miércoles, 5 de marzo de 2008

Congregación General 35: Nuevo decreto sobre identidad


05/03/2008] ¿Porqué es necesario tener un nuevo documento sobre la identidad del jesuita? ¿No son suficientes los excelentes textos de las últimas Congregaciones Generales?


Creemos que el nuevo contexto en que vivimos nos pide nuevas aclaraciones. Se trata de un contexto Global; así que necesitamos actuar, ahora más que nunca, como un cuerpo universal con una misión universal.


Este contexto es el nuevo paisaje eclesial en el que las órdenes religiosas apostólicas han de ser redefinidas. Este contexto es la nueva fuerza que experimentamos a través del Santo Padre, mediante su empuje e invitación a trabajar con dedicación y rigor científico en el diálogo fe-cultura. Este contexto son las nuevas naciones a las que somos enviados – como el P. Nicolás dijo en su homilía el día después de ser elegido General – Naciones más allá de definiciones geográficas, que hoy incluyen aquellos que son pobres y desplazados, aquellos que están aislados y profundamente solos.


Un orden religiosa – como toda institución humana y cualquier persona – tiene que responder periódicamente a cuestiones del tipo: “¿quién eres tú? ¿porqué haces lo que haces? ¿porqué lo haces de esta forma?” Hemos intentado responder estas cuestiones de una forma que atraiga más que prescriba, que permita y genere esperanza más que ceñirnos a bien conocidos problemas, que traiga nueva luz a imágenes ignacianas fundamentales, más que usar lenguaje abstracto.


Nosotros – Jim Corkery (HIB), Benjamín González Buelta (CUB), Ntima Kanza (ACE), George Pattery (CCU) and Hans Zollner (GER) – hemos propuesto lo que la Congregación nos pidió: un texto que inspire a la Compañía a seguir avanzando por el camino, alcanzando a la gente cercana y aquellos que están en las fronteras. Estamos convencidos que la identidad Jesuita y la misión Jesuita están tan relacionadas y que si hablamos de una es inevitable hablar de la otra.

Nuestro carisma está vivo. Lo hemos redescubierto con agradecimiento y esperanza. Hemos experimentado esto en nuestra unidad-en-la-diversidad y en las agitadas mociones de los individuos y de la Congregación en los últimos dos meses. Jesucristo es el fuego en el corazón de nuestra identidad y nuestra misión, Él es “el fuego que enciende otros fuegos” (San Alberto Hurtado, SJ). Este fuego arde en nosotros cuando vivimos las polaridades típicas de Ignacio: ser y hacer, contemplación y acción, estar completamente unidos a Cristo y completamente insertados en el mundo con Él como un cuerpo apostólico.

Hans Zollner SJ

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