El 17 de agosto, en Fátima, el P. General, Asistente Eclesiástico de la CVX mundial, brindó la Asamblea General de la CVX con una rica ponencia. En su charla subrayó los recientes cambios que tuvieron lugar en la visión de la CVX como comunidad laical, expresadas en la nueva sintonía de las directrices básicas del movimiento con la espiritualidad Ignaciana. Al leer los recientes documentos claves, dijo, “nunca deja de impresionarme la visión, consagración y profunda humanidad que encuentro en todos ellos”.
Entre las definiciones recientes de la CVX es central la característica de ser una “comunidad apostólica que comparte la misión de la Iglesia”, una misión que es esencialmente profética. Tras indicar algunas características del profeta en la Biblia, el P. Nicolás afirmó que la espiritualidad ignaciana es muy apta para preparar los laicos a vivir las cualidades de una vida profética, no solo como personas, sino como comunidades. El profeta ve, escucha, siente y habla la Palabra de Dios. “Mucha gente hoy está cansada de palabras vacías”, dijo. “Hoy la gente quiere ‘ver’ lo que ‘oye’. Quiere ver ‘palabras vivas’”.
Afirmó que, para la CVX, “llegar a ser una comunidad profética para la Misión Compartida se hace posible si tenemos el valor de aceptar el reto y movernos al estilo ignaciano hacia la Voluntad de Dios”. Para que esta opción sea eficaz hace falta convertir la formación de los miembros de la CVX en “prioridad de las prioridades”. Al final, el P. General propuso que jesuitas y laicos “podamos trabajar juntos en una formación en profundidad”, que incluirá “Teología, Psicología, Antropología… cuanto ayude a crecer en el amor como personas y como creyentes”.
Puedes leer toda la ponencia de P. Nicolás con un clic aquí PNicolas.doc .
CPAL
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