[06/03/2008] El 15 de febrero el comité director de la Congregación nombró a cinco delegados para trabajar en un decreto sobre misión: Fernando Franco, Fred Kammer, Tomasz Kot, Bienvenido Nebres, y Eugenio Valenzuela.
El comité de redacción escribió tres distintos borradores, que tras discusiones y propuestas concluyeron en el decreto aprobado el miércoles 5 de marzo.
El decreto contiene varios temas clave: reafirmación de la misión de la Compañía, su nuevo contexto, relaciones Justas y reconciliación, y nuestra respuesta apostólica a los nuevos retos. También confirma las prioridades apostólicas globales de África, China, apostolado intelectual, casas inter-provinciales de Roma, y migrantes y refugiados.
En su primera parte, el decreto reafirma la misión de la Compañía articulada por la Congregación General 32 y desarrollada por las Congregaciones 33 y 34. Esta misión es el servicio de la fe, intrínsicamente ligada a la promoción de la justicia, y la dinámica relacionada con la proclamación inculturada del Evangelio y el diálogo con otras tradiciones religiosas.
En la sección del contexto, los temas clave son globalización, nueva cultura global, y las tensiones y paradojas en nuestras vidas que resultan de este nuevo mundo, incluyendo amenazas a la humanidad y nuestro medioambiente.
La congregación se apoya en la tradición profética y jubilar de la proclamación de las relaciones justas con Dios, con el otro y con la creación. El decreto desarrolla esta idea comprendiendo el de Jesucristo como reconciliación de Dios. Desde aquí, nuestra misión hoy envuelve la llamada a relaciones justas y reconciliación que en nuestra historia nos ha sacado de centros del mundo conocido a las fronteras de nuevos continentes y nuevas ideas. Este tema de “fronteras” utilizado por Benedicto XVI en su discurso a la Congregación, nos inspiró el título del decreto: “Desafíos para nuestra Misión hoy: enviados a las Fronteras.”
El decreto desarrolla los retos contemporáneos que tenemos los jesuitas hoy en tres líneas. Bajo la idea de relación con Dios están: hambrunas espirituales contemporáneas y la necesidad de nuevas formas de evangelización; subjetivismo cultural y relativismo como una oportunidad y reto al diálogo y proclamación; renovada búsqueda de significado y el valor de los Ejercicios espirituales en sus muchas formas, necesidad de diálogo inter-religioso en un contexto de fundamentalismo y erosión de las religiones tradicionales; y la importancia del trabajo pastoral con jóvenes en un mundo fragmentado.
En nuestra relación con los otros, el decreto incluye: la llamada a ver este mundo globalizado desde el punto de vista del pobre, aprender de ellos, y acompañarlos; la importancia de construir puentes a través de las divisiones sociales y la colaboración entre distintos ministerios; y la importancia de nuevas comunicaciones como vehículos de denuncia, educación y trabajo en red.En la sección de nuestra relación con la creación están: el cuidado de la creación como aspecto crítico para nuestra relación con Dios y otros; el impacto que el daño al medioambiente está teniendo especialmente en los pobres; la importancia de la investigación medioambiental y denuncia junto con los pobres; y la predicación y enseñanza sobre nuestra alianza con la creación.
El decreto se cierra con un énfasis hacia la autenticidad de nuestra propia vida espiritual y comunitaria, encarnación de relaciones justas en nuestros trabajos, y el potencial de nuestra universalidad para mayor efectividad apostólica, como testigos de solidaridad para nuestro mundo.
Fred Kammer, SJ
No hay comentarios:
Publicar un comentario