El fenómeno de las migraciones contemporáneas también está en el corazón de las encrucijadas que se le abren a la escuela católica en España, como muestra el excelente estudio de FERE-CECA y EyG, Programa Egeria para la inclusión del alumnado inmigrante en la escuela intercultural, Madrid 2007, que en España la tiene muy presente. Las migraciones a gran escala –asociadas a los procesos ambivalentes de la globalización– han aportado diversidad, rompiendo la tradicional estructura monocultural de la institución educativa.
Distintos enfoques para tratar la gestión educativa de la diversidad: Una primera vía sería la que ignora la diferencia. Esto viene a implicar que, en lo educativo, se trabajaría en un concepto teórico de educando con iguales capacidades y competencias. Es muy difícil que hoy se pueda mantener esta “indiferencia” en centros sostenidos con fondos públicos. Un segundo modelo es el asimilacionista que, en lo educativo, trabaja sobre un modelo cultural único, y supone como deseable para el educando que se incorpora al centro, la adquisición de la cultura de la sociedad receptora y el abandono de la propia. Aunque el discurso público no proponga este modelo, continúa presente en las prácticas educativas (como currículum oculto).
Fuente: Boletín “Miradas para Educar”, Provincia de Castilla
CPAL
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