lunes, 7 de enero de 2008

Eucaristía de inicio de la Congregación General 35 de la Compañía de Jesús


El cardenal Rodé insta a los jesuitas a mantener la fidelidad a la Iglesia, a su carisma y a su fundador


La Congregación General 35 de la Compañía de Jesús se inauguraba esta mañana de lunes, 7 de enero, con una Eucaristía presidida por el cardenal Frank Rodé, prefecto de la Congregación para la Vida Consagrada, en la iglesia jesuita del Gesú. El Padre General de la Compañía, Peter-Hans Kolvenbach concelebraba desde el altar.


Durante la homilía, pronunciada en castellano, el cardenal Rodé dio gracias a la Compañía por su “fidelidad, su sabiduría, su rectitud, su ejemplo de humildad y pobreza”. Recordaba como San Ignacio indicaba las cualidades que debía tener un general de la Compañía y para finalizar afirmaba diciendo que “si algunas de las partes arriba dichas faltasen, a lo menos no falte bondad mucha y amor a la Compañía y buen juicio (Const. 735).


” Ha instado el cardenal Rodé a los jesuitas a “ponerse a la escucha del Espíritu creador que renueva el mundo”, a “regresar a las fuentes para conservar vuestra identidad sin perder vuestro propio estilo de vida”, al “empeño para discernir los signos de los tiempos, las dificultades y las responsabilidades de la puesta en acto de las decisiones finales”. Les ha animado a realizar su trabajo apostólico, a la luz de su carisma, “en modo tal que la creciente preparación de los laicos a vuestras actividades no oscurezca vuestra identidad, sino que la enriquezca con la colaboración de aquellos que, provenientes de otras culturas, comparten vuestro estilo y vuestros objetivos”.


Y finalmente ha recordado que “No se puede separar la consagración al servicio de Cristo de la consagración al servicio de la Iglesia”, lamentado que “va decayendo sensiblemente también en algunos miembros de las Familias religiosas el sentire cum Eclesia del que habla frecuentemente vuestro fundador”. Por eso “la Iglesia espera de vosotros una luz para restaurar el sensus Ecclesiae. Vuestra especialidad son los Ejercicios Espirituales de San Ignacio. De esta obra magnífica de la espiritualidad católica forman parte integrante y esencial las reglas del sentire cum Ecclesia. Son como un broche de oro con el cual se cierra el libro de los Ejercicios Espirituales. En vuestras manos tenéis los elementos para profundizar y actualizar este deseo, este sentimiento ignaciano y eclesial”.


También les ha instando a “presentar a los fieles y al mundo la auténtica verdad revelada en la Escritura y en la Tradición”, desde los centros jesuitas de investigación y de enseñanza; a seguir avanzando en el reto de trabajar por el diálogo Fe-Cultura y a seguir siendo contemplativos en la acción.


Foto: Ecclesia digital

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