Cuenta Juan Vicente Boo en Abc que Benedicto XVI clarificó la enseñanza de la Iglesia sobre el uso de células madre embrionarias hace ya dos años durante un congreso en Roma sobre usos terapéuticos. La Iglesia no tiene inconveniente en que se utilicen células madre procedentes de fetos muertos espontáneamente, pero se opone de modo frontal a la destrucción de embriones para aprovechar sus células madre.
El Vaticano promueve el uso de células madre procedentes de adultos y de sangre del cordón umbilical. Al mismo tiempo, tiene gran esperanza en el sistema de «reprogramación», que ofrece perspectivas muy prometedoras. La postura de la Iglesia en los terrenos de la biotecnología avanzada figura en la instrucción «La Dignidad de la Persona», publicada en diciembre por la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Su lógica en este terreno se basa en el principio moral de la plena dignidad «de toda vida humana, desde su concepción hasta su muerte natural», según la expresión repetida por Juan Pablo II y su sucesor. Proteger a la persona humana desde el primerísimo momento en que está formada por dos células fundidas es la única frontera segura, sin entrar a discutir sobre calendarios de días, semanas o meses en los que sería tolerable destruir una vida.
El 16 de septiembre de 2006, en su discurso al Congreso internacional sobre «Células madre ¿Qué futuro para la terapia?», Benedicto XVI subrayó que no pueden extraerse de embriones humanos al precio de causarles la muerte. En esos casos, «la investigación, al margen de su utilidad terapéutica, no se pone verdaderamente al servicio de la humanidad, pues implica la supresión de vidas humanas que tienen igual dignidad que los demás individuos humanos y que los investigadores. La historia misma ha condenado en el pasado y condenará en el futuro esa ciencia, no sólo porque carece de la luz de Dios sino también porque carece de humanidad».
Igualdad absoluta
Con esta afirmación, Benedicto XVI reitera el principio moral de igualdad absoluta en cuanto a dignidad humana entre un embrión, un feto, un recién nacido, un adulto o un anciano enfermo.Su lógica en este terreno se basa en el principio moral de la plena dignidad «de toda vida humana, desde su concepción hasta su muerte natural»
El profesor de bioética Adriano Pessina escribió en «L´Osservatore Romano» de ayer que la dignidad de la persona «debe extenderse a todas las fases de la existencia del ser humano». Justo el día en que Barack Obama aprueba financiar con dinero estatal la investigación con células madres embrionarias, el artículo recuerda que «la verdadera democracia se funda sobre la madurez del pensamiento, capaz de reconocer la igualdad de todos los hombres y de impedir toda discriminación injusta basada en su desarrollo o en su condición de salud».
El Vaticano sabe que su voz es mucho más débil que la de la Casa Blanca, como lo era el siglo pasado cuando se oponía a la eugenesia o al racismo frente a Alemania.
RD
2 comentarios:
COMPRENSIBLE EL IDEALISMO ETICO PROPUESTO POR EL CATOLICISMO.
Ni siquiera el Aborto Terapético puede ser propuesto como una solución ideal.
Es lógico, y de acuerdo a la experiencia humana, que el ideal es
LA MEDICINA PREVENTIVA, y su contexto sociocultural complejo.
Pero ¿quien fija límites, o fronteras precisas, en la toma de decisiones tan entrañablemente humanas?
Una criatura que nace predestinada genéticamente al sufrimiento ¿es Cristo mismo que quiere seguir sufriendo?
Sinceramente pienso que no se puede razonar asi, que ya hay demasado sufrimiento en el Mundo, y que es mas piadoso y caritativo, ayudar a morir a una criatura que agoniza, que cultivar sentimientos sadomasoquistas al respecto.
La manipulacion de embriones con sistema nervioso activo y diferenciado es algo mucho más peligroso, porque realmente sueñan y sienten la necesidad interna de vivir. Cuidado. Mucho cuidado.
Nadie tiene el "monopolio de la verdad" porque las palabras, y tambien la Palabra de Dios, se acrisolan con el fuego del sentimiento, del pensamiento y de la libertad humanas.
Por eso se debe escuchar antes que al Papa, o que a un comentarista teórico, la voz viva y doliente de las madres y sus complejas necesidades psicológicas, espirituales y morales.-
LA VIDA Y SU DIGNIDAD ESTÁN EN JUEGO EN EL SIGLO XXI.
Siglo empapado de valores tales como: inmediatez superficialidad, hedonismos. Des-valores que atentan para una reflexión sana y madura sobre temas tan importantes como, el valor de la vida humana.
Esto nos invita a una tarea, de reflexión temprana, con nuestros niños y jóvenes.Reflexión acerca de la dignidad de los seres humanos, basada en la práctica de los valores vividos, generando una base solida, para permitir así una reflexión futura .
La labor centrada en las futuras generaciones, nos permitirá mirar con optimismo el camino por recorrer.
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