sábado, 12 de julio de 2008

El Evangelio de hoy


Mateo 10, 24-33


El discípulo no está por encima de su maestro, ni el sirviente por encima de su patrón. Ya es mucho si el discípulo llega a ser como su maestro y el sirviente como su patrón. Si al dueño de casa lo han llamado demonio, ¡qué no dirán de los demás de la familia! Pero no les tengan miedo. Nada hay oculto que no llegue a ser descubierto, ni nada secreto que no llegue a saberse. Lo que yo les digo en la oscuridad, repítanlo ustedes a la luz, y lo que les digo en privado, proclámenlo desde las azoteas. No teman a los que sólo pueden matar el cuerpo, pero no el alma; teman más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno. ¿Acaso un par de pajaritos no se venden por unos centavos? Pero ni uno de ellos cae en tierra sin que lo permita vuestro Padre. En cuanto a ustedes, hasta sus cabellos están todos contados. ¿No valen ustedes más que muchos pajaritos? Por lo tanto no tengan miedo. Al que se ponga de mi parte ante los hombres, yo me pondré de su parte ante mi Padre de los Cielos. Y al que me niegue ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en los Cielos.



El Señor me llama a proclamar la buena noticia que Él trajo.


A repetir lo que de El he aprendido....


Sin miedo ...

Sin temores ...


¿En qué momentos lo he logrado?...


¿Qué me puede faltar para atreverme más a extender su mensaje? ...


¿Con qué obras y acciones proclamo el evangelio? ...


¿Qué mas puedo hacer en este sentido? ...


¿Qué es lo que el Señor me pide realmente al respecto?



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