jueves, 9 de octubre de 2008

El Evangelio de hoy


Lucas 11. 5-13.
También les dijo Jesús:
—Supongamos que uno de ustedes tiene un amigo, y que a medianoche va a su casa y le dice: ‘Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío acaba de llegar de viaje a mi casa, y no tengo nada que darle.’ Sin duda el otro no le contestará desde adentro: ‘No me molestes; la puerta está cerrada, y mis hijos y yo ya estamos acostados; no puedo levantarme a darte nada.’ Les digo que, aunque no se levante a darle algo por ser su amigo, lo hará por su impertinencia, y le dará todo lo que necesita. Así que yo les digo: Pidan, y Dios les dará; busquen, y encontrarán; llamen a la puerta, y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama a la puerta, se le abre.
“¿Acaso alguno de ustedes, que sea padre, sería capaz de darle a su hijo una culebra cuando le pide pescado, o de darle un alacrán cuando le pide un huevo? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!”

El Señor me invita a pedir. …
Me desafía a que me desahogue pidiendo lo que siento que yo necesito….
Intento buscar lo que más necesito hoy. …
Lo que más quiero ….
¿Qué le pido hoy a Dios? …
¿Qué es lo que más me aflige? …
¿Cuáles son mis deseos profundos? …
Les pongo grado de importancia …
los pongo frente a mí …
y hago mi oración de petición. …
Le pido con mucha fe a Dios por esos deseos y anhelos que me salen del corazón.

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