martes, 5 de febrero de 2008

Congregación General 35: El cónclave de los jesuitas


Proceso de recreación de la Compañía

La elección rápida y serena de Adolfo Nicolás como Superior General fue para todos nosotros, y particularmente para aquellos que tuvimos la dicha de conocerlo personalmente, un motivo de consolación. Tanbien el hecho de que la CG 35 coloque en el centro de sus reflexiones todo lo referente a nuestra identidad, vida y misión en el mundo de hoy, nos llena de esperanza.
En ese contexto, lo que nuestro Pe. General dijo antes de la CG, en un texto frecuentemente citado, tendría que ser objeto de profunda reflexión y atento discernimiento: “Cómo puede ser que obtengamos tanta admiración y tan poco seguimiento? Por lo tanto, una de mis esperanzas es que la CG 35 pueda empezar un proceso dinámico y abierto de reflexión sobre nuestra vida religiosa que sea el inicio de un proceso de re-creación de la Compañía en nuestro tiempo”.
La palabra re-creación puede asustar a algunos, como sucedió cuando se hablaba tiempo atrás de la “re-fundación” de la vida religiosa. Si esa palabra asusta, hablemos más bien de reflexionar en profundidad sobre nuestra vida y apostolado, pero no sólo a la luz de nuestro carisma fundacional, sino también a la luz y en función del mundo de hoy, un mundo muy distinto de aquel del tiempo de Ignacio.

No debemos tener miedo de cuestionarnos y en profundidad, nos sólo, como nos recordaba el mismo Pe. General en el texto citado, sobre “la calidad de nuestros servicios, sino también y principalmente...la calidad de nuestro testimonio personal y comunitario para la Iglesia y el mundo”.

También en ese contexto, un aspecto que tenemos que tener siempre delante de los ojos es el de la comunicación, tan importante en el mundo de hoy, tema que mereció un breve decreto en la CG 34, pero que a veces recibe poca atención en la planificación apostólica provincial e regional.
Con frecuencia a la comunicación se la considera como un “sector” de actividad para algunos, y como un puro “medio” a servicio de nuestro apostolado, y no tanto como dimensión que debería permear a fondo todas nuestras actividades apostólicas. El dicho de M. MacLuhan, “the medium is the message” no ha perdido su relevancia. Todos nosotros acompañamos de cerca los trabajos de la CG 35 y rezamos para que Dios les ilumine e inspire.

Francisco Ivern, SJ

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