Mateo 11. 25-27.
En aquel tiempo, Jesús dijo: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has mostrado a los sencillos las cosas que escondiste de los sabios y entendidos. Sí, Padre, porque así lo has querido.”
“Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie conoce realmente al Hijo, sino el Padre; y nadie conoce realmente al Padre, sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo quiera darlo a conocer
Recuerdo aquellos momentos que he sentido al Señor presente, independiente de lo que he estudiado …
¿Cuándo he podido sentir el amor de Dios? …
¿Ha sido por mi gran sabiduría? …
Doy gracias a Jesús por transmitirme su mensaje directamente a mi corazón
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