Rio de Janeiro, 29 de agosto de 2008
A PROPOSITO DE UNA VISITA
A PROPOSITO DE UNA VISITA
Solía decir el P. Arrupe que las visitas a las provincias de la Compañía son un aliciente para el gobierno del P. General porque a Roma sólo llegan los problemas y, en cambio, los viajes permiten constatar el inmenso fruto apostólico de la Compañía. Acotaba el P. Kolvenbach con algo de ironía: lo que pasa es que los jesuitas no dicen en sus cartas lo bueno que hacen “porque son muy humildes”.
El P. Adolfo Nicolás viene a América Latina a fin de este mes. Será su primera visita a nuestra región como Superior General de la Compañía. Ya estuvo antes entre nosotros siendo provincial del Japón visitando a aquellos de su provincia que andaban por estas tierras. La región no le es, por tanto, desconocida. Además, ya durante la misma Congregación General en las entrevistas que sostuvo con los provinciales luego de su elección, el P. Nicolás mostró mucho interés por lo que vamos viviendo en nuestro continente a nivel social, eclesial y, por supuesto, jesuítico.
Estará entre nosotros menos de quince días. Otros eventos que requieren su asistencia le impiden permanecer más tiempo entre nosotros como hubiera deseado. La ocasión se la brinda la XVII Asamblea de la Conferencia de Provinciales de América Latina (CPAL) a realizarse del 23 al 27 de este mes, en Manaos.
Esta primera visita del P. General y la Asamblea a la que viene evoca, por lo menos, cuatro aspectos significativos para nuestra Conferencia: nuestras prioridades apostólicas, la recepción de la CG 35, nuevos horizontes para la CPAL y la formación interprovincial.
Es significativo que su primera visita oficial lo traiga a la región jesuita de la Amazonia, Brasil-Amazônia (BAM), la jurisdicción más reciente (creada en el 2005) y una de las dos prioridades geográficas de la CPAL. La Compañía tiene presencia en la cuenca amazónica de varios países de América del Sur (Bolivia, Guyana, Perú, Venezuela). La BAM, sin embargo, es una región orientada por entero a la atención de la Amazonía. Cuenta con 45 jesuitas, de los que algo menos de la mitad se encuentran en diversas etapas de la formación. Conforman 7 comunidades distribuidas en las ciudades de Belém, Manaos y Marabá. Su lugar son las “fronteras”: junto con otros agentes pastorales, la región se halla presente en Tabatinga (frontera con Colombia y Perú) y acaba de abrir una misión en Bonfim (estado de Roraima), en la frontera con Guyana, a inicios de este año.
La Región nos aporta nuevos modos de estar presentes en la misión. No tiene grandes instituciones. Los jesuitas se sienten cómodos en tareas apostólicas ágiles y colaborando con otros. El “equipo itinerante”, conformado por agentes pastorales laicos y religiosos, es la mejor expresión de estas características. Las visitas a las comunidades indígenas, a los ribereños y a los marginados urbanos están orientadas a un mejor conocimiento de estos grupos y a un apoyo a la iglesia local. Reflejando la preocupación con la defensa de la naturaleza y la cultura propias de esta región los jesuitas de la Región preparan su contribución específica al Foro Social Mundial, que se realizará en Belém a fines de enero de 2009. Nuestra presencia en Manaos será, por tanto, una buena ocasión para conocer in situ lo mucho y bueno que se hace en ese amplio territorio.
La XVII Asamblea será también la primera ocasión de volver a vernos como colectivo después de la CG 35. Luego de un par de meses de trabajo intenso en Roma, se trataba primero de que cada provincial transmitiera en su provincia la experiencia de la Congregación. Así se ha hecho. Es el momento, entonces, de compartir cómo se está dando el importante proceso de “recepción” de la CG 35 en nuestra región. La presencia en la Asamblea de nuestro Superior General nos permitirá abrirnos nuevamente a lo universal a fin de conferir nuestra experiencia con el conjunto del cuerpo apostólico y de nuestros colaboradores más cercanos.
La CPAL experimentará, en esta próxima Asamblea, aires de renovación. En primer lugar, en su composición: seis nuevos provinciales, un tercio de la Conferencia, han asumido sus cargos en los últimos meses. Sin duda, esa renovación trae aire fresco e ideas nuevas desde perspectivas que no disponíamos. Un provincial procede del campo de la comunicación social; otro ha trabajado toda su vida en temas de desarrollo y en el impulso de la paz y la justicia en zonas de violencia, lo que aportará intuiciones sin duda muy interesantes; la mayoría de los nuevos provinciales viene del campo de la formación y de la espiritualidad, aspectos claves en las tareas post-CG 35.
Pero, además, los documentos de la CG, sus orientaciones y mandatos, impulsarán la renovación de las acciones de la Conferencia o lo están haciendo ya. Durante los meses transcurridos desde el final de la CG, varios sectores y redes interprovinciales han comenzado a proyectar su acción apostólica para los próximos años. Con el fin de recoger la CG se han reunido los sectores de parroquias, vocaciones, laicos y apostolado social; el apostolado indígena y la red de centros sociales; el grupo de trabajo con jóvenes; el SJR y el SJM; los delegados de educación constituidos en la FLACSI; los instructores de Tercera Probación y los dos Coetus (de filósofos y teólogos).
En el futuro inmediato, por encargo de la CG, la CPAL deberá revisar sus propios estatutos y poner en marcha un proceso de planificación que tome en cuenta las “preferencias apostólicas” de la Compañía ratificadas por la CG 35 (África, China, apostolado intelectual, Casas Romanas, refugiados y migrantes). Es el momento, por tanto, de retomar el proceso iniciado en San Claver, el año 2006 e iniciar la formulación de un “plan apostólico común” para nuestras acciones como Compañía definiendo misión, visión, prioridades y orientaciones comunes para la amplia acción apostólica que se lleva a cabo en el continente.
Finalmente, conviene subrayar que la visita del P. General incluye también las Facultades de Filosofía y Teología de Belo Horizonte y las casas de formación adjuntas. Se trata del único centro de formación interprovincial existente en América Latina desde que el P. Arrupe lo constituyó hace más de 25 años. En su única visita fuera de la Región amazónica, el P. General ha querido escoger este centro donde se forman todos los estudiantes de filosofía y teología de Brasil y teólogos procedentes también de Bolivia, Ecuador, Paraguay, Perú y República Dominicana.
Esta visita a Belo Horizonte se realiza precisamente cuando la CPAL está tratando de constituir centros interprovinciales de formación a nivel latinoamericano para la etapa de teología. Será uno de los temas de la próxima Asamblea de Manaos. No podemos saber aún, como es lógico, las decisiones de la Asamblea; aporta confianza, sin embargo, el proceso de discernimiento acordado en Santo Domingo que se ha venido realizando tal como fue diseñado y que, sin prisa pero sin pausa, nos está conduciendo a ellas.
En efecto, la Asamblea pasada dedicó tres días a estudiar lo que entiende por formar a nuestros jóvenes en la dimensión universal de la misión y fue aprobando, uno por uno, los criterios a tener en cuenta para la opción, como centros interprovinciales, de algunos de los teologados ya existentes en la región. En un clima de discernimiento y oración, la Asamblea aprobó también una “hoja de ruta” que se ha intentado seguir con mucho cuidado. Un proceso, por tanto, que nos debe permitir, como pide Ignacio, una “sana y buena elección” en vistas a crecer en la dimensión universal de la misión.
En conclusión: cuatro diferentes entradas que, con ocasión de la visita del P. General, son como una foto de nuestra realidad en las áreas de la acción apostólica y de la formación que la debe alimentar. Esta visita será, sin duda, un aliento inspirador que nos ayude a continuar en la misión “con renovado impulso y vigor”.
Ernesto Cavassa, S.J.
CPAL
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