Por Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga
Cardenal de Tegucigalpa y presidente de Cáritas Internationalis
Miércoles, 8 de abril 2009
Queridos colegas y amigos en Caritas: Primero que todo, quiero agradecerles por ser ustedes mismos y por lo que hacen. Me siento muy orgulloso de lo que hemos logrado juntos. Nuestro trabajo se lleva a cabo en un entorno en donde hay cada vez más desastres naturales, conflictos en más de 30 países, altos niveles de migración, falta de progreso en el cumplimiento de las promesas de ayuda hechas por los países ricos y la dolorosamente lenta respuesta a los devastadores efectos del cambio climático.
He visto un reciente informe en el que se señala que las donaciones de algunas de nuestras organizaciones de Caritas, en vez de disminuir, han aumentado durante la crisis económica mundial. Esta es una señal de que el Cristo resucitado puede engendrar más amor que odio en el mundo, más preocupación por el prójimo necesitado que egoísmo y avaricia.
Debemos creer firmemente que podemos transformar nuestra sociedad en algo mejor. Un mejor lugar para vivir, un mejor lugar para trabajar y un mejor lugar para alabar a Dios.
Nuestro nombre, Caritas Internationalis, literalmente significa “el amor entre naciones” y creemos que el mayor impacto en la pobreza y en la injusticia en todas nuestras regiones alrededor del mundo se logrará trabajando juntos, no de forma individual.
Conforme nos preparamos para celebrar la Pascua de Resurrección, tengamos presentes en nuestros corazones a las víctimas del terremoto en L’Aquila, Italia. Que su sufrimiento sea transformado por el júbilo del Señor resucitado. Mi plegaria para la comunidad de Caritas alrededor del mundo es que seamos una muestra y un sacramento del amor redentor de Dios por toda la humanidad.
En el amor y la paz de Cristo
Oscar Andrés cardenal Rodríguez Maradiaga,
presidente
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