Lucas 7. 31-35.
“¿A qué compararé la gente de este tiempo? ¿A qué se parece? Se parece a los niños que se sientan a jugar en la plaza y gritan a sus compañeros: ‘Tocamos la flauta, pero ustedes no bailaron; cantamos canciones tristes, pero ustedes no lloraron.’ Porque vino Juan el Bautista, que ni come pan ni bebe vino, y ustedes dicen que tiene un demonio. Luego ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y ustedes dicen que es glotón y bebedor, amigo de gente de mala fama y de los que cobran impuestos para Roma. Pero la sabiduría de Dios se demuestra por todos sus resultados.”
Recuerdo los momentos en que he sentido a Jesús muy cerca de mí en mi vida.
¿Cómo se presentó? ...
¿Cómo le reconocí? ...
Identifico la presencia del Señor en mis momentos de alegría...
en mis angustias ...
celebrando mis triunfos ...
consolándome en mis derrotas ...
lo reconozco como mi amigo de fiestas y mi compañero de duelos ...
Gracias Señor por estar en todas conmigo. ...
Gracias por el don de reconocerte en los momentos importantes de mi vida
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