martes, 7 de abril de 2009

El Evangelio de hoy


Juan 13. 21-33. 36-38.

Después de decir esto, Jesús se sintió profundamente conmovido, y añadió con toda claridad:
—Les aseguro que uno de ustedes me va a traicionar.
Los discípulos comenzaron entonces a mirarse unos a otros, sin saber de quién estaba hablando. Uno de ellos, a quién Jesús quería mucho, estaba junto a él, mientras cenaban, y Simón Pedro le dijo por señas que le preguntara de quién estaba hablando. Él, acercándose más a Jesús, le preguntó:
—Señor, ¿quién es?
Jesús le contestó:
—Voy a mojar un pedazo de pan, y a quien se lo dé, ese es.
En seguida mojó un pedazo de pan y se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote. Y tan pronto como Judas recibió el pan, Satanás entró en su corazón. Jesús le dijo:
—Lo que vas a hacer, hazlo pronto.
Pero ninguno de los que estaban cenando a la mesa entendió por qué le decía eso. Como Judas era el encargado de la bolsa del dinero, algunos pensaron que Jesús le quería decir que comprara algo para la fiesta, o que diera algo a los pobres.
Una vez que Judas hubo recibido el pan, salió. Ya era de noche.
Después que Judas hubo salido, Jesús dijo:
—Ahora se muestra la gloria del Hijo del hombre, y la gloria de Dios se muestra en él. Y si el Hijo del hombre muestra la gloria de Dios, también Dios mostrará la gloria de él; y lo hará pronto. Hijitos míos, ya no estaré con ustedes mucho tiempo. Ustedes me buscarán, pero lo mismo que les dije a los judíos les digo ahora a ustedes: No podrán ir a donde yo voy.
Simón Pedro le preguntó a Jesús:
—Señor, ¿a dónde vas?
—A donde yo voy —le contestó Jesús—, no puedes seguirme ahora; pero me seguirás después.
Pedro le dijo:
—Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? ¡Estoy dispuesto a dar mi vida por ti!
Jesús le respondió:
—¿De veras estás dispuesto a dar tu vida por mí? Pues te aseguro que antes que cante el gallo, me negarás tres veces.


Recuerdo mis buenos propósitos ...

Las promesas que he hecho en oración. ...


Recuerdo aquellas promesas que me ha costado más seguir ...


Vuelvo a evaluarlas hoy y porqué no pude ser consecuente con ellas ...



Pido perdón y ayuda al Señor.


Igual que Pedro quiero ser capaz de entregar mi vida por El. ¿de qué forma? ...


Quiero seguirte ahora, Señor ...


ayúdame a cumplir ese sueño.

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