viernes, 29 de febrero de 2008

Congregación General 35: Ellos nos han configurado


29/02/2008] He tenido la gran suerte de formar parte del pequeño grupo encargado de trabajar el tema de la vida comunitaria. Después de pasar mucho tiempo trabajando en una propuesta, nos llegó el turno de presentar en el aula lo preparado.

Esa mañana Jim Grummer me dio una foto de José y Javier, dos inmigrantes que duermen junto con otros cincuenta en nuestra Iglesia de los Ángeles. En la foto, sus rostros curtidos a la intemperie brillaban radiantes. Desde aquel día he puesto continuamente estos rostros delante de mí. Los veo todas las mañanas cuando me siento en mi puesto, el número 201. Rostros que están conectados con los rostros de muchos otros que, a muchos de los que estamos en esta Congregación, nos han hecho ser lo que somos.

Fernando Franco, del Secretariado Social, ha promovido en estos días una reunión con aquellos que han trabajado en pastoral penitenciaria. Durante la reunión yo veía el rostro de Juan, un recluso que participó en un retiro que di hace años en una cárcel de máxima seguridad. Juan estaba alojado en las celdas de alta seguridad, y durante mi reunión yo recordaba la jaula en la que vive durante casi veinticuatro horas al día, y escuchaba de nuevo su voz ahondando en el Evangelio y hablándome de quién es Jesús para él.

Durante esta reunión, otros jesuitas compartieron experiencias concretas de trabajo con aquellos que han sido encarcelados. De sus testimonios se desprendía con claridad cómo hemos sido formados, transformados y configurados por la vinculación con hombres y mujeres que viven tras las rejas. De algún modo, pienso, estos presos viven en nosotros y hoy sus voces están unidas a las nuestras.

También durante esta Congregación dos veces nos hemos reunido en relación con nuestro trabajo con el Servicio Jesuita a Refugiados. Treinta y tres de nosotros hemos trabajado con refugiados en muchas y diversas partes del mundo. Compartimos cómo el acompañar a gente que lo ha tenido que dejar todo, que ha tenido que huir de guerras civiles, que han dependido totalmente de Dios para sobrevivir, nos ha formado y nos ha configurado en lo que somos. No tengo ninguna duda de que hoy, cuando hablamos en esta Congregación, somos distintos a causa de lo que hay de Juan y de José en nuestras vidas.

Así que doy gracias a Dios por haber conocido a Juan y a José y a todos a quienes representan. Por eso he de confesar que ha sido importante para mí durante la Congregación, mantener esta foto en mi mesa. Delante de mí, cada día. Doy gracias por haber conocido a muchos que han sufrido tanto, y que de forma patente, apuntan hacia la fuerte presencia de Dios aun en medio de tanta oscuridad. Ellos nos han hecho ser lo que somos. En nombre de ellos también, hoy buscamos la voluntad de Dios para la Compañía.

Fr. Michael Kennedy, SJ.
sjweb35

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