miércoles, 6 de mayo de 2009

El Evangelio de hoy



Juan 12. 44-50.


Jesús dijo con voz fuerte: “El que cree en mí, no cree solamente en mí, sino también en el Padre, que me ha enviado. Y el que me ve a mí, ve también al que me ha enviado. Yo, que soy la luz, he venido al mundo para que los que creen en mí no se queden en la oscuridad. Pero a aquel que oye mis palabras y no las obedece, no soy yo quien lo condena; porque yo no vine para condenar al mundo, sino para salvarlo. El que me desprecia y no hace caso de mis palabras, ya tiene quien lo condene: las palabras que yo he dicho lo condenarán en el día último. Porque yo no hablo por mi cuenta; el Padre, que me ha enviado, me ha ordenado lo que debo decir y enseñar. Y sé que el mandato de mi Padre es para vida eterna. Así pues, lo que yo digo, lo digo como el Padre me ha ordenado.”

Contemplo mi vida pasada, …
mis momentos de angustia, …
de soledad, …
de falta de fe. …
Recuerdo cuando he tratado de vivir sin Jesús y cómo me he sentido. …
Recuerdo también cuando Jesús ha irrumpido con su luz en mi vida. …
Cuando la ha iluminado con la fe, …
la esperanza y el amor. …
Comparo ambas situaciones …
Comparo mi vida iluminada con la noche oscura. …
¿qué me nace decirle a mi amigo Jesús? …
le converso como amigo a amigo …
lo que siento …

1 comentario:

Anónimo dijo...

JESUS DICE LO QUE SU PADRE LE HA ORDENADO,

Los Filósofos aparentemente hablamos por un saber "puramente humano", no somos, ni mucho menos, palabras de Dios.
Pero nos damos cuenta no sólo como se ha instrumentalizado el mensaje del Maestro Esenio, hasta hacerlo inmanente a las contradicciones víctima/victimario el ordenamiento sacrificial del mundo, sino que además es el propio Avatar Jesús el que se equivoca, incluso situado en su contexto.
Porque le falta algo ESENCIAL, a saber, ponerse en el lugar del otro, ser tolerante, y ver la parte de verdad que hay, incluso, en sus detractores. En los que buscan el Bien por otros caminos.
Pero en el Catolicismo campea la censura, el verticalismo, la exclusión y la falta de diálogo tolerante hacia la verdad del Prójimo. Al igual que en su Maestro.

Y otros Grandes Maestros (nosotros preferimos a los iniciados que no presumen su divinidad, aunque la tengan) no cometen el mismo error.
LAO TSE, por ejemplo, fue comprensivo y tolerante con todos,
y mostró la verdad sin "deslumbrar", y, sobretodo, sin condenas ni anatemas.
Por tanto, "El Señor Jesús" se equivoca completamente al pregonar una verdad cerrada, exclusiva y excluyente, a la cual nada se le puede quitar o añedir, y que termina siendo puesta por el Imperio Romano, y por una Iglesia de corte Medioeval, al servicio, como decia de la dialéctica victima/victimario, y, en definitiva de las contradicciones
de una sociedad sacrificial, filicida y alienante.
Pero tengamos verdadera sabiduría y verdadera fe: Amanece
Acuario, y con él, un mundo nuevo es posible, con Iglesias y Maestros dignos de la felicidad y la libertad propiamente humanas.-