En carta del 15 de este mes, el P. General Adolfo Nicolás, comunicó al Presidente de la CPAL su aprobación a la selección de los tres teologados que van a formar a los estudiantes jesuitas de teología en América Latina: los centros de Belo Horizonte, Santiago de Chile y Bogotá. De ese modo, a partir del 2010, los cerca de 110 estudiantes de esta etapa que hay en el continente se distribuirán en estos tres centros que, para ello, recibirán apoyo de formadores y profesores de todas las provincias. Los otros cuatro centros existentes (Caracas, El Salvador, México DF y San Miguel) continúan funcionando como obras apostólicas al servicio de la Iglesia local.
Se ha llegado a esta decisión luego de un largo recorrido que comprendió la elaboración de sendas auto-evaluaciones y la constitución de dos comisiones con la presencia de jesuitas de otras áreas de la Compañía que ayudaron, en el 2005 y en el 2008, con su experiencia interprovincial. La Conferencia de los Estados Unidos conduce dos teologados interprovinciales, lo mismo que la de África. En Manila existe un teologado interprovincial para el Extremo Oriente a cargo de la Conferencia cuyo Presidente era precisamente el actual General. En Europa los centros de formación se han reducido a 11 para las diversas etapas.
La XVI Asamblea de Santo Domingo (octubre 2007) había aprobado los objetivos a conseguir con esta decisión y los criterios para la selección de casas y centros de formación. La reciente Asamblea de Manaus culminó el discernimiento con esta decisión.
En su carta de aprobación, el P. General recuerda que lo que se pretende no es simplemente reorganizar recursos y racionalizar esfuerzos sino lograr “una mayor calidad religiosa, humana y académica y que fomente la dimensión universal de nuestra vocación”. Esta decisión es un buen fruto, por tanto, de uno de los mayores acentos de la reciente Congregación General 35 que impulsa a los jesuitas a vivir en disponibilidad para servir en cualquier lugar que se les solicite en un mundo globalizado. Según la Congregación, la formación debe preparar a los jóvenes para ir a las nuevas fronteras geográficas, culturales, religiosas y sociales que demanden la atención de la Compañía y la solicitud de la Iglesia.
CPAL
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