El papa Benedicto XVI advirtió hoy en París que cuando el hombre se convierte a sí mismo en creador 'la formación del mundo puede fácilmente transformase en su destrucción' y denunció que las ciudades 'ya no están llenas de altares y para muchos Dios se ha convertido en el gran desconocido'.
El Obispo de Roma hizo estas manifestaciones en el discurso que pronunció ante 700 personalidades del mundo de la cultura francesa, entre ellas los ex presidentes Valery Giscard D'Estaing y Jacques Chirac y representantes musulmanes, reunidas en el Colegio de los Bernardinos, un lugar histórico edificado en 1247 por los monjes cistercienses de san Bernardo de Claraval.
En un discurso, el Papa disertó sobre el origen de la teología occidental y de las raíces de la cultura europea y de nuevo volvió a subrayar que a través de la razón se puede llegar a Dios.
El Papa Ratzinger comenzó su esperado discurso destacando la importancia que tuvo la cultura monástica occidental, cuyo objetivo era 'quaerere deum', buscar a Dios.
A este respecto, subrayó que la búsqueda de Dios requiere una cultura de la palabra y que la Sagrada Escritura, 'teniendo en cuenta que se trata de una colección de textos literarios cuya redacción duró más de un milenio', precisa de la interpretación.
El Papa alemán analizó después los escritos del apóstol Pablo, quien en sus cartas a los corintios aseguraba que 'donde hay Espíritu (Cristo) hay libertad.
'Sería fatal si la cultura europea de hoy llegase a entender la libertad solo como la falta total de vínculos y con esto favoreciese inevitablemente el fanatismo y la arbitrariedad. La falta de vínculos y arbitrariedad no son la libertad, sino su destrucción', afirmó el Papa.
El Obispo de Roma señaló también que la situación actual es muy distinta de la que Pablo encontró en Atenas, pero en muchas cosas es bastante análoga.
'Nuestras ciudades ya no están llenas de altares e imágenes de múltiples divinidades. Para muchos, Dios se ha convertido realmente en el gran Desconocido', denunció el Papa Ratzinger, que señaló la necesidad de 'dejarse encontrar por él'.
Benedicto XVI añadió que una cultura 'meramente positivista que circunscriba al campo subjetivo como no científica la pregunta sobre Dios, sería la capitulación de la razón, la renuncia a sus posibilidades más elevadas y consiguientemente una ruina del humanismo, cuyas consecuencias no podrían ser más graves'.
El Papa Ratzinger subrayó que lo que es la base de la cultura europea, la búsqueda de Dios y la disponibilidad para escucharle, 'sigue siendo aún hoy el fundamento de toda verdadera cultura'.
El Pontífice, siempre citando a Pablo, dijo que el apóstol no anunció dioses desconocidos, 'anunció a Aquel que los hombres ignoran y sin embargo conocen'.
'Un Dios solo pensado e inventado no es un Dios. Si El no se revela nosotros no llegamos hasta El. La novedad del anuncio cristiano es la posibilidad de decir a todos los pueblos que El se ha revelado, El se ha mostrado. Pero esto no es un hecho ciego, sino un hecho que en sí mismo es Logos (razón). Por supuesto que hay que contar siempre con la humildad de la razón para poder acogerlo', destacó.
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