Entonces Jesús comenzó a reprender a los pueblos donde había hecho la mayor parte de sus milagros, porque no se habían vuelto a Dios. Decía Jesús: “¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho entre ustedes, ya hace tiempo que se habrían vuelto a Dios, cubiertos de ropas ásperas y ceniza. Pero les digo que en el día del juicio el castigo para ustedes será peor que para la gente de Tiro y Sidón. Y tú, Cafarnaúm, ¿crees que serás levantado hasta el cielo? ¡Bajarás hasta lo más hondo del abismo! Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que se han hecho en ti, esa ciudad habría permanecido hasta el día de hoy. Pero les digo que en el día del juicio el castigo para ti será peor que para la región de Sodoma.”
Recuerdo aquellos momentos en mi vida en que claramente El ha actuado.
¿Cuáles son sus milagros en mi?...
Cuando he sentido la paz de su presencia ...
Cuando ha alegrado mi vida ...
Cuando me ha consolado ...
Cuando mis objetivos logrados han sido sus objetivos, lo que siento que El me ha pedido.
Le presento al Señor esos momentos.
Le doy gracias ...
Observo mi vida reciente.
Recuerdo aquellos momentos en que me he alejado de El.
En que mis objetivos han sido solo para mi.
En que mi vida ha sido egoísta, en que me he dejado llevar por los otros valores.
Se lo presento al Señor, ...
con arrepentimiento. ...
Pido perdón. ...
Doy gracias por su misericordia.
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