viernes, 7 de marzo de 2008

El Evangelio de hoy


Juan 7.1-2. 10.14. 25-30


Después de esto, Jesús andaba por la región de Galilea. No quería estar en Judea, porque allí los judíos lo buscaban para matarlo. Pero como se acercaba la fiesta de las Enramadas, una de las fiestas de los judíos,
Pero después que se fueron sus hermanos, también Jesús fue a la fiesta, aunque no públicamente, sino casi en secreto.
Hacia la mitad de la fiesta, Jesús entró en el templo y comenzó a enseñar.
Algunos de los que vivían en Jerusalén comenzaron entonces a preguntar:
—¿No es a este al que andan buscando para matarlo? Pues ahí está, hablando en público, y nadie le dice nada. ¿Será que las autoridades creen de veras que este hombre es el Mesías? Pero nosotros sabemos de dónde viene este; en cambio, cuando venga el Mesías, nadie sabrá de dónde viene.
Al oír esto, Jesús, que estaba enseñando en el templo, dijo con voz fuerte:
—¡Así que ustedes me conocen y saben de dónde vengo! Pero no he venido por mi propia cuenta, sino que vengo enviado por uno que es digno de confianza y a quien ustedes no conocen. Yo lo conozco porque procedo de él, y él me ha enviado.
Entonces quisieron arrestarlo, pero ninguno le echó mano porque todavía no había llegado su hora.



Contemplo a Jesús, el enviado. …


¿A qué fue enviado Jesús en mi vida?


¿Qué buena noticia siento que me ha traído personalmente?

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