Martes, 17 mar (RV).- Benedicto XVI ha llegado hoy a Camerún, una tierra de esperanza para muchos en África Central, como la ha definido el Papa, elogiando el hecho de que haya acogido a miles de refugiados de la región, fugitivos de países de la región devastados. El Santo Padre llegó a Yaoundé aproximadamente a las 4 de la tarde, y en su primer discurso denunció con firmeza el sufrimiento desproporcionado de África, que en el pasado padeció el cruel negocio del tráfico de esclavos, que todavía continúa con mujeres y niños, y ahora sufre la carencia global de comida, la descomposición económica y la huida de miles de personas que abandonan sus hogares escapando de los conflictos locales
El Pontífice se ha hecho portavoz de un creciente número de africanos víctimas del hambre, la pobreza y la enfermedad que “imploran a gritos reconciliación, justicia y paz”. Benedicto XVI ha pedido el fin de las nuevas formas de opresión económica o política, que se acabe la imposición de modelos culturales que ignoran el derecho a la vida de los que aún no han nacido, la conclusión de las rivalidades interétnicas e interreligiosas, y que finalmente reine la civilización del amor.
Recibieron al Papa en el aeropuerto de la capital, el presidente de la República y un nutrido número de representantes de las autoridades políticas y civiles, el presidente de la Conferencia Episcopal de Camerún y el cardenal Christian Tumi, obispos del país y un grupo de fieles acompañados por un coro.
“Camerún es efectivamente tierra de esperanza para muchos en África central. Miles de refugiados de los países de la región han sido acogidos aquí. Es una tierra de vida, con un gobierno que habla claramente en defensa de los derechos de los que aún no han nacido. Es una tierra de paz: resolviendo mediante el diálogo, el contencioso sobre la península Bakassi, Camerún y Nigeria han demostrado al mundo que una paciente diplomacia puede producir frutos. En una tierra de jóvenes, bendecida con una población joven llena de vitalidad e impaciente por construir un mundo más justo y pacífico. Como se la describe justamente es ‘África en miniatura’, patria de más de 200 grupos étnicos diferentes que viven en armonía juntos”.
El Santo Padre ha evocado la figura de santa Josephine Bahkita como ejemplo de la transformación que el encuentro con el Dios viviente puede conseguir en una situación de gran sufrimiento e injusticia. Porque como ha subrayado el Papa “incluso en medio de grandes sufrimientos, el mensaje cristiano conlleva esperanza”, ya que “frente al dolor o la violencia, la pobreza o el hambre, la corrupción o el abuso de poder, un cristiano nunca puede permanecer en silencio”.
El Papa manifestó en primer lugar su alegría por estar en tierras africanas y recordando a numerosos santos del Continente durante los primeros siglos del cristianismo, como san Cipriano, santa Mónica, o san Agustín, subrayó que “África ocupa un puesto importante en la historia de la Iglesia”. De hecho, hasta nuestros días han sido muchos los misioneros y mártires que han continuado ofreciendo su testimonio de Cristo en cada parte de África y en la actualidad la Iglesia está bendecida con la presencia de casi 150 millones de fieles.
A su llegada a Camerún, donde más de un cuarto de la población es católica, el Santo Padre ha subrayado el papel de la Iglesia en el país y su misión volcada en la salud y la reconciliación. En este contexto el Papa ha incluido la visita que realizará al centro Cardenal Léger y ha definido particularmente encomiable la labor que lleva a cabo con los enfermos de sida en el país atendiéndoles gratuitamente.
Benedicto XVI ha viajado a África para presentar el ‘Intrumentum laboris de la II Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos, que tendrá lugar en Roma el próximo mes de octubre. Allí los padres sinodales reflexionarán juntos sobre el tema: “La Iglesia en África al servicio de la reconciliación, la justicia y la paz: ‘vosotros sois la sal de la tierra... sois la sal del mundo’. Y en este contexto el Papa ha hecho un llamamiento a todos los obispos, sacerdotes, religiosos y fieles laicos del continente a dedicarse nuevamente a la misión de la Iglesia de llevar esperanza a los corazones del pueblo africano. Fue también en Yaoundé, en 1995, cuando Juan Pablo II promulgó la exhortación post-sinodal ‘Ecclesia in Africa’, fruto de la I Asamblea Especial, celebrada también en Roma el año anterior.
Ecclesia
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