El Vicario para la familia se refirió al carácter sagrado que tiene la vida, “porque desde su comienzo compromete la acción de Dios”, por lo que llamó a los presentes a que “valoren la individualidad de todas y cada una de las personas como criaturas de Dios”.
Otra de las temáticas que el sacerdote abordó en su presentación fue el compromiso que tienen las familias chilenas en defensa de la vida. “Tenemos que decir ‘no’ a todo aquello que limite o atente contra la vida humana. Estamos llamados a manifestar a todos nuestra voluntad de promover y defender la vida humana, queriendo que todas las familias chilenas puedan tenerla en abundancia”, señaló.
A juicio del Padre Burzawa, una vida en abundancia pasa necesariamente por la dignidad y la felicidad. “Una dignidad que implica el reconocimiento del ser humano por ser lo que es y no por lo que tiene, creado a imagen y semejanza de Dios, capaz de perfeccionar el mundo, pero –sobre todo- capaz de amar y ser amado. La dignidad así entendida se transforma en una tarea que debemos proteger, cultivar y promover”, manifestó.
En cuanto a la felicidad, el sacerdote hizo referencia a aquella que “surge de la construcción de una historia de vida coherente y bien fundamentada, de una historia de vida que tiene claridad de su origen y metas que se pretende alcanzar, de una vida que en lo humano y lo trascendente se unen en una sola historia”.
Para conseguir la vida en abundancia “Dios regaló -al hombre y la mujer- la familia, construida sobre la base de un matrimonio”, señaló el Padre Burzawa, instando a los presentes a que “tomen la defensa y la promoción de la vida en sus manos, pues sus familias son los primeros santuarios de la vida, donde ella nace, crece, se desarrolla y se perfecciona; donde cada persona humana es llamada a la plenitud de Dios”.
Sexualidad y amor
Otro de tema que se abordó en el seminario fue el de “Sexualidad, proyecto de Vida” el cual estuvo a cargo del matrimonio compuesto por Sergio Valenzuela y Pamela Silva, ambos doctores de la Fundación Médica Porta Vitae. Dentro de su exposición, los facultativos señalaron que la sexualidad es parte de la esencia del ser humano; “puesta por Dios en todas las personas”. Esta es parte de la identidad de cada individuo, ayudando a formar al hombre y a la mujer en su “querer ser”.
A juicio del doctor Valenzuela, “la sexualidad, por sí sola, no puede ser un proyecto de vida”. Explicó: “La sexualidad, entendida como unión corporal íntima y exclusiva, que caracteriza el amor sexual, sólo debe ser vivida en el matrimonio”.
Para ello planteó que Dios creó al hombre y la mujer para vivir en compañía, “siendo ambos constructores de una forma de relación y de sociedad que es la familia, primera comunidad de personas, siendo la única que permite encontrar el bien objetivo del individuo y sus dinamismos”. Añadió: “Es en la familia donde más nos duele la indiferencia y el maltrato, pero es también donde cala más hondo el perdón y más se valora el espacio de la reconciliación”.
Según el médico, la sexualidad no sólo debe ser orientada a la intimidad, ya que si así se hiciera se estaría olvidando “una de las dimensiones más notables de la sexualidad: la generación de la vida”. Si se considera a la sexualidad como la muestra del amor matrimonial, se puede determinar que un amor fecundo que está destinado a dar nueva vida. “La negación de la fecundidad es la inmovilidad de las personas”, dijo el doctor Valenzuela.
Tras culminar la ponencia del matrimonio Valenzuela – Silva, tomó el micrófono María de los Ángeles Fernández, del programa de educación sexual “Ruta del Amor” quien dijo que el programa “busca entregar respuestas concretas y herramientas de la vida diaria para que los padres se hagan cargo del derecho inherente de educar y formar a sus hijos en la sexualidad, tomándola como una cualidad esencial del ser humano que necesita ser dirigida”.
También dio a conocer algunos lugares donde han llevado a cabo el programa, destacándose La Pintana y Puente Alto, entre otras.Trabajando juntosDespués de cada presentación hubo un panel con representantes de instituciones que trabajan por llevar dichos temas a la práctica. Es así como después de la charla del Padre Burzawa, se dirigió a los presentes Adriana Avendaño, Coordinadora del Proyecto Esperanza, quien habló sobre el acompañamiento en el dolor post aborto, señalando que “el aborto hace dos víctimas: la madre y su hijo”, agregando que “Proyecto Esperanza busca apoyar y acompañar pastoralmente a las mujeres que han decidido no abortar, y acoger con misericordia a aquellas que han abortado”. Para realizar su labor, cuentan con diversos centros de acogida repartidos a lo largo de Santiago.
Otra de las instituciones que participaron en el seminario fue Fundación San José para la Adopción. Bernardita Egaña, su presidenta, se dirigió al público para mostrar que la adopción es una alternativa válida para formar familia. Así también señaló que “hay mujeres que –pese a todas sus dificultades- han optado por preservar la vida”, permitiéndole a la fundación trabajar para plantear la adopción como una alternativa de vida.
Finalmente Antonio Llompart, de la Corporación Municipal de Puente Alto, se refirió a aplicación de Programas de formación integral de Sexualidad que lleva a cabo el municipio, en donde se compromete a toda la familia en este proceso. “Es necesario que en la formación integral de niños y jóvenes, en relación a la sexualidad humana, se comprometa a la familia, para así poder visualizar un proyecto de vida bajo el alero de la afectividad” señaló.
Fuente: http://www.vicariaparalafamilia.cl/ ---- Iglesia.cl
Santiago, 09/10/2008
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