miércoles, 18 de marzo de 2009

El Evangelio de hoy


Mateo 5. 17-19

“No crean ustedes que yo he venido a suprimir la ley o los profetas; no he venido a ponerles fin, sino a darles su pleno valor. Pues les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, no se le quitará a la ley ni un punto ni una letra, hasta que todo llegue a su cumplimiento. Por eso, el que no obedece uno de los mandatos de la ley, aunque sea el más pequeño, ni enseña a la gente a obedecerlo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos. Pero el que los obedece y enseña a otros a hacer lo mismo, será considerado grande en el reino de los cielos.


¿Qué es lo que más me cuesta seguir del mensaje evangélico? …
¿en qué tengo la tentación de acomodar la Buena Noticia a mis intereses personales? …
¿dónde encuentro que hay algo que no se debe o no se puede aplicar a mi vida? …
Reflexiono sobre ello, se lo presento a Jesús, ¿qué quieres que haga al respecto, Señor?

1 comentario:

Anónimo dijo...

No nos sintamos en extremo culpables por nuestras limitaciones humanas: mas bien demos gracias por el bien que si hemos podido hacer.
JESUS no vino a traer mas angustias y sufrimientos, sino que a darle un valor de santidad al sufrimiento inherente a la condición humana.
Muchos errores se pueden sacar
de las enseñanzas de Jesús, como que las culpas se pagan con más dolor, o que las victimas inocentes son necesarias, o que el automartirio y la autonegación son en si mismas buenas.
La formación de una consciencia plenamente humana, no puede hacerse en base a un servilismo de la letra.
Una comunidad de fé es mucho mas que una Institución. Y una persona humana es mucho mas que las formas rituales consagradas.
¿Suena herético? Pues no: la vida es un misterio, y un misterio no cabe (o no se reduce) a tubo de ensayo y tampoco a un cáliz o a un dogma literal (litos=piedra) sin corazon HUMANO.