Mateo 24:42-46
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no le dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre. ¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el amo encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? Pues, dichosos ese criado, si el amo, al llegar, lo encuentra portándose así."
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no le dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre. ¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el amo encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? Pues, dichosos ese criado, si el amo, al llegar, lo encuentra portándose así."
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy
Jesús nos recomienda estar preparados para la venida del Señor a nuestras vidas.
Dios puede entrar a una vida con vigor y fortaleza, como en esos momentos, aunque sean muy pocos, en que sentimos la emoción y la fuerza del llamado del Señor.
En general, la acción de Dios son llamados gentiles, pequeños e insignificantes, en lo ordinario de nuestras vidas.
Los podemos percibir en nuestras oraciones.
En la oración podemos recordar momentos en que nos sentimos cerca de Dios y de su llamado.
Recordándolos en oración, puede fortalecer el amor y el llamado de Dios en nuestras vidas.
Espacio Sagrado
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