martes, 24 de marzo de 2009

Seminaristas, ¿una cuestión de cantidad o de calidad?


Vida Nueva) Coincidiendo con la celebración, este 19 de marzo, del Día del Seminario, Vida Nueva se hace una pregunta en su sección ‘Enfoques’: la actual crisis vocacional, ¿es un problema de cifras, de métodos, de testimonio…?. José Vicente Gómez Gómez, rector del Seminario de Salamanca, tiene muy clara la respuesta: la preocupación de fondo hoy en día debe estar “en facilitar un encuentro inaudito y cada vez más vivo entre la gracia del Evangelio y la libertad de los jóvenes de nuestro mundo que mantienen intactas sus profundas inquietudes de siempre”.

Para Ángel Javier Pérez Pueyo, director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Seminarios de la CEE, “no todo vale para llenar los seminarios” e invita a poner la confianza “en la acción del Espíritu, más que en estrategias y cálculos humanos, y pedir con gran fe al Señor, ‘dueño de la mies’, que envíe numerosas y santas vocaciones al sacerdocio”.

José Vicente Gómez está convencido de que actualmente nos encontramos en un cambio de época y que “necesitamos retomar con mucha hondura todos nuestros planteamientos evangelizadores y vocacionales”. En este sentido, asegura, “se trata, más que nunca, de sembrar derrochando el Evangelio de Jesucristo. Por todas partes y a todas horas (…) De poner a los niños y adolescentes en contacto con el fuego del amor de Cristo explicándoles su Palabra, acercándoles al Misterio eucarístico, invitándoles a realizar los gestos mismos del Señor”. De esta manera, está seguro de que surgirán nuevas vocaciones.

Pérez Pueyo cree que “en este mundo tan secularizado, la figura del sacerdote sigue siendo muy necesaria“, sobre todo para quienes “tienen hambre de justicia, ternura, amor”. Apunta una serie de condiciones básicas que considera que pueden propiciar el florecimiento de nuevas vocaciones.
Entre ellas destaca “realizar una selección exquisita de los candidatos”, “mantener un ambiente de familia que impregne toda la vida de la comunidad”, “tener unas comunidades de referencia de vida cristiana que hagan patente la belleza de vivir el cristianismo”, “seguir una vida interior sincera y profunda” y “tener como referencia el testimonio de vida del equipo de formadores“.

1 comentario:

Anónimo dijo...

DE AMBOS ASPECTOS.
Muchas vocaciones auténticamente valiosas quedan en camino a causa
simplemente de la no-tolerancia del Clero hacia teologias de mas amplios horizontes.
Si la Iglesia se considera una
"institución histórica de derecho divino" eso simplemente es una tesis hegeliana respecto al estado, en este caso, al Estado Vaticano. Una Iglesia es una comunidad, mucho más que un Estado.
Nadie tiene el monopolio de la "palabra de Dios", tampoco de su interpretación.
La "Palabra de Dios" o verbum lumen es algo vivo, no párrafos numerados en páginas que necesitan indispensablemente un lector humano
para tener Sentido.
El sacrificio de los inocentes y los excluidos, los oprimidos y marginales, multiplicado por millones de veces, no seria posible sin que los mas brillantes y bondadosos intelectuales fuéramos previamente
excluidos de todo cargo de real poder e influencia religiosa, politica y social.
Así sucede generación tras generación, hasta ahora.-