constató que el espíritu promovido por el Papa logró disipar esa “neblina”. 

¿Cuál es el balance de este sínodo?

Ciertamente positivo. Tres semanas de trabajo intenso y apasionado.

¿Está satisfecho con el documento final?

El documento que hemos votado es un documento unitario. Este es el primer gran fruto de este Sínodo. Ha sido entregado al Papa. A él los obispos le pidieron un futuro texto suyo. El Papa Francisco quiso hacer público el actual: Es como un acto de franqueza del Papa que, en cierto modo, quiere hacer partícipe al pueblo de Dios del trabajo realizado. Este texto es una válida ayuda para proseguir  el trabajo sinodal para que sea escrito en las páginas de la vida real.

¿Ha sido difícil alcanzar un acuerdo final, también sobre los temas más discutidos?

El Sínodo ha visto centenares de discursos y casi mil 500 propuestas, gracias a este intenso trabajo se alcanzó una síntesis compartida de parte de una gran mayoría de obispos que está también abierta a ulteriores desarrollos. La dialéctica del debate –el Papa invitó a la “parresia”- hizo madurar un fruto de unidad eclesial importante en un mundo cada vez más conflictivo.

Sobre el tema de los divorciados vueltos a casar, ¿cómo definiría el acuerdo?

El texto aprobado anima con decisión la integración en la vida de la comunidad cristiana de aquellos que viven situaciones matrimoniales irregulares. Este es el verdadero punto, dentro del cual puede ser leída en modo eficaz también la cuestión específica de la comunión a los divorciados vueltos a casar. Si no se tiene en cuenta la cuestión verdadera de la integración se corre el riesgo de una doble reducción: o la concesión falsamente “buenista”, o la reivindicación de un falso derecho. ¡La eucaristía es un don que salva!

¿Qué significa el concepto de “discernimiento” en estos casos?

El momento crucial ocurrió cuando la mirada se fijó más en las personas que en las fórmulas. Sea san Juan Pablo II, sea Benedicto XVI habían exhortado a discernir la diversidad de las situaciones. Me surge decir que el Sínodo obedeció a estas indicaciones que Francisco había ya anteriormente subrayado. En este sentido se indicó un camino que deberá ser mejor especificado.

¿En qué otros temas cree que el Sínodo hizo la diferencia, en sus conclusiones?

Diría que la verdadera novedad del texto sinodal es el haber puesto la cuestión de la misión como punto final y de prospectiva para releer todos los otros temas. Lo pedía ya el título del encuentro: “vocación y misión” de la familia. El texto sinodal delinea un nuevo paradigma de la relación entre la Iglesia y la familia: Juntas son llamadas a un nuevo empuje misionero, ambas “en salida”. Debe ser superado el “familiarismo” que lleva a cerrarse en el estéril e insostenible “dos corazones, una carpa”; y el “parroquialismo” burocrático y autorreferencial de las comunidades cristianas.

El Sínodo invoca una nueva alianza para un renovado anuncio del evangelio. No debemos olvidar que el cristianismo inició justamente de esta manera: una “iglesia doméstica” que fermentaba la ciudad. Debemos volver a este inicio. Es lo que indica Jesús cuando alude a ese “misterio del inicio en el cual Dios confió a la alianza entre el hombre y mujer la responsabilidad de las generaciones y la custodia de la creación.

Mucho se habló en estos días de “innovadores” y “conservadores”. ¿Quién es el ganador de este Sínodo?

El Papa diría: ¡el espíritu santo! Es el, de hecho, el que ha obrado el milagro del equilibrio y del consenso sobre el documento final, votado totalmente por una mayoría calificada, a diferencia de lo que ocurrió el año pasado. Franqueza en el debate y corrección del método han permitido una mirada sobre el hombre, más que sobre la fórmula. 

El Papa anunció la creación de una nueva estructura del Vaticano dedicada a la familia que absorberá las competencias del pontificio consejo que preside. ¿Cómo se dará esto?

Tras el Sínodo de los años ‘80 sobre la familia nació el Pontificio Consejo para la Familia. Hoy, después de un nuevo Sínodo sobre el mismo problema, nace un nuevo dicasterio, probablemente con el rango de una congregación, que declara una más alta atención de la Iglesia por la vida y la familia. No es una simple fusión, más bien una nueva oficina bajo el empuje de la “Gaudium et Spes”.

Por las noticias de los últimos días se llegó hablar de “complots” que querían contaminar el Sínodo, ¿coincide con esta visión?

En su discurso conclusivo el Papa Francisco recordó la riqueza de la “parresía” (hablar con plena libertad) y también algunos “golpes bajos no elegantes”. El espíritu sinodal barrió con alguna maniobra no lineal. No debemos temer: El espíritu del Papa Francisco es capaz de disipar también las neblinas. 

¿Cuál es el mensaje del Sínodo?

El imperativo que emerge de este Sínodo es: la misericordia, que es el corazón del evangelio, debe sustituir la “condena”. Eso significa comprender de nuevo el tema de la ley, que debe siempre estar al servició del camino de las personas y jamás recinto que bloquea las existencias. La ley, tomada por si sola, frena, vuelve árida la vida, impide soñar.

Vatican Insider