Miles de peregrinos asistieron en la Ciudad Vieja de Jerusalén a las celebraciones de Viernes Santo para recordar la pasión y muerte de Jesús en los lugares venerados desde hace siglos como sus escenarios originales. Una multitud encabezada por monjes franciscanos y protegida por la policía recorrió la Via Dolorosa jerosolimitana desde el Monasterio de la Flagelación hasta la Basílica del Santo Sepulcro, el lugar en el que según la tradición fue crucificado y sepultado Jesús. Muchos de los asistentes portaban cruces y recitaban oraciones y cánticos.
No obstante, en medio de la crisis económica mundial, el número de Peregrinos es esta Semana Santa más bajo que en años anteriores y comerciantes de la Ciudad Vieja se quejan de ventas más bajas. También los hoteles de Jerusalén disponen de habitaciones vacías.
La Semana Santa católica coincide este año con la festividad del Pesaj, la Pascua judía, en la que el pueblo judío conmemora el Éxodo de Egipto narrado en el Antiguo Testamento. Por miedo a atentados durante la fiesta, Israel ha incrementado su alerta de seguridad y cerrado los territorios palestinos.
Al contrario que la Iglesia católica, la grecoortodoxa, mayoritaria en Tierra Santa, celebra la Pascua dentro de una semana.
RD
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