El Papa dijo hoy que la Navidad es una fiesta universal, incluso para los no creyentes, que corre el riesgo de perder su significado para reducirse a una mera ocasión comercial y señaló que la crisis económica actual puede ser la ocasión para descubrir el valor de la sencillez y la solidaridad.
Benedicto XVI así lo manifestó ante unas seis mil personas que asistieron en el Aula Pablo VI a la audiencia pública de los miércoles, la última de este año, ya que los próximos miércoles son el 24 y 31 de diciembre, días festivos.
Benedicto XVI así lo manifestó ante unas seis mil personas que asistieron en el Aula Pablo VI a la audiencia pública de los miércoles, la última de este año, ya que los próximos miércoles son el 24 y 31 de diciembre, días festivos.
"Bajo el empuje de un consumismo hedonista, la Navidad corre el riesgo de perder su significado espiritual, para reducirse a una mera ocasión comercial de compras e intercambios de regalos", afirmó el Papa.
El Obispo de Roma agregó que "las dificultades, las incertidumbre y la misma crisis económica que en estos meses están viviendo tantas familias y que afecta a toda la humanidad pueden ser un estímulo para descubrir de nuevo el calor de la sencillez, la amistad y la solidaridad, valores típicos de la Navidad".
El Pontífice hizo votos para que eliminadas "las incrustaciones consumistas y materiales" la Navidad pueda convertirse en una ocasión para acoger el mensaje de esperanza que emana del nacimiento de Cristo".
Benedicto XVI aseguró también que la Navidad es una fiesta universal, "ya que incluso el que no se considera creyente puede percibir en esta fiesta cristiana algo de extraordinario, de trascendente, algo íntimo que habla al corazón".
"Es la fiesta que canta el don de la vida", subrayó el Papa, que agregó que el nacimiento de un niño debería ser siempre un evento de alegría.
A este respecto precisó que mirando al pesebre "nos hace pensar en los niños que nacen en medio de una gran pobreza, en muchas regiones del mundo".
"¡Como no pensar también en los recién nacidos rechazado, en aquellos que no pueden sobrevivir debido a la carencia de cuidados o porque no tienen medios para sobrevivir!", manifestó el Papa, que en esta jornada también recordó a las familias que desean un hijo y no pueden tenerlo.
Benedicto XVI invitó a los fieles a descubrir los auténticos valores de la Navidad, dejando a un lado todo lo que ensombrece su genuino significado, y aseguró que en estas fechas los cristianos no conmemoran el nacimiento de un gran personaje y menos aún el comienzo de una nueva temporada.
Benedicto XVI invitó a los fieles a descubrir los auténticos valores de la Navidad, dejando a un lado todo lo que ensombrece su genuino significado, y aseguró que en estas fechas los cristianos no conmemoran el nacimiento de un gran personaje y menos aún el comienzo de una nueva temporada.
La Navidad -aseguró- recuerda un "hecho fundamental: en la oscuridad de la noche de Belén se hizo una gran luz. El Creador del universo se encarnó uniéndose indisolublemente a la naturaleza humana y sin dejar de ser Dios se hizo al mismo tiempo hombre".
El Pontífice dijo también que la Navidad es una oportunidad para meditar sobre el sentido y el valor de la existencia humana e invitó a los fieles a vivirla con humildad y sencillez.
A la audiencia asistieron fieles de numerosos países, entre ellos los alumnos del Instituto "Ángel de Saavedra", de Córdoba (sur de España), que le cantaron al Papa una canción basada en un cante popular cordobés; así como gaiteros de la localidad italiana de Boiano que ataviados con el típico traje de piel de oveja le tocaron varias canciones con las zampoñas.
Benedicto XVI agradeció la bella música navideña y exhortó a los fieles a mantener la tradición del portal de Belén, asegurando que no sólo es un elemento importante de la fe cristiana, sino también de la cultura y del arte cristiana.
RD
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