domingo, 9 de noviembre de 2008

El Evangelio de hoy


Juan 2:13-22Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas, sentados detrás de sus mesas. Hizo un látigo con cuerdas y los echó a todos fuera del Templo junto con las ovejas y bueyes; derribó las mesas de los cambistas y desparramó el dinero por el suelo. A los que vendían palomas les dijo: "Saquen eso de aquí y no conviertan la Casa de mi Padre en un mercado". Sus discípulos se acordaron de lo que dice la Escritura: "Me devora el celo por tu Casa". Los judíos intervinieron: "¿Qué señal milagrosa nos muestras para justificar lo que haces?" Jesús respondió: "Destruyan este templo y yo lo reedificaré en tres días". Ellos contestaron: "Han demorado ya cuarenta y seis años en la construcción de este templo, y ¿tú piensas reconstruirlo en tres días?" En realidad, Jesús hablaba de ese Templo que es su cuerpo. Solamente cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron de que lo había dicho y creyeron tanto en la Escritura como en lo que Jesús dijo.

¿Qué me estás diciendo, Señor?

Reflexiones sobre la lectura de hoy

El Templo era uno de los recintos más sagrados y misteriosos para los seguidores de Jesús. El hecho que comparara su cuerpo y su persona con el Templo, y declarara que Él era más grande que el Templo, era un insulto al pueblo judío y le acarrearía la muerte.

En oración buscamos lo que está detrás de lo que Jesús dijo en esa ocasión a los que lo escuchaban en ese tiempo.

Más adelante ellos lo recordarían y se darían cuenta que profetizaba su resurrección. Él sabía que estaba completando el gran compromiso con su Padre - Él viviría para siempre, alzándose sobre su muerte y resucitando entre todos nosotros.

Espacio Sagrado

No hay comentarios: