domingo, 6 de julio de 2008

¡ALEGRÍA, ALEGRÍA, ALEGRÍA…!


Por José María Maruri, SJ



1.- Hoy vamos a hablar de la alegría invitados por la primera lectura que nos dice: “Alégrate, Hija de Sión”, alégrate, Jerusalén… y hasta el seriote de San Pablo nos da motivos de alegría al decirnos que ya tenemos en nosotros el Espíritu de Dios que va obrando en nosotros nuestra propia resurrección. Y el evangelio nos anima a lo mismo, al decirnos que el Señor se revela a los que no sabemos nada, a los que no valemos para nada, a los inútiles, en una palabra a los tontos, en contraposición con los sabios de este mundo.



La alegría es la tónica general del Evangelio que ya, por su mismo significado, es la gran notición de Dios a los hombres.



--los ángeles a la entrada de Dios en este comunican los pastores “una gran alegría para todo el mundo”


--y antes que Juan el Bautista había saltado de alegría en las entrañas de su madre Isabel al reconocer al Hijo de Dios en las entrañas de María.


--Jesús participa en la gran alegría de la boda de dos jóvenes y les hace el gran regalo de 600 litros de buen vino. Se pregunta uno si sería Vega Sicilia del 82, (**) con lo que se hace participante de la borrachera general de los asistentes.


--y en su última oración al Padre lo que pide para sus discípulos es que les llene de Su alegría.




2.- El cristiano que se sabe hijo verdadero de Dios, jamás olvidado, ni aparcado por Dios, resucitado ya por Cristo y con Él, no puede vivir con cara del Greco, no puede ser un triste santo por ser un santo triste, tiene necesariamente que vivir feliz y alegre.


Si la fe es la llama que arde en el corazón, dando color y da el resplandor de esa llama de la Fe que es la alegría, si no hay alegría dudemos de una llama verdadera.




3.- Y como la verdadera Fe se muestra en obras, porque Fe sin obras es carcajada huera y hueca de un corazón vacío:


--alegría de dar lo que no tiene y otro necesita


--alegría de una amistad hasta dar la vida por el amigo


--alegría de pasar por este mundo haciendo el bien


--alegría se sentirse libre, enteramente libre de pasiones y del que dirán.


--alegría de perdonar hasta a los enemigos


--alegría de sentirse en paz de Dios, consigo mismo y con los demás.




4.- Santo Tomás Moro, que murió decapitado en la Torre de Londres tiene esta oración:


Dame Señor, la salud del cuerpo
y el buen humor necesario para conservarla.
Dame un alma que no conozca el aburrimiento,
ni suspiros, ni lamentos.
No permitas que tome demasiado en serio
a esa entrometida cosa que se llama Yo.
Dame, Señor, el sentido del humor.
Dame el saber reírme de un chiste
para que sepa sacar alegría a la vida y
compartirla con los demás.



Y cuando le ponían el cuello en el tajo pidió al verdugo que, por favor, no cortasen al tiempo la barba porque ella no tenía culpa de nada…



(**) El vino Vega Sicilia está considerando con el mejor vino de España y es, sin duda, uno de los mejores del mundo. Es, asimismo, de muy alto precio.



Betania

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