miércoles, 13 de febrero de 2008

XV Asamblea General de CVX - Agosto 2008



Bajo el lema “Enviados por Cristo, miembros de un solo cuerpo”, la Comunidad Mundial profundizó sobre las consecuencias de vivir este llamado a todos los niveles. Como clave de nuestra responsabilidad compartida en la misión, definimos cuatro pasos o funciones: discernir, enviar, apoyar y evaluar. En comunidad discernimos los llamados recibidos. Es la comunidad la que nos envía y la que nos acompaña en el servicio apostólico discernido. Una vez finalizado el servicio o después de cierto período de tiempo, la comunidad evalúa la misión con la persona o grupo enviado. De este modo, el apostolado individual es parte de la “misión común”, pues toda la comunidad comparte la responsabilidad del mismo.

Con el fin de vivir y actuar como cuerpo apostólico, reconocimos que la CVX requería revisar sus estructuras y procesos, de modo particular la formación y el liderazgo para responder mejor al llamado recibido. De conformidad con este reconocimiento, la Asamblea pidió al Consejo Ejecutivo Mundial dar los pasos necesarios para avanzar en esta dirección. Naturalmente, esta no es únicamente una tarea continua sino también un desafío para toda la Comunidad Mundial, para cada una de las comunidades nacionales y para todas las estructuras de coordinación regional. En última instancia, éste constituye también un reto para los grupos locales.
A partir de Nairobi hemos seguido profundizando en nuestra comprensión de lo que significa ser un cuerpo apostólico de acuerdo al ritmo de cada comunidad nacional. En nuestro modo de proceder, al intentar vivir la responsabilidad compartida, vamos observando cada vez más las características del discernimiento, el envío, el apoyo y la evaluación, las mismas que conllevan ciertos desafíos. Sobre la base de las recomendaciones de Nairobi, se han dado experiencias y reflexiones muy enriquecedoras acerca del sentido del llamado a ser un cuerpo apostólico. Estas han abarcado el fomento de iniciativas coordinadas a nivel regional en todos los continentes, el impulso del liderazgo y de la formación CVX, la reflexión sobre el perfil del miembro CVX, su sentido de pertenencia y el compromiso con la CVX, así como experiencias de servicio apostólico y de colaboración con la Compañía de Jesús. Han surgido también varios tópicos referentes a nuestra vocación y estilo de gobierno. Se requiere, por ejemplo, mayor claridad acerca del sentido de pertenencia y el compromiso, lo cual demanda de nosotros una reflexión más profunda.
Es el momento de detenernos y de preguntar al Señor: ¿y ahora hacia dónde vamos?
proyecto 135

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