sábado, 30 de mayo de 2009

El Evangelio de hoy



Juan 21. 19-25.


Al decir esto, Jesús estaba dando a entender de qué manera Pedro iba a morir y a glorificar con su muerte a Dios. Después le dijo:
—¡Sígueme!
Al volverse, Pedro vio que detrás venía el discípulo a quien Jesús quería mucho, el mismo que en la cena había estado a su lado y le había preguntado: “Señor, ¿quién es el que te va a traicionar?” Cuando Pedro lo vio, preguntó a Jesús:
—Señor, y a este, ¿qué le va a pasar?
Jesús le contestó:
—Si quiero que él permanezca hasta que yo vuelva, ¿qué te importa a ti? Tú sígueme.
Por esto corrió entre los hermanos el rumor de que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no dijo que no moriría. Lo que dijo fue: “Si quiero que él permanezca hasta que yo vuelva, ¿qué te importa a ti?”
Este es el mismo discípulo que da testimonio de estas cosas, y que las ha escrito. Y sabemos que dice la verdad.
Jesús hizo muchas otras cosas; tantas que, si se escribieran una por una, creo que en todo el mundo no cabrían los libros que podrían escribirse


Me pongo en el lugar de Juan, el discípulo que Jesús tanto ama. …
Jesús me ama de modo particular …
soy su preferido …
me defiende …
¿qué siento?

1 comentario:

Anónimo dijo...

SU SANTIDAD: "IMAGENES DE PLACER Y VIOLENCIA ENVENENAN EL ALMA DE LAS PERSONAS, IMPIDIENDO LA VOCACION ESPIRITUAL"
Casi textual de su Mensaje de Pentecostés.
El Evangelio de Hoy: nos presenta la vocacion, o llamado personal, que JESUS dirige a Pedro, y que pasa por el martirio de dar su vida a semejanza del Maestro.
De hecho, se cuenta que cuando fué aprehendido para ser Crucificado, habria dicho que el no era digno de morir como su maestro, por lo cual fue colocado cabeza abajo.
En tanto, se cuenta que San Juan pudo escapar de las persecusiones, pero sufrió el exilio en la isla de Patmos, donde, después de haber perdido completamente la vista, experimentó las visiones que narra en el Apocalipsis (o Revelación) donde, en lenguaje simbólico o figurado, nos representa la decadencia de occidente cristiano.
PENTECOSTES es la venida del Espíritu Divino sobre las Iglesias, y sobre todos los hombres y mujeres que son amados por Dios.
Por tanto, hay que perseverar en la Cristiana Vocación, y sus valores esenciales, sin tomar en cuenta esas imágenes o visiones del mal, sin dar credibilidada a los anti-valores de la cultura de muerte, así acutuaron Pedro y Juan que no se dejaron seducir por los bienes mundanos y desenfrenos del Imperio Romano, no se vendieron por unas monedas, sino que fueron fieles y dignos discipulos del Maestro Divino.
Hagamos algo similar, algo que valga la pena, dia a dia, sin aparentar nada, sino muy de adentro.
La Santimima Virgen Maria, madre de todos, nos puede inspirar.