Miles de personas acudieron al Santuario del Cerro San Cristóbal el 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción, para participar en las diferentes misas que se celebraron en la cima del cerro San Cristóbal. La del mediodía estuvo presidida por el Arzobispo de Santiago, Cardenal Francisco Javier Errázuriz.
Colegios, familias completas, comunidades parroquiales y fieles en general llenaron el Santuario de la Inmaculada Concepción, ubicado en la cima del cerro San Cristóbal, durante la jornada del 8 de diciembre. Cada una hora se celebraron Eucaristías y durante todo el día hubo sacerdotes confesando a quienes se acercaban para pedir el sacramento e la reconciliación. En este ambiente festivo y familiar se ofició la misa del mediodía que estuvo presidida por el Arzobispo de Santiago, Cardenal Francisco Javier Errázuriz y concelebrada por el Padre Rodrigo Tupper, rector del Santuario; el Padre Marcos Buzada msf, Vicario para la Familia; el Padre Fernando Vives, Vicario de la Zona Cordillera y Monseñor Fernando Ramos, rector del Seminario Pontificio Mayor de Santiago, entre otros sacerdotes.
La homilía estuvo a cargo del Padre Rodrigo Tupper, quien señaló que “hace cien años que millones de peregrinos vienen hasta este Santuario buscando la oportunidad de encontrarse con el Señor”. Prosiguió: “Venimos porque tenemos la certeza que la Purísima es el gran faro que tiene la ciudad de Santiago, que ilumina nuestro camino y tenemos la certeza que a través de ella siempre podemos llegar al Señor Jesucristo. Por eso acudimos a los Santuarios marianos en este día con confianza en nuestro corazón. Algunos vienen a pedir que interceda en un favor particular, por una situación matrimonial difícil, por una dificultad familiar o por la salud de un pariente, pidiéndole que les ayude a encontrar trabajo o simplemente acuden para dar gracias por tantos dones que a lo largo del año hemos recibido de parte del Señor”.
Discípula misionera
El Padre Tupper indicó que la Virgen María debe ser nuestro espejo en la fe, porque ella nos enseña a ser verdaderos discípulos misioneros de Jesucristo, disponibles para Dios y para nuestros hermanos, tal como la Virgen se mostró solícita hacia su prima Isabel que también estaba embarazada. “De esta discípula misionera aprendemos que si hemos recibido a Jesucristo es para ser servidores de Dios y de nuestro prójimo”, indicó el rector. “Por eso en estos tiempos en que muchos quieren alejar a Dios de la cultura, de la sociedad, en que muchos quieren dejar a Dios de lado, es que entendemos que es imposible construir una vida, una familia, una sociedad, sin el Señor. Porque cualquier proyecto de vida, de familia y de sociedad sin Dios será una vida sin eternidad, sin cielo, sin santidad, sin alegría, sin plenitud. Por eso volvemos a contemplar a la madre del Señor y le volvemos a pedir que siga siendo el faro que ilumina nuestra ciudad, nuestras familias y la vida de cada uno de nosotros, para que auténticamente podamos ser discípulos misioneros del Evangelio de Jesucristo y en Él podamos tener esta vida plena”, concluyó.
Al final de la Eucaristía, el Padre Rodrigo invitó a todos los presentes y a quienes seguían la transmisión por Canal 13 y Radio María a que hicieran el pesebre en sus casas, pues era el signo visible de la preparación del corazón para la venida del Señor y así festejar como verdaderos cristianos esta Navidad. Asimismo el rector del Santuario anunció que en conmemoración de los cien años de la imagen de la Virgen del Cerro se elaboró un hermoso libro con su historia e imágenes cuya edición se puede encontrar en la librería del Santuario. La publicación “contiene la historia de cómo se eligió esta imagen, dónde se mandó a fabricar, cómo llegó, cómo la pusieron acá y los hitos más importantes a lo largo de la historia de este Santuario, como las predicaciones que hacía San Alberto Hurtado y la visita del Papa”, explicó a los asistentes. A modo de presentación, regaló el primer ejemplar al Cardenal Francisco Javier Errázuriz. De esta forma finalizó la Eucaristía de mediodía en el Santuario.
