martes, 8 de julio de 2008

El Evangelio de hoy


Mateo 9. 32-38.

Mientras los ciegos salían, algunas personas trajeron a Jesús un mudo que estaba endemoniado. En cuanto Jesús expulsó al demonio, el mudo comenzó a hablar. La gente, admirada, decía:
—¡Nunca se ha visto en Israel una cosa igual!
Pero los fariseos decían:
—Es el propio jefe de los demonios quien le ha dado a este el poder de expulsarlos.
Jesús recorría todos los pueblos y aldeas, enseñando en las sinagogas de cada lugar. Anunciaba la buena noticia del reino, y curaba toda clase de enfermedades y dolencias. Al ver a la gente, sintió compasión de ellos, porque estaban cansados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Dijo entonces a sus discípulos:

—Ciertamente la cosecha es mucha, pero los trabajadores son pocos. Por eso, pidan ustedes al Dueño de la cosecha que mande trabajadores a recogerla.




Contemplo a aquellas personas que me rodean y que están decaídas, desanimadas, como ovejas sin pastor ...


¿Quiénes son?...


¿Cómo se llaman? ...


¿Siento compasión por ellos?...


¿qué puedo hacer por ellos? ...



El Señor necesita trabajadores para la cosecha.


¿Cómo me puedo preparar para esa misión?

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