viernes, 11 de abril de 2008

El Evangelio del día


Juan 6. 51- 59.


Yo soy ese pan vivo que ha bajado del cielo; el que come de este pan, vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi propia carne. Lo daré por la vida del mundo.”
Los judíos se pusieron a discutir unos con otros:
—¿Cómo puede este darnos a comer su propia carne?
Jesús les dijo:
—Les aseguro que si ustedes no comen la carne del Hijo del hombre y beben su sangre, no tendrán vida. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo lo resucitaré en el día último. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, vive unido a mí, y yo vivo unido a él. El Padre, que me ha enviado, tiene vida, y yo vivo por él; de la misma manera, el que se alimenta de mí, vivirá por mí. Hablo del pan que ha bajado del cielo. Este pan no es como el maná que comieron los antepasados de ustedes, que a pesar de haberlo comido murieron; el que come de este pan, vivirá para siempre.
Jesús enseñó estas cosas en la sinagoga en Cafarnaúm.



Recuerdo lo que significa para mí la Eucaristía. …


¿qué sentido tiene para mí que la carne de Jesús se haga una con la mía? …


¿qué siento al comulgar del cuerpo y la sangre de Jesús?.



Le cuento a mi amigo Jesús mi sentimiento en una sencilla oración, …

mía …

propia …

lo que para mi significa.

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