martes, 4 de marzo de 2008

Congregación General 35: Crónica de Stefan Dartmann SJ, Provincial de Alemania


Al comienzo de la última semana de la CG35

Queridos compañeros Jesuitas:

Ha comenzado la última semana de la CG35. Mientras llega la primavera, la ironía es que los días cada vez son más cortos. Sí, estamos en tiempo y ahora bastante seguros de acabar en la tarde del jueves con la eucaristía final en la iglesia del Gesù. Pero hay un fuerte sentimiento de que las cosas se han acelerado y de que necesitamos más horas al día para dar abasto con el trabajo que queda por hacer. Siento una mezcla de admiración y pena cuando veo aquellos de nosotros –y no son pocos- que llevan cargas especiales. Los pobres delegados que tienen que trabajar enlos borradores finales de los decretos, intentando a toda velocidad integrar la increíble cantidad de sugerencias y enmiendas en sus documentos! En un caso tuvieron que lidiar con seis paginas de enmiendas propuestas para cada página del borrador del documento…
Los pobres compañeros Jesuitas en Roma (y en cualquier lugar del mundo!) que tienen que traducir los borradores a diferentes lenguas, -trabajando en algunos casos literalmente toda la noche- de forma que encontremos todo en nuestra bandeja de entrada cuando volvamos de la primera sesión de la mañana. Los pobres traductores simultáneos que tienen que captar el sentido de las altamente elaboradas intervenciones que se hacen en el aula, donde los participantes dicen tanto como pueden en los dos minutos permitidos “antes de que suene el timbre”!
Y los pobres miembros de la deputatio ad negotia que tienen que reunirse cada mañana cuando la mayoría de nosotros disfruta del desayuno. Pero claro, tiene que haber alguien que reflexione en el proceso, evalúe y ajuste nuestra agenda para los próximos días.
Pero no solo es el trabajo ordinario de la Congregación donde tenemos la sensación de que el tiempo se acaba. Todos comenzamos a notar que buena parte de nuestros 220 compañeros electores de la CG35 a los que nos hemos acostumbrado a tener alrededor, a los que nos encontramos por la ciudad o al subir al autobús, pronto se dispersarán de nuevo por todo el mundo. Mientras nos acercamos hacia la clausura, aprecio cuán preciosa es esta ocasión de conocer a cada uno mejor y desarrollar o mantener relaciones fraternas. Dentro de solo una semana, nos costará de nuevo un largo y costoso viaje encontrarnos con muchos de ellos. Así que aprovechemos la oportunidad ahora, mientras la tenemos…
De hecho, hay mucho “trabajo ordinario” que los provinciales entre los delegados tenemos que hacer fuera de las sesiones oficiales. Esto demuestra y refuerza la asombrosa red de colaboración ya existente entre provincias de todo el mundo. Hablamos de intercambio de personas, ayuda económica, proyectos comunes o estrategias de futuro, algunas veces más formalmente en uno de los salones de la curia, o informalmente con una pizza y una cerveza - (lo creais o no: los Romanos no entienden cómo los extranjeros combinan pizza con vino!)
Algunas provincias están hermanadas por razones históricas, otras provincias más recientemente han comenzado una colaboración más cercana. Y también hay obras internacionales como el JRS que realmente nos hace sentir como cuerpo apostólico.
El sábado por la mañana ocurrió uno de los momentos más conmovedores de esta congregación. El anterior P. General, fue “secuestrado” en el aula –“si hubiera sabido el plan, nunca hubiera aceptado” dijo su sucesor con una sonrisa- cuando la Congregación General tuvo la última oportunidad de expresar la gratitud que la Compañía siente por sus 25 años de entregado servicio.
El P. Kolvenbach, que partió al día siguiente para visitar a su familia en Holanda, recibió como regalo un maravilloso icono de Nuestra Señora que llevará con él a Líbano. La congregación le dio una cerrada ovación de pie, que duró minutos!. También esa mañana, los jesuitas de diferentes casas romanas, que habían preparado las oraciones de la mañana y la liturgia de la Congregación, se presentaron y se les dio las gracias con un cálido aplauso.
La próxima carta de Roma será la última. Por entonces, la CG35 será ya historia. Rezad pornosotros para que los últimos días nos permitan recoger la cosecha de decretos en los que hemos trabajado tantas semanas y finalizar el trabajo de esta congregación en espíritu de consolación y verdad en el Señor, quien por esta congregación quiere inspirar a toda la Compañía a amar y servirle y en todo lo que él quiera servir más y más…
Stefan Dartmann SJ,
Provincial de AlemaniaRoma, 2 de Marzo de 2008

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