sábado, 23 de agosto de 2008

El Evangelio de hoy


Mateo 23:1-12
En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: "En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros. Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar consejeros, porque uno solo es vuestro consejero, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido."
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy

Los discípulos de Jesús no deben hacer grandes discursos sobre religión, ni deben buscar títulos honorables como "padre", "maestro" y "rabbí".
Nuestro Maestro es Dios, y los verdaderos discípulos aprenden sólo de Dios.
A menudo encontramos que Jesús rechaza de la ostentación religiosa: llama a sus seguidores a ser humildes.
Nuestra Iglesia es llamada a ser humilde, como nosotros debemos ser en nuestras relaciones con los demás.
Por esto necesitamos de la oración, la que nos hace entrar en el misterio de ser amados y llamados por Dios en Jesucristo.
Espacio Sagrado

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