martes, 1 de julio de 2008

El Evangelio de hoy


Mateo 8. 23-27.

Jesús subió a la barca, y sus discípulos lo acompañaron. En esto se desató sobre el lago una tormenta tan fuerte que las olas cubrían la barca. Pero Jesús se había dormido. Entonces sus discípulos fueron a despertarlo, diciéndole:
—¡Señor, sálvanos! ¡Nos estamos hundiendo!
Él les contestó:
—¿Por qué tanto miedo? ¡Qué poca fe tienen ustedes!
Dicho esto, se levantó y dio una orden al viento y al mar, y todo quedó completamente tranquilo. Ellos, admirados, se preguntaban:
—¿Pues quién será este, que hasta los vientos y el mar lo obedecen?




Recuerdo aquellos momentos en que mi vida ha sido una verdadera tormenta.


En que he sentido miedo, en que me he enredado, en que he perdido la paz, en que a lo mejor también he perdido la fe. ...



Y hoy, ...


¿cuáles son mis tormentas? …


Contemplo al Señor calmando la tormenta en el lago. …


Del mismo modo le pido que calme la mía, que me devuelva la paz.


Despierta Señor y actúa en mi vida ...


Sálvame Señor de estos miedos ...


Gracias Señor.

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