viernes, 17 de octubre de 2008

El Evangelio de hoy


Lucas 12:1-7
Entre tanto se habían reunido miles y miles de personas, hasta el punto de que se aplastaban unos a otros. Entonces Jesús se puso a decir, especialmente para sus discípulos: "Cuídense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. Nada hay tan oculto que no haya de ser descubierto o tan escondido que no haya de ser conocido. Por el contrario, todo lo que hayan dicho en la oscuridad será oído a la luz del día, y lo que hayan dicho al oído en las habitaciones será proclamado desde las azoteas. Yo les digo a ustedes, mis amigos: No teman a los que matan el cuerpo y después ya no pueden hacer nada más. Yo les voy a mostrar a quién deben temer: teman a Aquel que, después de quitarle a uno la vida, tiene poder para echarlo al infierno. Créanme que es a ése a quien deben temer. ¿No se venden cinco pajaritos por dos monedas? Pues bien, delante de Dios ninguno de ellos ha sido olvidado. Incluso los cabellos de ustedes están contados. No teman, pues ustedes valen más que un sinnúmero de pajarillos".
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy

"Practica mientras predicas" era un dicho popular, que significaba que debíamos practicar lo que predicábamos, y vivir según nuestras creencias.
Jesús es duro con la hipocrecía, a menudo intransigente con aquellos que utilizan la religión para sus intereses personales.
Nuestras verdaderas formas de ser salen a la luz, así como la hipocrecía de los fariseos no podrá permanecer escondida.
La oración profunda es el tiempo de contactar nuestro verdadero ser, con sus lados positivos y negativos.
Podemos orar para que el amor de Dios inspire todo lo bueno en nosotros, y que el perdón de Dios sane todo lo demás.
Espacio Sagrado

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