sábado, 12 de enero de 2008

Congregación General 35: Final de la primera semana. Crónica de Wenceslao Soto SJ (3)







Con el sabor y el recuerdo de la Misa inaugural (Foto 1), la primera semana se acerca a su fin. Hoy, mientras la comisión del Estado de la Compañía continúa su trabajo, los congregados dedicamos la mañana a la oración personal.




Por la tarde acudiremos a la Curia para proseguir el intercambio en grupos lingüísticos. Estos grupos resultan más variados que los de las Asistencias, pues no se circunscriben a ellas ni siquiera a espacios lingüísticos de origen. Por eso resulta una experiencia más enriquecedora, y en algunos más que en otros, según la diversidad de sus componentes.




Mañana sólo hay trabajo por la mañana. Por la tarde se ha ofertado una visita a la capilla Redemptoris Mater (Foto 2), en el
Vaticano, explicada por su artífice, el P. Marco
Iván Rupnik, S. I.


La jornada de trabajo comienza a las 9 de la mañana en el aula de la Congregación, con una oración bien preparada, cada día en una lengua distinta, y con un sencillo y cálido acompañamiento musical en directo.


La jornada acaba con la Eucaristía a las 18:30, con una oferta en las principales lenguas y
con la invitación para que los congregados asistan a las de otras distintas de la suya. La
correspondiente al español, del jueves por la tarde, se celebró en portugués, y estuvo muy bien amenizada con cantos.


El ambiente en la curia es sumamente agradable y cordial. Se reparten muchas sonrisas en
los descansos y pasillos; la tarjeta identificativa que llevamos facilita el mutuo acercamiento y
el breve intercambio de algunas palabras de presentación, más o menos expedito según el dominio en lenguas. Es fácil evocar a jesuitas conocidos comunes lo que agiliza ese primer
intercambio. Con el paso de los días, uno va situando rostros, nombres,…. y todo
tiene un mayor aire de familiaridad. Sin duda este conocimiento mutuo facilitará la
dinámica de la Congregación General.
En las casas donde nos alojamos también somos muy bien acogidos. Los que
estamos en la Gregoriana disfrutamos de muchas ventajas: estamos en la médula
de la intelectualidad jesuítica. Los miembros de la comunidad son sumamente atentos y pacientes con sus huéspedes y las comidas con sobremesa son ocasión para intercambios diversos, siempre interesantes. La distancia a la curia nos ofrece entre dos y dos horas y media diarias de desplazamiento, a pie o en autobús, donde podemos hacer ejercicio, contemplar con reiteración ignaciana la Roma monumental y departir con compañeros de peregrinación. Una de las rutas corre a lo largo de la Via dei Coronari, calle de anticuarios donde cada tienda y escaparate se convierten en un pequeño museo. Además, gracias a la amabilidad gubernamental, el reloj del Palacio Presidencial del Quirinal nos ofrece gratis su información a golpe de campanadas, de día y de noche: cada cuarto de hora oímos en la cabecera de nuestra cama las campanas de esa hora, más las del cuarto correspondiente.
Otros compañeros están alojados en el Colegio
Belarmino (Foto 3), en el Bíblico, el colegio del Gesù, Residencia del Gesù de la Provincia de Italia, Curia, Casa San Pedro Canisio, Bonus Pastor (una Residencia del Vicariato de Roma) y San Onofre (una Casa de Ejercicios de las Doroteas).
Hasta ahora no ha hecho mucho frío, pero algunos ya han sucumbido a los efectos
de los cambios de temperaturas interiores y
exteriores.

Deseamos a Pere Borrás el prontorestablecimiento de su resfriado.
Wenceslao Soto, S. I.
03/11.01.2008

No hay comentarios: