En el monte de la Bienaventuranzas, en la región de Galilea, transcurre el momento de espiritualidad que los obispos chilenos comenzaron este lunes en vísperas de la visita ad limina que inician la próxima semana.
El primer grupo de obispos, que viajó desde Chile el viernes 14 (ver detalles), fue recibido en Tel Aviv por el P. Sergio Olmedo, religioso franciscano chileno de la Custodia de Tierra Santa, que ha permanecido durante 16 años en los santos lugares.
Posteriormente se trasladaron a Belén, donde celebraron una Eucaristía en el Santuario de San Antonio, la que fue presidida por el obispo auxiliar de Santiago, Mons. Fernando Chomali, cuya familia tiene sus raíces en esos lugares.
El domingo fue un día de emociones espirituales profundas en la gruta de la Natividad, donde los obispos celebraron la Misa en la gruta de San Gerónimo, contigua a la del pesebre. La Eucaristía fue presidida por Mons. Pablo Lizama, arzobispo de Antofagasta. Sentimientos encontrados marcaron esta jornada: por una parte, de inmenso gozo al vivir esa experiencia de fe en el lugar donde nació el Redentor y al mismo tiempo la dolorosa comprobación de la división de los cristianos justamente en el lugar en que se asoma al mundo el Príncipe de la Paz.
El primer grupo de obispos se dirigió posteriormente hasta Tiberíades, donde se reunió con el resto de sus hermanos en el Episcopado que viajaron desde Chile el sábado 15 (ver detalles) y que retrasaron su llegada tras una espera prolongada en el aeropuerto de Tel Aviv debido a una huelga de trabajadores.
El retiro espiritual en Galilea es predicado por el P. Fidel Oñoro, director del Centro Bíblico para América Latina (CEBIPAL) y se prolongará hasta el 21 de noviembre. Después de este momento de espiritualidad los obispos se trasladarán a Roma, para iniciar el lunes 24 su visita ad limina.
Más información sobre la visita ad limina
Fuente: Prensa CECh
Galilea, 17/11/2008
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