miércoles, 16 de enero de 2008

El Evangelio de hoy


Marcos 1. 29-39.
Cuando salieron de la sinagoga, Jesús fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama, con fiebre. Se lo dijeron a Jesús, y él se acercó, y tomándola de la mano la levantó; al momento se le quitó la fiebre y comenzó a atenderlos.
Al anochecer, cuando ya se había puesto el sol, llevaron todos los enfermos y endemoniados a Jesús, y el pueblo entero se reunió a la puerta. Jesús sanó de toda clase de enfermedades a mucha gente, y expulsó a muchos demonios; pero no dejaba que los demonios hablaran, porque ellos lo conocían.
De madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó y salió de la ciudad para ir a orar a un lugar solitario. Simón y sus compañeros fueron en busca de Jesús, y cuando lo encontraron le dijeron:
—Todos te están buscando.
Pero él les contestó:
—Vamos a los otros lugares cercanos; también allí debo anunciar el mensaje, porque para esto he salido.
Así que Jesús andaba por toda Galilea, anunciando el mensaje en las sinagogas de cada lugar y expulsando a los demonios.




Contemplo a Jesús sanando, dando a la vida su plenitud …

Pienso en aquellos que hoy necesitan de El.

Traigo a mi oración a los enfermitos(as) más cercanos. …

A mis familiares, …

a mis amigas(os), …

a quienes quiero y están enfermos, …

a quienes están enfermos y no tienen nadie cerca …


Le pido hoy al Señor por ellos, …

para que sientan su mano poderosa, …
para que se alivien y recuperen la esperanza. …


Gracias, Señor

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