En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer a su casa. Él entró y se puso a la mesa. Como el fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba las manos antes de comer, el Señor le dijo: "Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro rebosáis de robos y maldades. ¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro? Dad limosna de lo de dentro, y lo tendréis limpio todo."
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy
Estos capítulos de San Lucas nos muestran los dichos de Jesús, agrupados sin un orden determinado.
Ellos se refieren a estar limpios, tanto en nuestro interior como en nuestro exterior.
Dios vé nuestros corazones, y nos juzga por lo que tratamos de ser; comprende que gran parte de la maldad e incluso de nuestro pecado, tiene que ver con la debilidad humana que hemos heredado al nacer, y que acumulamos durante nuestras vidas.
espacio Sagrado
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