sábado, 26 de enero de 2008

El Evangelio de hoy


Lucas 10,1-9
Después de esto, el Señor escogió también a otros setenta y dos, y los mandó de dos en dos delante de él, a todos los pueblos y lugares a donde tenía que ir.
Les dijo: “Ciertamente la cosecha es mucha, pero los trabajadores son pocos. Por eso, pidan ustedes al Dueño de la cosecha que mande trabajadores a recogerla. Vayan ustedes; miren que los envío como corderos en medio de lobos. No lleven dinero ni provisiones ni sandalias; y no se detengan a saludar a nadie en el camino. Cuando entren en una casa, saluden primero, diciendo: ‘Paz a esta casa.’ Y si allí hay gente de paz, su deseo de paz se cumplirá; pero si no, ustedes nada perderán. Quédense en la misma casa, y coman y beban de lo que ellos tengan, pues el trabajador tiene derecho a su paga. No anden de casa en casa. Al llegar a un pueblo donde los reciban, coman lo que les sirvan; sanen a los enfermos que haya allí, y díganles: ‘El reino de Dios ya está cerca de ustedes.’”


¿cuál será la misión que el Señor me pide hoy? ...
¿a dónde hay que ir a cosechar? ...

Reviso las posibilidades de vida apostólica que se me presenta, en mi barrio ...
en mi ciudad ...
en mi trabajo o estudio ...
en mi familia ...

¿dónde siento mayor paz?
¿quiénes estarán esperando el mensaje de paz que Jesús me envía? ...

¿qué personas necesitan de mi para sanarse? ...

Abro la mirada y el corazón ...

Hay personas muy cerca de mí que necesitan darse cuenta que el Reino de Dios ha llegado a ellos. ...
Pienso en esas personas ...
las traigo a mi oración ...
¿dónde encuentro más paz? ...

Se los presento al Señor para que confirme mi sentir

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