martes, 31 de marzo de 2009

El Evangelio de hoy

Juan 8. 21-30.

Jesús les volvió a decir:
—Yo me voy, y ustedes me van a buscar, pero morirán en su pecado. A donde yo voy, ustedes no pueden ir.
Los judíos dijeron:
—¿Acaso estará pensando en matarse, y por eso dice que no podemos ir a donde él va?
Jesús les dijo:
—Ustedes son de aquí abajo, pero yo soy de arriba; ustedes son de este mundo, pero yo no soy de este mundo. Por eso les dije que morirán en sus pecados; porque si no creen que Yo Soy, morirán en sus pecados.
Entonces le preguntaron:
—¿Quién eres tú?
Jesús les respondió:
—En primer lugar, ¿por qué he de hablar con ustedes? Tengo mucho que decir y que juzgar de ustedes, pero el que me ha enviado dice la verdad, y lo que yo le digo al mundo es lo mismo que le he oído decir a él.
Pero ellos no entendieron que les hablaba del Padre. Por eso les dijo:
—Cuando ustedes levanten en alto al Hijo del hombre, reconocerán que Yo Soy, y que no hago nada por mi propia cuenta; solamente digo lo que el Padre me ha enseñado. Porque el que me ha enviado está conmigo; mi Padre no me ha dejado solo, porque yo siempre hago lo que a él le agrada.
Cuando Jesús dijo esto, muchos creyeron en él.



¿Y yo? …
¿Me esfuerzo por hacer lo que le agrada al Padre? …
¿qué quiere Dios de mi, hoy? …
¿Porqué siento que el Padre está conmigo? …
¿qué estoy haciendo por agradar a Dios? …
¿qué misión me estará pidiendo en estos momentos?

1 comentario:

Anónimo dijo...

HAY UNA CARTA PASTORAL DEL AGUA,
del Obispo de Aysén Monseñor Luis Infanti...
Relación con el Evangelio: de las palabras que pronució JESUS en la Cruz, que se tenga memoria colectiva, fueron: "Agua, tengo Sed". "Padre, ¿por qué me has abandonado?". "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen" y
"Todo está consumado".
Si algo falta en el mundo posmoderno es "buenos padres", padres que no sacrifiquen a sus hijos, y que no los abandonen. En el artículo sobre las políticas
de las Transnacionales abortistas, fundadas por una mujer de ideologia abiertamente Nazi (no sólo fasista) se condena a la muerte a millones de seres humanos, para regular la poblacion, y en pro de derechos reproductivos exclusivos y excluyentes de la mujer.
Vemos, entonces, que no fueron "los judios" ni tampoco Dios quien condenó a Cristo, sino los que efectivamente lo hacen desde Herodes y hasta hoy.
Porque una cosa son los casos mas graves de aborto indirecto, y aborto terapéutico inducido, y otra muy distinta es de lucrar con el aborto voluntario en casi cualquier etapa de la gestación.
Por eso los muchos pueblos tienen "hambre y sed de justicia".
Porque no tienen agua, las aguas son también de los oligarcas, los poderes de facto, y sus agentes anónimos, del mercado impersonal de valores, de las trasnacionales del horror.
"Danos Hoy el Agua de Cada Dia" del Padre Luis Infanti, es clamar que nos devuelvan el derecho conculcado al agua de la vida y de la paz, de la justicia y de la libertad de consciencia, tanto como el agua fisica de nuestros rios y valles.
La Economia se ha puesto contra el hombre, contra la mujer y el niño, contra la naturaleza misma.
"La economia debe estar al servicio del hombre, y no el hombre al servicio de la economia",
nos decia el Cardenal Raúl Silva Henríquez, no hace tanto tiempo.
Por eso, quienes se resisten activamente, y en los hechos, a creer que JESUS es el
Verbo Divino del Tiempo que transita por la historia de la humanidad, simplemente no están en Comunión con El, no viven por ni para El.
Así visto, Jesús es, por ejemplo, siguiendo al Talmud, el hijo de un soldado romano apodado Pantera, y de su locura por ausencia de figura paterna, nace su delirio mesiánico, del cual sacará provecho el Imperio.
No es asi: lo esencial viste ropajes de pobreza, porque la verdad a nadie encandila con su Luz, sino que da a cada uno según la medida de su propia comprensión.
JESUS es el verbo de los sueños, que recrea la historia desde su interior, es LA VIDA, que por mil millones de balbucientes labios
llaman a Dios por su verdadero
nombre, ese nombre de María Santísima, que también les quisieran quitar, no sólo su vida.-