El papa Benedicto XVI comenzó su descanso este lunes en Australia mientras cientos de miles de peregrinos católicos convergen en Sidney para las Jornadas Mundiales para la Juventud (JMJ). El líder espiritual de los católicos, que llegó el domingo procedente de Roma, se prepara para las celebraciones del fin de semana descansando en una propiedad en las afueras de Sidney.
'Esta mañana temprano tenía programada una misa en la capilla Kenthurst y después tenía tiempo para rezar tranquilamente y para recuperar horas de sueño', dijo el portavoz de las JMJ, Danny Casey.
El Papa hará su primera aparición oficial para las JMJ el jueves, cuando se espera que llegue al puerto de Sidney en un espectacular 'barco papal' en lugar de su habitual 'papamóvil'.
Pero la ciudad ya está abarrotada por más de 100.000 peregrinos extranjeros que asistirán el martes a la misa de inauguración de las jornadas que será oficiada por el líder de los católicos en Australia, el cardenal George Pell, arzobispo de Sidney.
La celebración, que se realiza en diferentes ciudades del mundo desde 1986 con el objetivo de rejuvenecer a la Iglesia Católica, acabará el domingo con una misa papal en el hipódromo de Randwick, que espera reunir a unas 500.000 personas.
Un dispositivo de alta seguridad fue desplegado ante la posibilidad de eventuales ataques o catástrofes, con un circuito cerrado de cámaras que permitirá vigilar cientos de lugares en toda la ciudad.
Los peregrinos aclamaron a la cruz de 3,8 metros y al icono de las JMJ que pesa 15 kilos y representa a María y Jesús, que llegaron el lunes a Sidney en un transbordador tras un viaje por toda Australia.
Miles de jóvenes cristianos entonando cánticos y llevando las banderas de varios países del mundo acompañaron la cruz por toda la ciudad, donde cientos de calles estarán cortadas por las celebraciones.
'Para nosotros, la cruz es el mensaje de Cristo', dijo la peregrina italiana Paola Verde. 'Es un mensaje de amor y esperanza'.
El Papa dijo que durante la visita pedirá disculpas a las víctimas de abusos sexuales por curas en Australia, tal como lo hizo en Estados Unidos en abril.
Hablando con los periodistas durante su vuelo, el Sumo Pontífice de 81 años dijo que mandará también un mensaje para despertar la conciencia del medio ambiente y 'nuestra responsabilidad hacia la creación'.
Las advertencias de Benedicto XVI sobre el cambio climático serán probablemente bien recibidas en Australia, el continente más seco del planeta, pero otros mensajes de la Iglesia Católica seguramente suscitarán polémica.
Los activistas por los derechos de los homosexuales y otros colectivos protestarán contra la posición del Papa respecto a la homosexualidad y la contracepción, a través de una coalición recién creada bajo el nombre No al Papa, que repartirá preservativos entre los peregrinos.
En una tentativa de limitar semejantes protestas, el Gobierno del Estado de Nueva Gales del Sur declaró que ha otorgado poderes especiales a la policía para arrestar a las personas que 'molesten' a los participantes en las JMJ.
El grupo No al Papa ha emprendido acciones legales contra estos nuevos poderes ante el Tribunal Federal, del que se espera un veredicto para el martes.
Las encuestas internacionales señalan que Australia es uno de los países occidentales menos religiosos del mundo, según la Fundación Bertelsmann de Alemania.
Casi tres de cada cuatro australianos se definen como no religiosos o declaran que la religión no desempeña un papel importante en sus vidas, revelan las encuestas.
El cardenal Pell dijo el lunes que la juventud de Occidente era pervertida por el consumismo.
'Hay una crisis en el mundo occidental', dijo, con los jóvenes que se enfrentan a la 'tentación de creer que se puede tener una vida feliz sin Dios'.
El periodista Digital
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