miércoles, 5 de noviembre de 2008

El Evangelio de hoy


Lucas 14. 25-33

Mucha gente seguía a Jesús; y él se volvió y dijo: “Si alguno viene a mí y no me ama más que a su padre, a su madre, a su esposa, a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, y aun más que a sí mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no toma su propia cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo. Si alguno de ustedes quiere construir una torre, ¿acaso no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla? De otra manera, si pone los cimientos y después no puede terminarla, todos los que lo vean comenzarán a burlarse de él, diciendo: ‘Este hombre empezó a construir, pero no pudo terminar.’ O si algún rey tiene que ir a la guerra contra otro rey, ¿acaso no se sienta primero a calcular si con diez mil soldados puede hacer frente a quien va a atacarlo con veinte mil? Y si no puede hacerle frente, cuando el otro rey esté todavía lejos, le mandará mensajeros a pedir la paz. Así pues, cualquiera de ustedes que no deje todo lo que tiene, no puede ser mi discípulo.



La llamada de Jesús es exigente.


¿Qué cosas, personas o situaciones me alejan de Dios y me cuesta dejarlas?


¿Dónde mis afectos me llevan a apegarme a cosas, personas o situaciones?


¿Cuáles son esas cosas, esas personas o situaciones que se acercan más a los valores de este mundo que a los valores de Jesús.


¿El dinero? …


¿la fama? …


¿los honores? …


¿A qué tengo que renunciar para seguir más efectivamente a Jesús?

1 comentario:

Anónimo dijo...

JESUS NOS PIDE QUE LE SIGAMOS EN EL CAMINO DE LA VIDA.
Pero sabe, y nos advierte, que no seremos capaces: saquen la cuenta primero si pueden sostener su esfuerzo de santidad (la Torre, el ejército enemigo). Si no pueden, porque en verdad es MUY DIFICIL,
entonces pacten la paz conmigo.
Eso se desprende del texto, si no el párrafo sobre la construcción de la Torre,y el del combate de los ejércitos sería intercalar un absurdo.
¿Cómo pactar la Paz con El?
pienso que por la oración sincera y continuada, perfectible, del "culto interno", las obras piadosas indispensables (si no pudiéramos ir mas allá), y la humanización de nuestras relaciones sociales.
Y si estamos en la "lista de invitados" al templo, una boda, un bautizo familiar, una inspiración comunitaria, entonces, deponer nuestras dudas y rencores (si los hubiera) y asistir, Pactar la Paz con Dios.
Recientemente apareció un comentario en una página electrónica, respecto a que el Evangelio de San Juan divinizó a Jesús y que eso no fué asi desde el principio. Esto es facilmente refutable porque en los cuatro Evangelios hay Anunciación y Resurrección (atributos de Divinidad esencial). Tambien en muchos evangelios apócrifos que he revisado se insiste sobre la Divinidad de Cristo; con palabras toscas y oscuras, incluso los gnósticos, los esenios, etc. reconocen que Cristo es el Hijo de Dios, del misterio, el eón, etc.
La Iglesia Católica no inventó el mito de la Divinidad de Cristo.
El mismo dijo claramente quien ES,
y media humanidad lo creyó y lo cree: "Señor, ¿adónde iremos? Solo tu tienes palabras de vida eterna, sólo tu muestras con claridad que el sacrificio y el dolor tienen sentido, que por mucho que pesen las sombras de este mundo SIEMPRE hay esperanza, porque si, porque hay Dios. El más grande y sublime amor es REAL. Jesús lo mostró.