Con la prensa
El Cardenal Francisco Javier Errázuriz, al ser consultado por la prensa, manifestó su pesar por las dos personas fallecidas en la peregrinación al Santuario de Lo Vásquez, ocurridas recientemente. “Una palabra de mucho cariño, de mucho apoyo, a las familias de estas dos personas que han fallecido. Sin duda que partieron de este mundo con el mejor anhelo de encontrarse con la Virgen, con Jesucristo, con Dios. Pensaron encontrarse con Él en la tierra y lo van a encontrar en el cielo”, aseguró.
También se mostró impresionado de la gran cantidad de asistentes a los Santuarios Marianos a lo largo de Chile. “Lo que es muy bonito es que la gente parte a peregrinar por una voz interior que siente. Hay algo en su interior, la tradición y un deseo de encontrarse con la Virgen que lo lleva a partir. No hay ninguna propaganda ni marketing ni sacerdotes que organicen peregrinaciones, sino simplemente cada uno lo siente como algo muy importante en su vida, llegar a este encuentro con la Virgen. Esto expresa que en el corazón de nuestro pueblo y de nuestra cultura está la imagen de la Virgen en forma muy profunda. Son muchos los recuerdos de la vida de cada uno, de la historia de nuestro pueblo, de la vida de la familia, que están unidos a la Virgen. En muchos de estos casos la Virgen fue la que los llevó a un encuentro mucho más profundo con nuestro Señor Jesucristo”, manifestó.
Consultado por la forma en que la crisis financiera afectará la manera de festejar esta Navidad, el Arzobispo indico que lo importante es el cariño y la consideración personal que hay tras el obsequio. “Lo que más anhelan las personas es confianza, comprensión, cercanía, apoyo y cariño y eso lo pueden expresar igual siendo el regalo más o menos costoso”, aclaró.
1 comentario:
IMPRESIONANTES MUESTRAS DE PUREZA DE CORAZON Y POBREZA DE ESPIRITU.
Son como niños pequeños que creen a pies juntillas lo que Papá les dijo, solo porque él lo dijo.
Desafortunadamente, la Imagen que tengo de la Virgen María, es la de una docella sobre el Toro de San Lucas.
Asunto mas bien pagano, pero que tiene el mérito que para nada creo
en la Estatua del Cerro.
De hecho Maria era una joven hebrea, quien sabe si palestina,
con facciones hermosas y sencillas
pero "vulgares" (del pueblo, vulgo).
Es demasiado creible que por via sobrenatural, posiblemente de una lucidez y cotidianidad maravillosa, quedara encinta por mirar el titilar de la estrella del Arcángel. Pero lo anterior es una METAFORA, lo cual significa que ES cierta en su sentido, pero no literalmente.
La Santísima Virgen es una madre piadosisima, como el arquetipo idealizado de toda madre-buena, fundamento de nuestra propia Identidad.
Como no sea que signifique, también en el plano de la poesía idealista sublime, una Divinidad
Unica, de Infinita Bondad, acaso, no lo sé "el tercer secreto de fátima" que ELLA (es) Dios.
Como vemos, el paréntesis es irresoluble pues apunta a un Misterio.
Por eso miro con asombro a esos niños de Dios, mis hermanitos menores, pobres de espíritu, que creen tal y cual.
Yo, por saber "demasiado", ya no creo igual, pero creo, si, en el
Alma Femenina de la Humanidad.
¿Será también la Santísima Virgen? Cosas como estas me hacen llorar, no de cobarde hipocresia, sino como algo que no no comprendo y me recuerda mi perdida dicha infantil.
Pero me hace bien. Dios es Sumo Bien. Pienso en el Misterio que, sin ser propiamente, permite que todo lo demás exista o sea.
Quien mira la Encarnación de JESUS en María, aunque sea con la mirada benevolente del poeta, comprende que es Insondable el Misterio de la Vida.
Y que no podemos, ni debemos, "tentar" Dios pidiéndole
lo que no conviene, ni obrando mal contra los que sufren, las victimas y los oprimidos.
No porque su justicia ciega nos vaya a crucificar con un dolor eterno, sino simplemente porque tenemos dos alternativas, y no más:
(a) Amar el Bien (b) Amar el Mal.
No podemos no-amar. El odio no es mas que amor al mal.
La Santisima Virgen Maria, Virgen en muchos sentidos, y santisima en tantos otros más que no conocemos, es la imagen idealizada a escala humana de una Idea o Esencia de Bien, que se hace carne y sentimiento en todos nosotros.-
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