El P. Mariampillai Sarathjeevan, de 41 años, trabajador del proyecto del JRS, optó por quedarse con su gente atrapada en la ‘zona segura’ hasta el 18 de mayo, a pesar del peligro que suponía la cercanía del conflicto.
A medida que el conflicto entre el ejército srilankés y el grupo rebelde de los tamiles (los LTTE) llegaba a su fin y que los desplazados que quedaban tenían que ser evacuados, el P. Sarathjeevan sufrió un infarto. Los informes dicen que murió por el agotamiento de meses de privaciones, constante ataques aéreos y bombardeos. Sin embargo, los que estaban junto a él en el momento de su muerte dijeron que fue la visión de tantos cadáveres por todas partes lo que le provocó el ataque al corazón.
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Este sacerdote tamil sirvió a la población desplazada en la ciudad de Kilinochchi, al norte de Sri Lanka. Según el personal del JRS y otras personas que le conocían, llevó a cabo sus responsabilidades con una total dedicación y entusiasmo. Si lo hubiera querido, podía haber salido de la zona de guerra, pero siguió trabajando allí con la convicción de que no podía abandonar a su gente necesitada.
Cuando la guerra estalló en el distrito de Vanni y se produjeron los desplazamientos en masa, el P. Sarathjeevan se quedó y ayudó a las personas en aquellas horas trágicas. Estaba totalmente ocupado levantando refugios para la gente, cuidando a los enfermos y enterrando a los muertos.
Story dated: 25/06/09
JRS
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